El impacto anual del nuevo plan de Disney por explorar la franquicia comprada en su plan de expansión monopolista es cada vez menos efectivo. En tan solo dos años hemos visto tres películas de 'Star Wars'.
Tres batallas espaciales con escudos protectores, maquetas y mate painting digital, láser, cgi y tíos en naves con cascos diciéndose cosas mientras la cámara los recoge en su cabina, desde el mismo ángulo y distancia en el que lo hacía la primera película, allá por el 77. Es natural asumir que las nuevas entregas ya no van a tener la misma carga de sentimiento especial por pura repetición.
Incluso la vilipendiada trilogía de precuelas de George Lucas aún albergaba un carácter de evento que las nuevas tratan de imitar, sin conseguir vencer la corriente de evidencia que nos indica que son, al fin al cabo, operaciones gigantes de marketing que pueden jugar a ser cualquier género para copar el mercado cada navidad. Esto es, que una película convencional como ‘Rogue One’ se puede convertir en un blockbuster por el que esperar durante todo un año con la campaña de redes adecuada.
¡OJO! Texto llenísimo de SPOILERS...
La senda de Abrams
Sin entrar en detalles de por qué ‘Star Wars: El despertar de la fuerza’ era mejor película que aquella, se entiende la ventaja a priori de una nueva trilogía que cierra los arcos de los personajes originales y los convierte en piezas del tablero de algo distinto. Y en eso, la película de J.J. Abrams lograba un éxito tremendo, porque, sea o no sea un remake del Episodio IV, lograba conectar al público con nuevos personajes mientras la presencia de Han Solo tenía un sentido como comparsa de la trama principal. Y ‘Los últimos Jedi’ logra, de nuevo, hacer esto.
Hace unas semanas, exponía en un pequeño estudio las dinámicas narrativas que hacían del Episodio VII una pieza relevante dentro de la tradición, puesto que su simbolismo, sencillez y funcionalidad narrativa exigía una capacidad de síntesis que parece que se pasa por alto a la hora de analizar el cine comercial de esta categoría. Lo cierto es que su continuación, en la mayoría de aspectos, está a la altura de lo que prometía aquella, e incluso supera expectativas, pero se queda a las puertas de alcanzar un equilibro entre el papel del autor detrás del resultado y su etiqueta galáctica.
Para bien o para mal, ‘El despertar de la fuerza’ era una película de ‘Star Wars’ de forma casi pura, pero sucedía que también pertenecía a su autor en un 100%. Planteaba estupendamente un montón de preguntas y en sus dos horas y pico contaba la primera fase del camino del héroe de Rey, la chica a la que seguiremos en las tres películas. El Episodio VIII contesta a muchas de esas preguntas y deja otras en el aire, adrede, pero se alza como una extraordinaria entrega que se muestra valiente en desafiar las ideas preconcebidas de la saga.

La excelencia visual
Muchos comentarios aplauden y ponen de manifiesto esa voluntad renovadora, progresista dentro de una ficción que habla de religiones y dogmas. Ese descaro es valorable, pero ¿es por ello necesariamente mejor? O mejor formulada la pregunta, ¿justifica eso sus dos horas y media de duración? Y claro, la pregunta estrella, ¿Es mejor que ‘El despertar de la fuerza’?
Las respuestas no están claras, pero lo cierto es que no es un episodio menos disfrutable e interesante que el anterior. Pero tiene un puñado de problemas bastante cristalinos cuyo peso sobre el resultado final depende de la disposición a hacer la vista gorda de cada uno.
Uno de sus puntos fuertes es la sólida dirección de Rian Jonston. La puesta en escena pulcra y cinemática de Abrams parece casi ingenua, comparada con la proyección visual más barroca y sofisticada del director de ‘Looper’ (2012). Parte de la sangre nueva de su estilo es la concepción de escenas mucho más contenidas en sí mismas, algo no tan habitual en el universo ‘Star Wars’, en el que casi todo se siente conectado. Como ejemplo, el momento en el que una rebelde debe lanzar unas bombas y hace lo que puede para hacer caer el controlador de estas.

Johnson acumula intensidad dramática de vida o muerte a una escena que podría servir para un clímax. Es tremendamente tensa y efectiva, pero en el transcurso de la película repetirá muchas veces el truco, con lo que se genera una textura de tira y afloja en la que parece que cada nueva situación debe ser importante en todo momento durante 152 minutos, dando énfasis a momentos en los que no acaba de pasar nada TAN relevante, como veremos a continuación.
Pros y contras de empezar en lo más alto
La primera escena de lucha naval es de lo más impresionante visto en la space opera, pero crea un pico de grandiosidad tan elevado, que no le es fácil retomar el vuelo durante el resto de la película. Claro que esto también es achacable al riesgo que supone elegir contarnos la caída de los rebeldes. Es la primera vez en estas películas en la que hay una sensación de derrota constante, de que ninguno de los planes sale bien.
El clímax es la aparición de Luke Skywalker y su enfrentamiento con Kylo Ren, colocado como apuesta final en el cierre de la película, pero no hay una batalla como tal, sino una huida. El desarrollo también sigue la transformación de los dos personajes clave, Kylo Ren y Rey.

