George Cukor y las mujeres (I): 'Nacida ayer'

George Cukor y las mujeres (I): 'Nacida ayer'
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George Cukor fue uno de los directores estadounidenses más emblemáticos de la Época Dorada de Hollywood. Especializado sobretodo en comedias y adaptaciones literarias, acostumbraba a centrar sus películas en personajes femeninos con mucho carácter y, además, con una especial habilidad para la dirección de actores, conseguir interpretaciones maravillosas. Esto le llevó a ser denominado como el director de mujeres y, si repasamos su filmografía, es un sobrenombre que no tiene discusión. En ‘Nacida ayer‘ (‘Born yesterday’, George Cukor, 1950) fue la actriz Judy Holliday la que consiguió el papel protagonista y ofreció una actuación antológica.

En primera instancia, es necesario aludir al título de la película y a su significado, pues hace referencia a la expresión inglesa I wasn’t born yesterday, que se traduce literalmente por No nací ayer. Un encabezamiento sarcástico que deja entrever el tono y la evolución de la trama y la de su protagonista, en una de las mejores comedias de la historia del cine. Este título se lo debemos al escritor y, esporádicamente director, Garson Kanin que creó esta obra de teatro estrenada Broadway en 1946.

Títulos de crédito iniciales de

Los derechos de la obra fueron adquiridos por Harry Cohn, director de Columbia Pictures, quien otorgó el proyecto a George Cukor. Éste, junto con Garson Kanin, querían que Judy Holliday y Paul Douglas repitiesen los papeles que tan exitosamente habían representado en los escenarios cuatro años antes. Harry Cohn, sin embargo, tenía otros planes. Con Broderick Crawford en plantilla y su flamante Oscar por su actuación en ‘El político‘ (‘All the king’s men’, Robert Rossen, 1949), impuso al actor como mejor opción para el personaje de Harry Brock. Para el papel femenino, tenía en mente a Rita Hayworth pero el éxito de Judy Holliday con su papel secundario en ‘La costilla de Adán‘ (‘Adam’s rib’, George Cukor, 1949) y la insistencia de Cukor, le hicieron cambiar de opinión.

Esta intérprete nacida en Nueva York, igual que Cukor, merece una mención especial por lo desconocida que resulta para muchos espectadores. Tuvo una extensa carrera en teatro, con un grupo llamado ‘The Revuers’ del que también formaban parte Betty Comden y Adolph Green, guionistas de ‘Cantando bajo la lluvia‘ (Singing in the rain, Gene Kelly & Stanley Donen, 1952). Con unos comienzos algo desalentadores en el cine, sus interpretaciones en la ‘La costilla de Adán’ y luego en ‘Nacida ayer’, la elevaron al estatus de estrella.

Judy Holliday y William Holden en

Pese a representar, a menudo, el prototipo de rubia ingenua, poseía un coeficiente intelectual excepcional. Un rasgo que compartía con Marilyn Monroe. El enorme talento y el evidente ingenio de esta actriz se manifiestan, en todo su esplendor, en esta cinta. Como otros grandes cómicos, Judy Holliday conseguía conmover, con una combinación perfecta de gracia y ternura, de risa y emoción. Sus interpretaciones estaban trabajadas hasta el último detalle. La cadencia de los diálogos, la modulación de la voz —más aguda en esta cinta para enfatizar su ingenuidad— o los gestos, son sólo pinceladas del abanico de registros cómicos de la actriz. Una verdadera artista que, por desgracia, la caza de brujas y su muerte prematura, apartaron de la pantalla de forma precipitada.

Como curiosidad queda añadir el hecho que el papel de Lina Lamont, interpretado por Jean Hagen, en ‘Cantando bajo la lluvia’ fue un homenaje a su personaje de Billie Dawn en ‘Nacida ayer’. Escrita por Betty Comden y Adolph Green, sus compañeros en ‘The Revuers’, como he comentado antes. La estética y la voz son un calco indiscutible a su actuación en esta película de George Cukor.

El papel de Lina Lamont toma como referencia el de Judy Holliday
El personaje de Jean Hagen en ‘Cantando bajo la lluvia’ está claramente inspirado en Judy Holliday.

Los otros intérpretes principales del film, Broderick Crawford como Harry Brock y William Holden como Paul Verral, realizan dos actuaciones también de aplauso continuo. El primero representa a un comerciante de chatarra convertido en millonario que intenta conseguir los favores de un congresista para seguir ampliando su imperio. William Holden interpreta a un periodista incisivo de principios intachables y, tal vez, algo ensimismado que pone el dedo en la llaga a través de sus artículos. La lucha entre la ignorancia y el conocimiento, entre la corrupción y la honestidad, quedan perfectamente retratadas con estos dos actores.

La labor de George Cukor como director en esta cinta, se manifiesta especialmente en el trabajo con los actores y en la sutil adaptación de un texto teatral a un formato distinto. Se modificaron diferentes aspectos de la obra para poder trasladarla a la gran pantalla, por ejemplo el escenario, la ciudad de Washington. Se usaron varias localizaciones y se rodó en sitios emblemáticos, para desplazar y dinamizar la acción. Otro rasgo distintivo del director era el realismo que imprimía a sus películas, pese a tratarse de comedias. Escenas con una fuerte carga dramática, como la de la bofetada de Broderick Crawford a Judy Holliday, son añadidas como muestra de autenticidad y con una evidente cercanía con la vida cotidiana. Secuencias memorables como en la que juegan a cartas Harry y Billie o en las que se discute sobre la verdadera naturaleza del apredizaje, dejando en evidencia la pedantería de quienes pretenden imponer lo que se supone que es lo mejor, son excepcionales.

Escena de

Basta comparar esta película con la versión que hizo Melanie Griffith, acompañada por Don Johnson y John Goodman, en el remake de 1993 el mismo título, para ver la sutil y demoledora diferencia entre una y otra. Directores como Woody Allen, citan esta película como una de las mejores comedias que se han filmado nunca y especialmente el papel de Judy Holliday como uno de los más extraordinarios. No podría estar más de acuerdo.

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