'La piel del tambor': Sevilla es lo mejor en la peor adaptación cinematográfica de Arturo Pérez-Reverte, un thriller que destaca por sus decisiones desconcertantes

'La piel del tambor': Sevilla es lo mejor en la peor adaptación cinematográfica de Arturo Pérez-Reverte, un thriller que destaca por sus decisiones desconcertantes

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La Piel Del Tambor

Hacía 15 años que Arturo Pérez-Reverte no se dejaba ver por las salas de cine, desde que Imanol Uribe se atreviese con 'La carta esférica'. Lo cierto es que el escritor no ha tenido suerte con las adaptaciones de sus novelas, y todas acaban siendo un pequeño batiburrillo que demuestran que la verdadera fuerza de las mismas estaba en su material original.

Sin embargo, aunque no haya tenido mucha suerte, lo peor estaba por llegar: 'La piel del tambor' es la peor película basada en una novela del escritor, un thriller tan tópico que se hace extraño, un ejemplo de cómo tomar solo decisiones incorrectas.

We are in Sevilla, my weapon

Empecemos con lo bueno: Sevilla. La película se ambienta en una ciudad absolutamente encantadora realzada por la estupenda fotografía, aunque en ocasiones la falta de presupuesto hace que pueda ser cualquier otro lugar. Tristemente, una ciudad tan bien retratada merecía una película mejor. Peor es la extraña, insólita, terrible decisión de hacer que todo el mundo hable inglés en la película. No solo con Richard Armitage, sino entre sevillanos.

'La piel del tambor' toma la extraña decisión de coger intérpretes españoles de primer orden (Amaia Salamanca, Unax Ugalde, Rodolfo Sancho) y hacerles hablar otro idioma. No es que ellos lo hagan mal, pero se les nota incómodos con la decisión de tener que hablar en un idioma que no tienen por qué dominar, y lleva a situaciones absurdas en el cine de 2022, como la de ver a dos personajes españoles interpretados por actores de aquí en Sevilla hablando entre sí en una lengua que no es la suya. Delirante.

Piel Tambor

En parte, 'La piel del tambor' parece una adaptación de la novela realizada el mismo año de su lanzamiento, 1995, y directamente para televisión: la puesta en escena es absolutamente anacrónica, los actores parecen exagerar continuamente y la película, que no confía en sus espectadores, repite una y otra vez lo que ha pasado hasta el momento, como haciendo pequeñas recapitulaciones por si te has dormido o estabas mirando el móvil.

A Reverte ya le va bien

Me intrigan muchísimo los motivos por los que Reverte es tan indulgente cuando llega la hora de hablar de sus películas. ¿Campaña de promoción, cariño por la obra original o simple manera de salir del paso? El guion cuenta mediante diálogos lo que debería contar mediante imágenes: los personajes están continuamente contándose sus peripecias y atando los hilos sueltos de las tramas de una manera descaradamente ineficaz.

Piel Del Tambor

El libreto de la película junta más tramas de las que es capaz de sostener, olvidándose de algunas por el camino. No es que necesite una revisión: es que los cuatro guionistas que han trabajado en ella deberían haber empezado de nuevo tratando de hacerlo menos lioso. Una simple relectura deja en evidencia sus muchos, muchísimos errores de forma. Los diálogos son obvios y sin chispa, los personajes meros estereotipos, las situaciones absolutamente hilarantes.

Esta quiere ser una película muy seria, pero a veces se queda en sketch de José Mota sin pretenderlo. El equipo de curas informáticos armados hasta los dientes, el hacker entrando al portátil del Papa, las muertes de chichinabo, Jorge Sanz como ladrón... Las adaptaciones son ingratas porque lo que funciona en la novela original no tiene por qué trasladarse bien a la pantalla, pero alguien debió haberse dado cuenta de que la película no estaba funcionando.

Con pecado concebida

'La piel del tambor' es un thriller sin emoción, que va con la calma chicha y avanza en la historia a base de acelerones poco naturales. Nota aparte merece el protagonista, un James Bond clerical que tiene tiempo para sacudir a los villanos, ligar con feligresas y desentrañar misterios. El típico personaje que en una novela es estupendo y carismático pero en cine corta de pleno toda la suspensión de incredulidad.

Esta es la segunda adaptación del libro original: primero llegó la serie 'Quart, el hombre de Roma', que se emitió en Antena 3 y tampoco tuvo mucha más suerte. Quizá, simplemente, hay que admitir que no todas las obras son fácilmente adaptables a la gran pantalla. En el caso de Reverte, desde luego, ni siquiera Roman Polanski o Enrique Urbizu le han podido sacar toda la chicha.

Hay veces en que las adaptaciones se ciñen demasiado a la novela, sin darse cuenta de que lo que en la página funciona puede no hacerlo en pantalla. Es el caso de esta cinta, a la que le hacen falta al mismo tiempo recortes de tramas, un tono sin tantos baches y una mejor explicación de lo que estamos viendo.

Lamentablemente, 'La piel del tambor' se queda a medias de todo lo que podría haber sido, y deja tras de sí una obra tópica pero extraña, a la vez involuntariamente cómica y decididamente seria. La peor enemiga de esta película es ella misma, y eso es lo peor que le podría haber pasado.

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