El primero tiene un cambio de rol final satisfactorio e importante, sin embargo, el tratamiento de Rey es menos completo. Ahora todas sus intenciones son cambiar a Ren, olvidándose de su formación, y centrándose en tratar de encontrar su papel. Pasa la mayoría de la película hecha un lío con lo que su peso en el entramado se desplaza por la presencia de Luke, y además se nos presenta como una potencial víctima del lado oscuro, al que logra vencer, sí, pero que surge un poco de la nada, como excusa errónea para darle un arco en un personaje que irradia bondad.
Los dilemas del héroe en el nudo deberían cambiarle, dejarla en otro punto, dejar una gran revelación en el aire, confrontarnos y confrontarle… pero al final no hay un vuelco que convierta su periplo en algo extraordinario, salvo haber confirmado los poderes que vimos en el anterior capítulo. Un camino que, quizá, no está a la altura de las expectativas que creaba la anterior película, pero en compensación, hay una resolución muy hermosa de los problemas que han llevado a Luke a esa posición de aislamiento.
El no-retorno del Jedi
De nuevo, es valiente al plantear a un héroe viejo, cansado, que no llega a forjar una relación maestro-alumno verdadera con Rey. No como Obi-Wan con él. No como Yoda. El momento más intenso y enternecedor de toda la película, por cierto, es la aparición del maestro verde para darle una última lección a Luke, es a través de los ojos de maestro en el momento en el que vemos al mismo joven con dudas, destrozado y encontrado de nuevo.
Un regalo para el personaje que se cierra con una aparición final grandiosa, un momento crucial para la resistencia, pero no tanto para Luke, que se ha recuperado de lo suyo solo a medias. Su carga, la culpa, es otro elemento para reafirmar las teorías renovadoras de Johnson. No existe el blanco y negro, o el bien y el mal establecido en el nuevo lore de este universo. Se atreve a pintar de gris el currículum del Jedi con un acto contado en tres versiones diferentes, para acabar dibujando un fugaz intento de asesinato, aunque de intenciones nobles, del cual se arrepiente nada más pensarlo.
Nos cuesta imaginarlo en el hombre noble que hemos conocido, pero es uno con la idea de la película, aunque tenga que aparecer Rey, con un discurso típico de sitcom de los 90, para subrayar que no pasa nada, que lo importante es que no llegó a hacerlo.
Todo ello nos lleva al emotivo final, con Luke desapareciendo como Obi-Wan, disolviéndose en la fuerza tras haber encendido “la mecha de la rebelión”. Un instante duro, pero bellísimo, que deja otro plano exquisito para un sacrificio comprensible en lo literal, tan abstracto como la salvación de la humanidad gracias a la muerte de Jesucristo. Un toque mesiánico para Skywalker que no sorprende en una película con varias referencias bíblicas.

Algunas oportunidades perdidas
Podría ser de esperar que el Jedi se le aparezca a Rey en la siguiente entrega, al menos para darle esa tercera lección que queda en el aire, ¿Tendría sentido? ¿Han llegado a ese punto de interacción de padawan y maestro? Si llegara el momento es probable que quede extraño, pero si no aparece ¿Eso ha sido todo? ¿Eso es todo lo que teníamos que ver de Luke Skywaker? Sí, la nueva trilogía quiere romper con el pasado, pero también podría haber sido una buena oportunidad para saber algunos porqués, y qué ha estado haciendo en estos años.
Desde luego, dan ganas de aplaudir con las orejas en su último truco de picaresca Jedi, pero no deja de ser un final conflictivo para el personaje. La muerte de Han Solo tiene relevancia posterior para el villano de la trilogía, debemos de esperar al último capítulo para comprobar el legado de esta desaparición. El papel de Leia, por otra parte, se ve reducido por un golpe que la deja fuera de combate la mayoría de la película, pero resulta bastante insatisfactorio que no llegue a tener un cara a cara con su hijo en ningún momento.
Cuando su hermano le dice que no hay opciones de salvar a Ben y que lo va a combatir a muerte, o en el momento que nota su presencia cuando el muchacho está a punto de disparar a su nave, Leia es una madre preocupada, se aflige como si su niño no hubiese aprobado en el programa ‘Hermano mayor’, pero lo cierto es que si ella también tiene la fuerza, ¿Por qué ni un intento de conectar con su hijo? O al menos alguna nota familiar previa que nos ayude a entender cuando el chaval descarrió. Hay mucho más que aportar en ese personaje que un vuelo a lo ‘Gravity’ (2013).

La amenaza fantasma del blockbuster digital
Desde luego, ninguno de esos son problemas importantes a nivel de ritmo o estructura. Por lo general, se mantiene más o menos fiel a su espíritu transgresor, y logra muchos momentos de altura , pero, mientras ‘El despertar de la fuerza’ tenía un desarrollo trepidante y ascendente, en ‘Los últimos Jedi’ hay un bloque por el que es difícil cruzar sin levantar los pies enfangados. Y el gran escollo de este segundo acto no es difícil de detectar: el plan. El plan de Finn y Rose es totalmente peregrino.
No es fácil del todo entender que medio de una situación desesperada, se les encargue ir a buscar a un MacGyver de ida y vuelta para poder desactivar el típico cacharro de la nave de los malos, es que parece que, en esa miniaventura dentro de la principal, se ha acercado el Lucas más borracho de CGI a echar una mano con la segunda unidad. Un planeta-casino, una estampida de llamas con orejones y un uso de BB-8 totalmente improbable, deshaciéndose de todos los enemigos lanzando monedas que le han metido confundiéndole con una máquina, ¿En serio?
Probablemente, esos momentos estén cerca de los más bajos de una saga que, se supone, nos estaba queriendo hacer olvidar que R2-D2 volaba. La cosa no mejora cuando el robot-pelota se pone a manejar un AT-ST. No acompaña tampoco lo lejos de lo espectacular del tratamiento de un puñado de nuevos personajes, que no hacían ninguna falta, como Rose y el ladronzuelo de Benicio del Toro. Su quítame allá esas pajas por un medalloncito de un metal extraordinario no importa. Al menos, el interpretado por una siempre brillante Laura Dern tiene un peso mayor y su final le da más sentido a su aparición.

