No lo llaman tener un gozo en un pozo por nada. 2023 debería haber sido uno de los años más especiales para Disney, dada la celebración de sus 100 años de historia y la cantidad de grandes estrenos que tenían reservados para cuando la asistencia a cines remontase. En su lugar, se ha topado con uno de los años más desoladores de su historia reciente.
Muchos de esos lanzamientos anunciados a bombo y platillo han terminado pinchando, ocasionalmente en recepción crítica pero sobre todo en taquilla por la desmesurada inversión que rara vez se ha cubierto. Una sombra tenebrosa que ha hundido casi antes de poder despegar a la que debía ser su broche de oro para su año más especial: ‘Wish: El poder de los deseos’.
Cuando deseas algo a una estrella
Dirigida por un veterano del estudio como Chris Buck junto a Fawn Veerasunthorn, con un guion de la artífice del éxito de ‘Frozen’ y jefa del estudio de animación Jennifer Lee, esta película de fantasía musical prolongó la desastrosa racha en taquilla que estaban siguiendo. Tanto en el año en general como en la faceta de animación durante los años previos. Un destino inmerecido según algunos, tocando esperar a la magia del streaming en Disney+ para intentar llegar al público.
En ella se nos plantea un mundo donde un poderoso monarca tiene la habilidad de conceder los deseos de la gente, que atesora a buen recaudo hasta que decide conceder uno de ellos en una gran ceremonia mensual. La joven Asha ansía poder convertirse en el asistente de tan poderoso y magnánimo rey, hasta que descubrirá que el poder de los deseos estará más accesible de lo que parece cuando una estrella cae del cielo.
Explicado así, no parece que quede muy claro por donde van a ir los tiros de la película, o como funciona este particular mundo de fantasía. Es uno de los problemas de ‘Wish: El poder de los deseos’, que replica algunos de los problemas del guion de blockbuster moderno al intentar desarrollar de manera innecesariamente enrevesada una historia que podría haber sido más sencilla y explicada de manera más clara.
‘Wish: El poder de los deseos’: una fantasía desaprovechada
Pero como hay que intentar no aburrir al espectador, es mejor desproveerle de información esencial hasta que le sea conveniente (aunque luego la pueda adivinar por su cuenta) y desarrollar en una película familiar un concepto que no se puede explicar claro en menos de diez segundos. Así desaprovecha la oportunidad de dibujar un mundo interesante, de explotar el potencial de la idea de los deseos o incluso hacer justicia al villano más villano que ha realizado Disney en mucho tiempo.
Al final, ni ese villano ni unas efectivas canciones sirven para sostener una película atropellada, que se enfanga también intentando llenar todo de referencias a los 100 años de la animación de Disney. En lugar de una celebración, ‘Wish: El poder de los deseos’ se siente como una crisis de identidad que no va a ningún lado, quedando su película más decepcionante de esta era reciente.
En Espinof:
Ver 8 comentarios