Cannes 2019: Bong Joon-ho da una lección magistral de puesta en escena en 'Parasite', la mejor película de la sección oficial

Cannes 2019: Bong Joon-ho da una lección magistral de puesta en escena en 'Parasite', la mejor película de la sección oficial

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Cannes 2019: Bong Joon-ho da una lección magistral de puesta en escena en 'Parasite', la mejor película de la sección oficial

He disfrutado con la salvaje 'Bacurau' y la romántica 'The Portrait of a Lady on Fire', pero aquí está mi película favorita de la sección oficial de Cannes 2019. Al final, todos experimentamos el cine desde dentro y lo que he sentido viendo 'Parasite' es todo lo que puedo pedirle a un film. Sorprendente, divertidísimo, emocionante y, ante todo, una lección magistral de puesta de escena.

Bong Joon-ho vuelve a competir por la Palma de Oro dos años después de 'Okja' con su mejor película desde 'Memories of Murder' (su trabajo más redondo aunque 'The Host' es también fascinante). Tras dos producciones internacionales donde no terminaba de dominar la narrativa, las interesantes pero fallidas 'Snowpiercer' y 'Okja', el surcoreano recupera su mejor nivel con una retorcida comedia donde hay espacio para el thriller, drama familiar y crítica social.

La vuelta de Bong Joon-ho a su país para contar una historia de menor escala (aunque con profundas ramificaciones) parece un intento del realizador por ganar control, por recuperar la libertad de sus inicios, pero la localización es fundamental en 'Parasite'. Dentro de un tono burlón, hay una intención por exponer aspectos incómodos de la nación surcoreana, como la notable diferencia de clases y el miedo más o menos constante a sus vecinos de Corea del Norte.

Sin desvelar demasiado, 'Parasite' se centra en los cuatro miembros de una familia pobre que debe realizar toda clase de trucos para sobrevivir. Poco a poco, a través de diversos alter egos que van creando, entran a formar parte de un lujoso hogar; Bong exprime este juego de falsas identidades creando situaciones realmente hilarantes y tensas. Aunque se percibe que pasa (o va a pasar) algo extraño en esa casa, en cierto momento hay un tremendo giro que permite al autor incluir horror y violencia.

Todo, desde el guion al reparto (liderado por Song Kang-ho, actor fetiche del realizador) funciona de manera extraordinaria en este cóctel de géneros que no da respiro al espectador. En particular me entusiasmó el uso de la música para crear inquietud pero sobre todo las creativas decisiones de Bong con la cámara; los encuadres nunca son casuales y un simple desplazamiento o corte aporta nueva información, con lo cual estás siempre atento a lo que va a pasar a continuación.

Al igual que su compatriota Park Chan-wook, Bong siempre se ha caracterizado por el humor negro, por saltar entre géneros y por rizar las historias con giros atípicos y personajes conducidos irremediablemente al extremo. En ese sentido, cabe decir que 'Parasite' no aporta nada realmente novedoso a su filmografía, sin embargo, la forma en la que nos introduce y nos sumerge en la tragicómica aventura de estos parásitos resulta tan apasionante que ni notas las más de dos horas de metraje.

Parasite

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