En busca del chiste prohibido
Pero con un puñado de personajes de trilogías anteriores, más los incorporados en ‘El despertar de la fuerza’, dudosamente hacían falta más piezas en el tablero. Esto solo consigue embarullar más esa segunda fase, en la que nos hartamos de ver el escudo de protección de la nave rebelde recibiendo disparos láser. Y cuando parece que todo empieza a moverse, tenemos una huida de pequeñas naves rebeldes volviendo a recibir tiros durante otro buen rato. Una situación un tanto repetitiva que suena a excusa deliberada de guionista para ganar tiempo mientras se colocan las cosas en orden para el tercer acto.
Mientras ‘El despertar de la fuerza’ era fiel al corsé de no utilizar chistes que impuso George Lucas, sí utilizaba el humor como tejido conectivo de su tono jovial, aventurero y dicharrachero. No pretendía lograr la carcajada sino hacer que sus personajes ganaran carisma o la mantuvieran, como en el caso de Han Solo, un ejemplo perfecto de que el humor de la saga siempre ha sido muy tontorrón. Un humor de mímica, heredero del cine mudo, con más que ver con la cinemática y la ocurrencia. El humor de Johnson, sin embargo es más premeditado. Para bien o para mal, introduce el chiste prohibido.
Hay una mayor sensación de autoconsciencia, frente a la ingenuidad encantadora del ‘Episodio VII’. En ocasiones parece que quiere entrar directamente en la comedia pura, paródica. Como bien dice mi compañero John Tones, recuerda a un humor más propio de ‘La loca historia de las galaxias’ (Spaceballs, 1987), con algunos gags desmitificadores, muchos cargados de brillante ironía, que rompen la solemnidad de momentos tan intensos como el final de la anterior, irremediablemente condenado a perder su mística al retomarla, tras ver la reacción de Luke en este otro. Son golpes, la mayoría de veces afortunados, pero que en ocasiones pueden empachar.

Ben Solo y Rey, con derecho a roce (psíquico)
El humor, fuera de las frases ingeniosas, tiene algunos de los gags en el límite del desconcierto. El tono crea un caldo de cultivo para que momentos que no parecen diseñados para crear ese efecto, resulten en cierta manera perversa, bastante divertidos, como ese momento en el que Luke descubre a Rey y Kylo haciendo “manitas” psíquicas y entra como si fuera un monitor que ha pillado a dos adolescentes del campamento cohabitando en una tienda de campaña.
Lo que nos lleva a otro tema que estaba implícito y aquí se consolida. La relación de Rey y Kylo que se establecía con montajes paralelos e intercambios de miradas en la anterior, es implícitamente sexual. A través de símbolos como la mano mojada de Solo, su aparición a torso descubierto, o la lágrima de Rey al tocar el dedo de Ren, puede palparse la atracción de esos dos polos opuestos en cada una de sus apariciones juntos.
Rey parece determinada a repudiar a Ren, pero acaba acercándose a él, y luchando codo con codo en un giro sorprendente y valiente. Cuando se retoma el conflicto, una explosión resuelve el momento a las bravas, pero por el camino deja un planteamiendo de héroe y villano complejo, y tremendamente interesante.
¿Ruptura con la nostalgia?

Algo que ha creado incomodidad entre el fandom son las distintas afrentas hacia el legado de Lucas. Aunque pueden tomarse como un corte de mangas de autor, en realidad tienen algo de movimiento industrial, un ardid de Disney para ir preparando al mundo a un nuevo universo de ‘Star Wars’ en el que no va a haber contactos con la historia que ya conocíamos. En realidad, en ‘El despertar de la fuerza’ ya se hacía esto de forma simbólica con la muerte de Solo y un clímax en el que se apostaba exclusivamente por los nuevos personajes en una pelea a tres. Sin embargo, aquí se trata de verbalizar. Se repite en boca de los personajes, a los que solo les falta romper la cuarta pared para azuzarnos contra la nostalgia.
Si en la de Abrams el elemento de nostalgia se materializaba, sobre todo, en un sable láser y el Halcón Milenario, ‘Los últimos Jedi’ va más a la encía con los dados de la suerte de Han Solo o el holograma vintage de la princesa Leia saliendo de R2-D2, (sí, el de ‘ayúdame Obi-Wan’). Además, tenemos aparición del Yoda marioneta, el de toda la vida, de nuevo para reivindicar lo antiguo frente al de las precuelas y en el momento climático, cuando Luke se difumina, ocurre en un atardecer de dos soles como los de Tatooine.
En su voluntad de cortar con los clichés, la afición por sacar estrellas de la muerte tan caricaturesca parece haber acabado. Pero, sin embargo, no han podido resistirse en hacer una mención bastante gratuita, cuando un ariete láser aparece en los momentos finales, y Finn, que conoce de primera mano el arsenal del imperio, se refiere a él como una “mini-estrella de la muerte”. A la fuerza rogando y con el mazo dando. Y eso que no hemos entrado en el factor ‘reboot’.
El ataque de los clones (I)

