'El embarcadero': la temporada 2 se lo apuesta todo a doble o nada (y no tiene suerte)

'El embarcadero': la temporada 2 se lo apuesta todo a doble o nada (y no tiene suerte)

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'El embarcadero': la temporada 2 se lo apuesta todo a doble o nada (y no tiene suerte)

'El embarcadero' estrenó su segunda temporada en Movistar+ el pasado 17 de enero y, lamentablemente, no funciona tan bien como cabía esperar. Los nuevos episodios de la ficción de Álex Pina (creador de 'La casa de papel') han sido un derroche de excesos, cayendo en ocasiones en el sinsentido y destruyendo de manera inexplicable los esquemas que había asentado en la primera temporada.

Doble ración de todo

Porque hay veces en las que coger una fórmula que ha funcionado y rehacerla de manera hiperbólica no es suficiente para repetir un primer éxito. ¿Que varios de los momentos más recordados de la temporada 1 fueron escenas de sexo? Ni un solo capítulo sin su par de encuentros en la cama, en la ducha, en un baño público o incluso encima de una moto.

Roberto Enriquez en El Embarcadero

¿Que en la primera temporada una de las cosas que más gustó es cómo la serie se recreaba en el paisaje de la Albufera? Saca los drones, mete un buen filtro Valencia (nunca mejor dicho) y haz planos más llamativos aún. Bien es cierto que la fotografía y la ambientación es, de lejos, lo mejor que ha tenido la serie, pero todos sabemos que un envoltorio bonito muchas veces no esconde el regalo que esperábamos.

Si alguien no ha visto 'El embarcadero', un breve resumen: la serie empieza cuando el personaje de Óscar (Álvaro Morte) aparece muerto dentro de su coche. Aparentemente se ha suicidado. Entonces, se descubre que tenía una doble vida: aunque vivía y estaba casado en Valencia con Alejandra (Verónica Sánchez), tenía otra relación con Verónica (Irene Arcos) en la Albufera que ya duraba ocho años y de la que había incluso nacido una niña, Sol.

En la primera entrega, Alejandra se "infiltra" en la vida de Verónica ocultando su verdadera identidad para descubrir por qué su marido había estando engañándola tantos años, y esta tanda de capítulos se cierra justo cuando le revela quién es... momento que sirve de punto de partida para el arranque de la segunda y última temporada (la serie se ha dividido en dos, pero todo fue rodado a la vez).

Veronica Sanchez e Irene Arcos

Estamos ahora ante ocho nuevos episodios en los que vuelve a tener lugar un montaje en paralelo, alternando las vidas de las protagonistas en la actualidad con la época en la que Óscar estaba vivo. Ambas sospechan que su muerte no fue un suicidio, fue un crimen, y con la ayuda de Conrado (Roberto Enríquez), teniente de la Guardia Civil de la zona, las dos mujeres se unirán para encontrar al asesino. Y aquí es donde empiezan a vagar sin rumbo los tres personajes principales.

Alerta, SPOILERS de 'El embarcadero 2'...

Las historias se entremezclan, Conrado y Alejandra comienzan una relación (en la que inexplicablemente no dejan de llamarse de usted aunque acaben de salir de la cama... ¿?), a la vez que esta mantiene otro romance con Verónica, formando todos un triángulo que no termina de atrapar. Ahora sí, ahora no, ahora tengo dudas, ahora un "usted me gusta mucho"...

'El embarcadero' pierde el rumbo en su temporada 2

En resumen, una historia que se empeña en seguir girando sobre sí misma hasta meterse en una espiral que no da el resultado esperado. Al igual que tampoco resulta convincente esa versión de 'Thelma y Louise' de la terreta en las que se convierten las dos protagonistas femeninas.

Una gran diferencia que tiene la segunda temporada respecto a la primera es cómo se muestra a Óscar, el hombre que se pasó años engañando a su mujer y llevando una doble vida. En estos capítulos vemos a un Óscar abatido, cuya situación se le ha ido de las manos. La indignación a causa de la mentira de los primeros episodios ha dado paso ahora a una voluntad de los guionistas de que "le entendamos", e incluso de que empaticemos con él.

Alvaro Morte

"Pobrecito, llevaba tanto tiempo viviendo en una mentira que no sabía ya ni quién era...", parece que nos intentan decir. Y eso se traduce en innecesarias subtramas como la de la casa que tenía en un tercer pueblo para lograr ese breve reencuentro con su padre al que no conocía. Historias secundarias que intentan entretener y enganchar pero que poco aportan realmente a la trama principal.

En definitiva, y perdónenme el chiste malo, a la segunda temporada de 'El embarcadero' se le ha pasado el arroz.

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