Dura sólo 3 horas y es mejor que una escuela de cine: Martin Scorsese contagia su pasión por el arte y su historia en un documental fascinante

Dura sólo 3 horas y es mejor que una escuela de cine: Martin Scorsese contagia su pasión por el arte y su historia en un documental fascinante

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Martin Scorsese Viaje Cine Americano 1995

Vale, decir que algo es mejor que una escuela de cine suena excesivamente irrespetuoso con la labor que se hace desde la docencia, y no es la intención. No obstante, me vais a permitir la boutade de afirmar que estar horas escuchando a Martin Scorsese hablar de cine y de su historia resulta una experiencia más enriquecedora y entretenida que la mayoría de las cosas.

Scorsese no es sólo uno de los mejores directores que han existido, capaz de meternos en historias potentes con claroscuros morales con un brío narrativo y visual que pocos pueden igualar, aunque no por ello deja de ser tremendamente influyente en el cine comercial. Es, también, un estudioso del arte, de la industria, y también un restaurador dispuesto a que lleguemos a joyas realmente perdidas y ayudarnos a entenderlas.

Un viaje al pasado muy moderno

Su faceta divulgativa y más accesible están en las poco más de tres horas de 'Un viaje personal con Martin Scorsese a través del cine americano', una fabulosa miniserie documental que podemos ver a través de Filmin. Producido por el British Film Institute y Miramax, Scorsese se planta ante la cámara para ofrecer tres episodios que diseccionen la historia del cine americano.

Con la ayuda de varias de sus cintas predilectas, nos introduce en la figura del director a través de sus diferentes facetas: el director y su dilema entre la creatividad y la industria cinematográfica. El director como un ilusionista, explorando a los pioneros de las técnicas que damos por sentadas. El director como un contrabandista, estudiando a los que introducían sutilmente mensajes transgresores en tiempos de represión. Y, por último, el director como iconoclasta, los que atacaron directamente a los convencionalismo.

Del western al musical. De D.W. Griffith a Sam Peckinpah. De Douglas Sirk a Stanley Kubrick. Con el apoyo de testimonios de algunos contemporáneos célebres, como Francis Ford Coppola, Clint Eastwood o Brian De Palma, Scorsese hace un polifacético retrato de la figura del cineasta y, por extensión, de todas las posibilidades del cine. No hay diferencia cualitativa entre un film de gangsters y un melodrama, hay emoción detrás o no la hay.

'Un viaje personal con Martin Scorsese a través del cine americano': aprendiendo del mejor

trailer

Esa difuminación de fronteras muestran que su concepción del arte es rabiosamente moderna, a pesar de que ciertos sectores tuiteros lo enmarquen como una reliquia del pasado. Scorsese nos mete por todo ello a través de un exquisito uso del montaje, que alterna sus comentarios y los testimonios con metraje de los films comentados, haciendo una experiencia dinámica además de didáctica.

Pero su parte didáctica, además, es fascinante y enriquecedora. Scorsese es capaz de hablar con presencia y elegancia, pero no esconde lo mucho que le apasiona lo que está comentando. Y ese entusiasmo es contagioso. Mientras va enriqueciendo tu lenguaje te deja asombrado con imágenes del pasado que no pierden un ápice de fuerza. Es justo el tipo de clase que necesitas para disfrutar de verdad del cine clásico.

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