Se ha comentado en muchas ocasiones que ‘El despertar de la fuerza’ tiene muchas similitudes con el ‘Episodio IV’ de la saga, y es sencillo comprobar ciertos aspectos de la trama que discurren de forma similar. Pero, aunque la plantilla de trabajo fuera la misma, había un énfasis diferente en cada uno de los elementos que conformaban el tablero, de modo que ninguno de ellos tenía el mismo peso en ambas películas, el foco apuntaba a lugares diferentes, por mucho que uno se empeñe en encontrar similitudes. En ‘Los últimos Jedi’ la trama que narra cómo los rebeldes son casi aplastados parece nueva.
Como hemos comentado, hay un espíritu renovador consciente, muy machacado en el guion. Pero, de nuevo, lo está escrito en el texto no siempre se prodiga en la práctica. Se puede interpretar de muchas maneras su intención, sí, pero lo cierto es que la película de Johnson no es menos “remake” que la de Abrams, aunque lo esconde de forma más o menos audaz. Al igual que el ‘Episodio VII’, no por ello deja de ser una obra casi sobresaliente, pero el ejercicio de reciclado de ‘El imperio contraataca’ y ‘El retorno del Jedi’ es bastante evidente.
El elemento más claro, obviamente, es el entrenamiento Jedi en la isla del origen de la orden, que hace las veces de Dagobah. El ritual sigue un camino similar al que vimos en ‘El imperio contraataca’. La resistencia inicial del maestro al entrenamiento, su carácter cascarrabias, e incluso el propio emplazamiento, con pequeños homenajes más o menos conscientes, como ese Ala-X de Luke bajo el agua, que aquí indicaría la decisión del piloto de quedar aislado para siempre del resto del mundo. Ahora él es el Yoda y Rey es él.
Pero en dónde hay una repetición ineludible es con el descenso de Rey al pozo en el que se albergan sus dudas y su vulnerabilidad con el lado oscuro. Pese a que el momento conecte con el lado más 'Harry Potter' de la heroína, no deja de ser una puesta al día de la escena de la cueva de EIC, esta vez representada como una especie de sala de espejos con Rey repetida hacia el infinito en lo que parece un homenaje directo a la película ‘Zardoz’ (1974):

En el resultado de la visión, también Rey ve un par de sombras, que en vez de ser un Darth Vader amenazante parecen dos personas del lado oscuro, supuestamente sus padres, que se funden en una figura que, al desaparecer el vaho del espejo, resulta ser ella misma. Una revelación críptica, cuyo significado no tiene respuestas claras en la película, salvo darle autonomía al personaje encontrado a sí mismo, y que, además, tiene un paralelismo con la cabeza de Vader que también resulta ser Luke, en el pasaje de Dagobah:

El ataque de los clones (II)
Johnson parece no pretender evitar que la situación siga al modelo. Rey decide interrumpir la formación para tratar de recuperar a Kylo Ren, convencida de que aún hay bien en él. Sí, exactamente lo mismo que Luke hizo por su padre en ‘El retorno del Jedi’. Aunque en ‘El imperio contraataca’ primero se iba para ayudar a sus amigos, aquí se toma el atajo hasta el ‘Episodio VI’ y tenemos una rendición total de Rey a Ren. En tierra se queda Luke, charlando con el fantasma de Yoda sobre el destino del pupilo, tal y como hacía Yoda con el fantasma de Obi-Wan, discutiendo detalles sobre si es el último Jedi o no.
Todo esto lleva a una representación, en clave de arte moderno, de la escena en la que se desarrollaba el intenso triángulo de Luke, Darth Vader y el emperador Palpatine. Un momento que transcurre de forma más o menos similar pero ahora con Rey, Kilo Ren y Snoke: unos rayos azules de castigo, un tormento del padawan con imágenes de los rebeldes sufriendo incontables bajas en el espacio, y la rebelión del discípulo del lado oscuro a su maestro, solo que esta vez, después de liberar al héroe, el villano no se redime sino que se queda con el puesto de emperador. Pero ah, no sin antes extender la mano a Rey y proponerle gobernar la galaxia como padre e hi... digamos como ¿amantes?

A estos calcos hay que sumarle pequeños momentos de resampleo menos evidente, como el esa deserción de Finn, similar al de Han Solo en la primera película. Hacerse pasar por soldados del imperio para desactivar un rayo tractor, igual que en el ‘Episodio IV’, y si ya nos vamos más cerca, de la propia ‘Rogue One’. El truco sigue funcionando, pero, oigan, igual en dos películas, dos años seguidos, ya canta. Por si acaso también está la traición del personaje de Benicio del Toro en el momento culminante, lo que explicaría que no aparezca Lando Calrisian por ninguna parte.
Y, a falta de Han Solo, bueno es tener una nueva aparición en último momento del Halcón milenario para lanzar unos cuantos tiros a los malos con un ¡yuhu! ¿Qué malos? Unos cuantos AT-AT acercándose a una base rebelde, similar a la del planeta Hoth, que en vez de nieve tiene sal. Uno de esos momentos en los que alguien en la sala de guionistas propone “El principio de ‘El imperio contraataca’ se coloca al final, y así nadie se dará cuenta”. Una secuencia, por otra parte, increíblemente preciosa a nivel visual, con su suelo cada vez más rojo, de la misma manera que la mansión de ‘La cumbre escarlata' (Crimsom Peak, 2015) del otro del Toro.


Construir para volver a derribar
Como fuerza creativa, Johnson se postula como el renovador de la saga, pero aunque hayamos visto que no es tan rompedora con lo antiguo, sí que parece querer mostrarse bastante opuesta a la apertura de Abrams. Puesto que mucho de lo que construía aquella, aquí parece ser derribado para volver a empezar de nuevo. Si Rey encontraba el sable de Luke, aquí acaba destrozado en dos. La religión Jedi acaba en llamas. No hay mucha reverencia al acabar con iconos antiguos como el Admirante Ackbar.
C3-PO y R2-D2 son poco más que cameos, incluso Chewbacca es uno alargado, solo se hace un pequeño guiño a su tristeza porla muerte de su compañero de aventuras durante años. Sin embargo, es más amable con apariciones como Maz Kanata vía holograma, para proveer de una información que, por otra parte, podría haber dado Poe Dameron él mismo. Un personaje, por cierto, al que se le da cierto arco como aspirante a líder enfrentado a Holdo, comenzando un motín interno que, una vez se despierta Leia, se demuestra inútil.

