La obra de madurez de Akira Kurosawa cuyo remake está ahora en salas se puede ver en streaming: una increíble reflexión sobre la vida y la muerte que sigue emocionando

La obra de madurez de Akira Kurosawa cuyo remake está ahora en salas se puede ver en streaming: una increíble reflexión sobre la vida y la muerte que sigue emocionando

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Ikiru Vivir 1952 Akira Kurosawa

Nada resulta más aterrador que aproximarte al punto donde eres consciente de tu mortalidad. Bueno, el ataque de un oso puede ser también bastante aterrador, pero tener presente la muerte en tu mente te lleva al siguiente escalón del horror: darte cuenta de que quizá lo que has vivido hasta entonces no es exactamente vivir plenamente.

La existencia plena es, por supuesto, un ideal inalcanzable. Algo sobre lo que teorizar pero de fácil acceso, porque entonces todo el mundo gozaría del secreto para tener la vida perfecta. Pero entretiene fantasear sobre ello, poniendo en perspectiva todo lo experimentado y considerando aquello que todavía se puede hacer. Es algo de lo que trata de hablar la 'Living' de Oliver Hermanus aunque, realmente, son reflexiones que le vienen heredadas de Akira Kurosawa.

Vivir así es morir (de amor)

'Vivir' es una de las mejores obras de uno de los cineastas imprescindibles de Japón (probablemente el más importante, aunque el más influyente pueda ser Yasujirō Ozu) y se puede encontrar en plataformas de streaming como Filmin, Acontra+ o FilmBox+. Una obra de madurez, aunque se pueda argumentar que ya la alcanzó antes de sus reflexiones sobre la vida y la muerte. No obstante, se gana el apelativo.

Takashi Shimura, que previa a esta película había aparecido en otros films de Kurosawa como un hombre corriente, interpreta aquí a un gris funcionario público que recibe la devastadora noticia de que padece un cáncer incurable. Sabe que le queda poco tiempo, porque su cáncer es estomacal y el médico le ha dado permiso para comer lo que quiera. Esto le lleva a revisar por completo todo lo que ha vivido y trata de buscarle un sentido.

Es una búsqueda compleja, dolorosa incluso. Kurosawa no se corta en mostrar una demoledora tristeza en cómo este hombre se da cuenta de lo poco que ha conseguido realmente, destrozándose cerca de sus conmemoraciones por los años servidos como burócrata. Pero 'Vivir' encuentra también espacios con los que sorprender al espectador que se espere el mayor de los dramones.

'Vivir': una película eterna

Sus cambios hacia una sátira bastante descarada, su marcada estructura que ofrece una segunda mitad realmente diferente y hasta esperanzadora, los pocos disimulados dardos a la ineficiencia burocrática. Elementos argumentales y tonales que dan una fascinante complejidad al conjunto, elevado también por un Shimura espléndido en su rol y una exquisita fotografía en blanco y negro de Asakazu Nakai.

No obstante, el verdadero motivo para recuperar 'Vivir' no sólo hoy, sino repetidas veces, es justo lo que la vuelve una obra de madurez eterna. La película se mantiene inalterable, porque así funciona la captura de instantes que compone al cine, pero con los años que envejece el espectador su percepción varia notablemente.

El protagonista puede pasar de ser alguien de quien sentir compasión a ser un espejo donde poder mirarnos. Esa cualidad mágica no es fácil de capturar, y mantiene a la cinta de Kurosawa eternamente viva y siempre digna de celebrar.

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