Huir de las antiguas ideas, como intención, se enfrenta al hecho de que hacen falta nuevos aportes lo suficientemente potentes para sustituirlas. Hay muchas de las cosas que hacía bien el anterior episodio que no han tenido continuidad. Por ejemplo, los intereses amorosos, que estaban llevados al mínimo, se trasforman en un romance descuidado, de última hora, como si a los ejecutivos del estudio se les hubiera ocurrido meter el detalle a presión, quedando doblemente extraño con un beso un poco fuera de lugar.
Algunos desequilibrios en la fuerza
Uno de los momentos más dudosos y forzados es el enfrentamiento de Finn contra Phasma, una némesis que nunca acaba de desarrollarse desde el ligero apunte de ‘El despertar de la fuerza’ pero que aparece aquí como un momento cumbre. En ausencia de un sable laser, Finn toma un arma con resplandor azul para luchar con su “maestra”, cuyo final es un poco tópico, caída cual coyote de Tex Avery, en medio de una orgía de fuego que se percibe como concesión al blockbuster rutinario.

Hay otros detalles un poco parodiables. Como ese estilismo de Snoke, que quizá intenta compensar su fealdad con un batín de Hugh Hefner y, sobre todo, ese comentado vuelo del espacio de Leia a lo Mary Poppins. Seguro que está lleno de buena intención, y no es malo recordar que, al fin y al cabo, suponemos que Organa/Skywalker es una Jedi, o debería serlo tras las promesas de la trilogía original, pero la ejecución del momento está lejos de convertirse en un testamento estelar para la desaparecida Carrie Fisher.
Subtextos, discursos escondidos y explícitos
Toda la universalidad de conceptos que tenía el anterior ciclo, como el héroe homérico, el descubrimiento artúrico, son completadas por referencias religiosas más expresas, obvias en su segunda lectura. Tenemos el sacrificio de Abraham por aquí y algunas cruces puestas intencionadamente por allá, pero en su desmitificación a dos bandas pierde algo del poder de comunicación atemporal que hace que ‘Star Wars’ llegue a distintas generaciones.
‘Los últimos Jedi’ patina es en sus, por suerte no abundantes, intentos de ser relevante e incluir un discurso que hable sobre la actualidad. Si lo mejor de la trilogía de precuelas era el arriesgado, (y nada habitual en el cine fantástico), movimiento de Lucas por exponer que los caudillos aparecen siempre detrás de sonrisas durante un paciente desarrollo de tres películas, aquí Johnson prefiere, de nuevo, colocar el mensaje en boca de los protagonistas.

La charla sobre la resistencia de la vicealmirante Holdo tiene ciertas implicaciones subersivas con el terrorismo, pero el pueril y trasnochado alegato animalista —es la mejor película de la saga contra las carreras de caballos— está metido con destornillador. La pormenorizada explicación sobre los especuladores de la guerra, traficantes de armas y corporaciones explotadoras no tiene más relevancia en la trama que tratar de actualizar el rostro del mal, apuntando al neoliberalismo global. Lo cual, todo sea dicho, no deja de tener su gracia que venga desde el estudio Disney, que espera recaudar dos mil millones de dólares con la película para sumar a los tres mil de las dos anteriores.
Su discurso rupturista es refrescante, pero se echa en falta alguna idea sobre las razones del ascenso de Snoke y la primera orden, algo ausente en ‘El despertar de la fuerza’ que es de nuevo ignorado, sin dar apuntes que expliquen cómo el Imperio, aparentemente derrotado por la muerte del Emperador Palpatine y la destrucción de la Estrella de la Muerte logró reformarse hasta este punto, aunque lo importante es que nos deja la puerta abierta a otra clase distinta de imperio y también de alianza rebelde.

Lo cierto es que, gracias a la rotunda dirección, su extasiante belleza plástica, y su capacidad de crear momentos de intensidad épica, 'Los últimos Jedi' se sobrepone a los baches y se alza como una enorme aportación al legado de la saga. Quizá no es el capítulo que esperábamos, con un guion con tendencia al trazo grueso y poco elegante al transmitir su tema, pero está totalmente a la altura de las circunstancias, y aunque se haga el duro, aún cree y nos hace creer en la magia.
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62 comentarios
heimndal
Los bombarderos de los rebeldes....DEJAN CAER BOMBAS EN CAÍDA LIBRE....EN EL ESPACIO!!!!!! ....se entiende...Después pareciera que los rebeldes pertenecen a las fuerzas fundamentalistas del estado islámico...todos inmolandose...
eusanties
Muy buen artículo desde una perspectiva crítica y objetiva. La mejor crítica entre las menos amables con la película, que he leído. Coincido en bastantes cosas que yo mismo he escrito en mi feisbuk.
No veo irónico lo de Disney y los discursos puntuales de fondo. Creo que tiene cierta perspectiva épica de nuestro propio tiempo.
La subtrama de Canto Bight era necesaria. Es el eco de la ciudad en las nubes, donde surge el mercenario traidor por un lado, pero además demuestra la futilidad de la lucha por los amigos que quieres salvar, cuando resulta de que toda esa subtrama se deriva la muerte de la mayoría de los rebeldes que escapan por la traición de JD. Y es JD también el agente libre y neutral que aporta el prisma que ayuda a percibir el nuevo mundonde Star Wars a la George R. R. Martin, con un bien y un mal mucho menos definidos. Pues Star Wars no es sino cuento de hadas. Y en esta película se transita del viaje del héroe tolkiniano hasta terrenos próximos a la fantasía medieval de Martin, que no es poco.
Leia como Mary Poppins. Como algo peyorativo. Como si eso fuese malo. Qué común es para el fan miope tropezar continuamente con los árboles, sin poder hallar el camino al bosque.
Y en ese bosque está la belleza pura de esa escena. Leía, tan poderosa en la Fuerza. Quizá más que nadie, porque literalmente resucita. Vuelve desde los muertos, desde el frío y la negrura.
samu_enfurecido
A mí lo que me sorprende de tanta crítica negativa hacia esta película es que parece que la gente le otorga una grado de perfección a las originales que no tienen (y no por eso son malas, a mí me encantan) Ejemplos:
-Ewoks derrotando al imperio con piedras y haciéndole peinados monos a Leia
-A algunos se les ha olvidado el añadido de El Retorno del Jedi donde hay un NUMERO MUSICAL HORRIBLE en el palacio de Jabba
-En la trilogía original jamás se explica de dónde viene el emperador, ni porqué tiene poderes ni nada de nada.
-Bobba Fett es exactamente igual de relevante y prescindible que Phasma, y con una muerte todavía más absurda.
-Me chirría la escena inicial con las gracietas con Hux, pero es que el E IV tiene una escena muy parecida con Han Solo vacilando por un comunicador
Y así podríamos seguir...
reyarth
Madre mía, qué de cosas puede comentar el animal humano!!! Una nueva vuelta de tuerca y la búsqueda absoluta a una verdad irrefrenable: la película es un truño de proporciones bíblicas!!!
Por más que deseen justificarse los bien nutridos críticos de cine y por más que pretendan defenderla los hiperapasionados, yo soy un fan con nivel de usuario alto y la película me aburrió tanto que me dormí en el cine. Sólo dos películas han tenido ese fatídico título, interstellar y estos jedi. He visto con pasión todas las películas y la oscura profecía que se vaticinó se está cumpliendo paso a paso, Disney se va a cargar la saga. Es una suerte de gente corriendo de un lado a otro con estúpidas pruebecitas de salón como si fuera un juego de Super Mario Bros.
Podéis poneros como querais pero cuando el rio suena es porque agua lleva. La gran mayoría de fans hemos salido echando pestes del cine y el que escribe por lo menos, no volverá al cine a ver ninguna parodia y esperpento de semejante calibre. Sólo necesitaremos ver las cifras de la próxima: nos la han metido tras Rogue One, pero dudo que la gente se deje una segunda vez. Tiempo tendremos (y que conste que ojalá funcione porque yo no quiero la muerte de la saga, y menos así).
fjmartinjaen
Qué gran decepción! Tanto el Episodio VII como el VIII, enorme y preocupante falta de originalidad en la historia y en el argumento, ¿qué necesidad hay de repetir y calcar lo que ya se había hecho en las otra películas? ¿para qué copiar otra Estrella de la Muerte?, ¿otro Dagobah?, ¿otra batalla parecida a la de Hoth? ¿Tantos millones de euros de presupuesto y no saben más que copiar otra vez lo que ya habían creado? Por favor… un poco más de imaginación para crear una historia original, sólida, sin tanto remake absurdo. No hay necesidad de guiños y más guiños las películas originales, ¿para qué?, otro Imperio, otra Rebelión, otra vez a vueltas con la República, otra vez “únete a mí y gobernaremos la galaxia”,… venga por favor!!! Un poco de originalidad. Que desperdicio!!! Y la historia metida con calzador de Finn y Benicio del Toro, sobra, absurdo! Y Leia volando en el espacio en plan Superman… por favor… Y Rey aprendiendo la Fuerza por ciencia infusa....En fin, una pena.
Lady Abigail Masham
Visualmente, es la película más hermosa que se ha hecho de Star Wars, eso no está en duda. Una decepción, no sé. Llevan 40 años repitiendo la formula(la resistencia a punto de ser aplastada, los jedi a punto de desaparecer) y por qué no lo harían si es un éxito garantizado. Cada una tiene sus bemoles, esta no es la excepción.
No quiero ahondar más, estoy preparando una reseña para otro lado, lo único que puedo decir es que me gustó.
Saludos
hanslanda21
Por favor, que el Despertar de la Fuerza tenia un desarrollo ascendente? El despertar de la fuerza flojeaba muchisimo en su mitad, comenzando con la escena en la que los bichos esos se sueltan en la nave de Han (que parece sacada de Guardianes de la Galaxia más que de Star Wars) pasando por todo el bloque del castillo de Maz que es sin duda el peor bloque de toda la pelicula, para acabar con la infiltracion más chapucera y menos trabajada de toda la saga, en el que por cierto, si rompen una regla interna de la saga (en el Ep4 Han solo avisa de los peligros de viajar por el hiperespacio sin cálculos, y aquí se infiltran en la base Starkiller a la velocidad de la luz y Han la desactiva a mano, a ojímetro vamos, unos microsegundos más y se habrían estampado contra el planeta)
En cuanto al humor, no me puedo creer que utilices el humor como punto fuerte del EP7 frente al 8. Finn en el Ep7 es un autentico payaso, tiene momentos de vergüenza ajena. Vale, lo de BB8 no me ha gustado demasiado, pero aun asi, en esta película el humor está mucho mejor dosificado y más inteligentemente metido que en el 7, que era burdo, facilón e infantil.
heimndal
Otra hermosas es que la Isla esta deshabitada, Solo esta Luke,...pero de buenas a primeras aparecen esas monjas alienigenas...Ah y ni hablemos del nene rabieta Kylo Ren...menos mal que es el nieto de Vader.
perdidos
Querer matar a su sobrino, al hijo del hombre al que le debes la vida mientras está durmiendo no es un acto gris, es el acto más rastrero de la historia.
Bob
Éste es el artículo que más coincide con mi visión de la película, tan interesante (por sus ideas e intenciones) como irregular. Mi principal con ella es el mismo que con 'El Despestar de la Fuerza': no empatizo un pijo con los nuevos personajes protagonistas de esta trilogía.
nome_charles
Pues ya basta para mí. No vuelvo a leer nada sobre el ep 8. Ni nada de SW. Hasta dentro de dos años.
enfi
Si me dices que voy a ver otra peli: la peli no está mal, es correcta.
Si voy a ver star wars: no me gusta en absoluto, no tiene nada que ver, destruye la saga. Mal disney mal.
dante.coronapadron
No entiendo por qué una crítica tan analítica. La película es mala y ya. No necesitas un libro para ello ni profundizarte. Se hizo para niños y en definitiva no muestra ni mostrará lo que sucedió con nuestros héroes después del episodio VI. Al menos no lo que esperábamos. Una princesa Disney que no cuaja con la audiencia. Historia disparatada, guion malo, personajes sin sentido con historias secundarias que a nadie importan, humor torpe y un Ermitaño que decepcionó a millones.
Mr. John Doe
Yo cuando voy a ver una película de ciencia ficción no intento buscarle sentido a las cosas porque es ciencia ficción y punto, y si esta película tiene incoherencias las hereda de la trilogía original que es fantástica.
Yo he disfrutado en el cine y es con lo que me quedo, inclusive me agrado que para variar Rey no fuese hija/prima/sobrina de nadie, si no simplemente una nueva generación, como otros tantos puede haber (y dejan claro que los hay) en la galaxia, lo que da pie a infinidad de historias de Star Wars alejadas de la familia Skywalker (para mi Star Wars puede ser concebida sin los Skywalker, pero no sin los Jedi), ademas que esa relación entre Rey y Ben Solo es la mejor razón por la cual este último puede entrar en razón tarde o temprano.
jusilus
" el momento en el que una rebelde debe lanzar unas bombas y hace lo que puede para hacer caer el controlador de estas." Toda la escena me parece absurda.
Elmandarinomandaloriano
Interesante artículo pero demasiado farragoso y complicado de algo que no lo necesita.
Yo creo que esta película no ha chocado por Luke, ni por el humor, ni nada de eso, lo que ha chocado es el estilo narrativo, la forma de contar la historia. Es difícil verlo porque los elementos típicos de toda película de SW están ahí, pero no es una película de SW al uso como las 7 anteriores y Rogue One.
Antes teníamos cuentos de hadas espaciales, con aventuras y puro carisma, y un toque de tragedia griega. Ahora tenemos una historia dramática de personajes en el espacio.
Con esto no digo que el guión sea mejor o peor, pero lo que ha chocado tanto es eso. La gente ha salido extraña y dice que no es lo que esperaban, el arco de Luke contribuye a eso pero es todo el conjunto y cómo está contado lo que de verdad choca, acostumbrado a todo lo anterior. El VII fue la estructura clásica, narrativa propia de todo lo anterior y esta no.
mr.misteryman
Me hace muchisíma gracia algunos comentarios como los personajes están mal desarrollados (pues mirad el Ep I,II,III, El despertar de la fuerza y Mierdogue One). Las decisiones de algunos son ilógicas e incoherentes o ese o tal personaje no haría eso. Me está recordando a los que criticaban el Padrino III ( cuento hasta 10, cuando algun troll va a decir, que si comparo el padrino con Star Wars). Según muchos ignorantes Michael Corleone del Padrino 3 no es el mismo que el de la 2 y la 1. Se llama evolución amigos mios, los personajes cambian y las tragedias marcan. Obviamente el Luke jovial que esperaba salvar a su padre y que destruyó al imperio y a Dark Sidious tiene que ser el mismo con 60 años, despues de fallar adiestrando a la siguiente generación de Jedis, ver como su sobrino se convierte al lado oscuro y como gracias a él, la primera orden resurge. De hecho queda claro que Luke considera a los Jedis, el origen de todos los males (Joder hasta mi sobrina de 15 años lo pilló en el cine y no es una lumbrera precisamente). Lo que pasa es que Star Wars es una religión o una secta según lo consideres y hay ciertos mandamientos que el fanático de turno no tolera. ¿Que el guión de esta pelicula tiene errores? Repasaos las otras, mirad el Retorno del Jedi en la que unos muñecos de peluche acaban con el Imperio con piedras o como un lord Sith todopoderoso tiende una trampa a la rebelión pero en lugar de poner el escudo a salvo en otro planeta, les da la localización exacta (Claro no contaba con los peluches) o como Finn y Solo tropiezan con Rey en la estrella de la muerte que es como toparte con Hugh Jackman en Australia). En fin...para mear y no echar gota. Y alaban a Mierdogue One y escupen contra Mother de Arofnovski, si es que pronto pedireís el Oscar honorifico para JAr JAr.
quhasar
Partamos de la base de que no soy fan de la saga, veo Star Wars más como eventos puntuales así que no me posee el hype. Una vez aclarado esto, declaro que el conjunto es muy, muy flojo en lo importante, que es la historia, los personajes y la coherencia.
Para empezar, grave es quitar de en medio a Luke, el personaje más importante después de Darth Vader, y mantener a Leia cuando ha fallecido Carrie Fisher. NO LO ENTIENDO, es como tirar piedras contra tu propio tejado. Los nuevos personajes son flojos TODOS o acaban resultando flojos por el desenlace. Rey perdida, sin hacer nada "épico" y sin aprender nada que la convierta en una Jedi, Kylo Ren que no le llega a la suela de los zapatos a Darth Vader, Finn voluntarioso pero suprimible... Y Snoke???? El gran villano en la sombra de esta trilogía muere de manera tan simple que sorprende, pero sorprende por ser decepcionante. Alguien se imagina a Palpatine muriendo así? Se supone que todo el peso de la maldad recaerá ahora en Kylo Ren? Estamos apañados...
Luego, la falta de épica. El "tronco" de la peli es una persecución casi ridícula, a cámara lenta, que no se cree nadie. Menos mal que el desenlace es buenísimo y épico, de lo mejor de la peli junto con la aparición de Luke al final. Lástima que les haya dado por disolverlo luego como un azucarillo, justo cuando recobra la fe en los Jedi. Ya no hay Estrellas de la Muerte o la reconversión de un chaval en el mayor villano de la historia. Y la resistencia da casi que penita...
En fin, que tengo la sensación que Disney ha perdido el rumbo con Star Wars. El Despertar de la fuerza te podía gustar más o menos, pero era muy Star Wars, había mucho que coger de lo antiguo y mucho de lo nuevo que desarrollar... Y Rouge One fue muy buena y fresca, aportaba algo más a la saga. Pero con Los últimos Jedi nos han vendido la moto, nos han quitado todo lo bueno que había o se preveía (Luke, Snoke) y nos dejan para el desenlace de la trilogía con un Finn suprimible, un Kylo Ren que no da miedo a nadie, una Rey que dos películas después se sigue buscando y que se convertirá en Jedi por ciencia infusa, una Leia digital y, lo peor, un objetivo que a saber cuál es... Lamentable.
Esto no lo arregla nadie, creo yo. Así que, sí, creo que esta es la peor peli de Star Wars hasta la fecha.
sonxav
La peli puede gustar más o menos, a mi personalmente me hubiera gustado más si en lugar de matar a Snoke, Rey hubiera "convertido" a Ben al lado luminoso..... Pero reconozco que la lucha codo con codo entre sith y Jedi es muy efectiva e impactante.
La gente se toma estas sagas más en serio que los propios creadores y así nos va, reconozco que hay cosas de la película que me gustan menos y otras simplemente me encantan, pero sigue siendo star wars en estado puro, quizás diferente, pero igualmente fantástica.
23969
¿Es aqui el foro de aficionados al cine nivel alto que ponen a parir peliculas porque no son tan buenas como las que recordabamos de pequeños?
A ver, no entiendo que esta la consideren peor que "El despertar de la fuerza" El guion no es una maravilla pero no es el libreto de cuatro paginas mal hilvanadas del primero.
Hay cosas muy bien pensadas, buenas ideas mal llevadas...
Probablemente la infiltracion para encontrar al hacker experto sea un McGuffin para introducir algo que veremos en el episodio IX. Porque recordad que la pelicula no ha acabado.
Que es mejorable, que los personajes nuevos... Bueno, digamos que lo que le hace Leia a Poe Dameron es lo que le hariamos todos.
Pero bueno, es una pelicula fantastica donde la suspension de la incredulidad tiene que ser maxima. Pero eso desde la primera, desde el episodio cuatro. No es ciencia ficcion. O te dejas llevar o son un truño.
Usuario desactivado
Yo no sé porque se mencionan los fallos de la trilogía original cuando esta es un plagio sin coherencia con los personajes más sosos del mundo con unas tramas que dan vergüenza ajena. Yo no sé como son capaces de continuar una saga importante sobre la marcha. Han mancillado el legado de Star Wars. Incluso han convertido a Jar Jar en un buen personaje.
samu_enfurecido
A mi sí me gustó. A pesar de sus fallos (como si la trilogía original careciese de ellos) es una gran película. Eso sí, quizá la libertad creativa que le han dado al director de la cinta creo que ha jugado en contra y van a tener que remendar todo esto en el último episodio.
Pero en absoluto es decepcionante, la película se siente fresca, original y nueva. Y ya era hora.
joseteer
Nada que comentar sobre el artículo pero... please, mira en la RAE lo que significa "cinemática". En el fondo quieres decir "cinematográfica". Que ese "palabro" lo habéis heredado de los videojuegos y está tan mal dicho allí como aquí.
dongato1
Entiendo las críticas y las respeto, pero algunas veces nos salimos de la escencia de Star Wars que es la fuerza y la lucha interna entre el bien y el mal. Eso hace que sea repetitivo precisamente porque hace parte del personaje y no es un rol único el que se toma de bueno o malo, ese aparente rol de un solo bando solo snoke o yoda intentan generarlo pero realmente cada uno utiliza la luz y la oscuridad para alcanzar objetivos. Considero que en lo fundamental la película está manteniendo un esquema e idea que debemos criticar al cerrar más el circulo, es decir culminar está saga y el ejemplo es kylo que en la anterior película fue criticado ferozmente y está lo que hace es reivindicarlo y explicar más su papel de villano. Las dos escenas que no puedo justificar son la del absurdo beso de Finn y el regreso milagroso de Leía a la nave. Y en sincronía con muchos comentarios el retorno del Jedi me parece regular en muchos sentidos y desaprovechada en muchas maneras.
pustula
Solo en la ciencia ficción dura las naves no "suenan" cuando vuelan por el espacio y Star Wars no lo es.
Y de acuerdo con Dante: es infantil. Pero me gusta el malo, jeje.