"Aunque estuviese leyendo 'Mujercitas', pensaría que podría funcionar con Luis Tosar": Paco Plaza, director de 'Quien a hierro mata'

"Aunque estuviese leyendo 'Mujercitas', pensaría que podría funcionar con Luis Tosar": Paco Plaza, director de 'Quien a hierro mata'

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'Quien a hierro mata' ya está en nuestros cines y, con ella, Paco Plaza no sólo ha conseguido asfixiar al respetable durante una hora y cuarenta minutos imprescindible que se sitúa automáticamente entre lo mejor del año. Además, ha logrado ir un paso más allá en cuanto a calidad se refiere dentro de su filmografía; algo que se antojaba muy complicado después de esa joya del terror patrio titulada 'Verónica'.

Con motivo del estreno de su nueva película, protagonizada por un Luis Tosar tan descomunal como de costumbre, he podido charlar con el director valenciano sobre narrativa, costumbrismo, influencias coreanas y algún que otro tema más durante una entrevista que no tiene desperdicio. Aquí la tenéis. 

"Soy un fanático del cine coreano".

  • Vamos a empezar por el principio. Y cuando digo por el principio, me refiero al primer plano de la película. 

Vale (risas).

  • Me ha recordado mucho al de ‘Brawl in Cell Block 99’. Pero aquí, en lugar de una lata de cerveza revientas un mejillón de un manotazo. Con este plano parece que ya nos estés contando todo lo que teníamos por delante...

Siempre es un desafío encontrar la imagen final y la inicial de las pelis. De alguna manera, la primera imagen tiene que ser un titular y la última un compendio. Así es como me gusta pensar o estructurar la puesta en escena de las pelis.

La imagen del mejillón simboliza muchas cosas: es la violencia rompiendo el equilibrio, te sitúa geográficamente en un lugar y, sobre todo, es una declaración de intenciones de cara al espectador, decirle que lo que vas a hacer es reventarle algo delante de sus ojos, algo que le sacuda, algo muy violento.

  • Como dices, es muy importante encontrar un primer plano y un último. En este caso, la bofetada final es tremenda y resume muy bien las lecturas que explora la película sobre la familia y las herencias, a veces indeseadas. ¿Hay alguna inquietud personal tras estos temas? 

El guión de la película me lo propuso Emma Lustres, de Vaca. Lo leí, y cuando llegué a la imagen final me quedé en shock y pensé que quería rodarla. Es muy difícil encontrar una peli cuya imagen final resuma tan bien una trama y el corazón de una peli. En este caso, el rollo de cómo alimentarte de rencor sólo te va a conducir a una espiral de odio que no lleva a ningún sitio. Esta imagen final es la que me decidió a hacer la peli. Me impactó tanto que pensé que impactaría igual a todo el que la viese.

  • Al igual que este plano final, la película tiene muchas imágenes símbolo muy elaboradas y evocadoras. Viendo todas estas imágenes y respirando la atmósfera de la película, da la sensación de que te hayas marcado un thriller coreano a la gallega. No creo que sea coincidencia que el otro día subieses a instagram una foto con Park Chan-wook en Sitges...

Totalmente, soy un fanático del cine coreano. Especialmente de Park [Chan-wook], pero también de Bong Joon-ho, de Kim Ki-duk... lo que más me gusta de toda esta generación nueva de cineastas coreanos es cómo su aproximación a las películas es más poética que narrativa. Por ejemplo, en toda la trilogía de la venganza de Park, muy por encima de la trama está la manera en que explica la acción. Ahí hay algo que he intentado aplicar en esta peli, que es cómo la cámara se mueve por la psicología del personaje más que por la acción que está relatando. Es una influencia muy confesa. Mi intención era que tuviera ese hálito que tienen las películas coreanas, que es el poco apego a la trama y más al tono y a la poesía de las imágenes.

  • Además de en el tratamiento de la cámara y en el apego por la poesía, se nota en temas de estructura, porque a los coreanos les mola mucho esto de retorcer los tres actos y cambiarte la película cuando menos te lo esperas.  

Tal cual. Nosotros, con David, el montador, lo llamábamos el cuarto acto. Hablábamos de que la película terminaba y luego empezaba un cuarto acto. 

  • Siguiendo con temas de imagen. Con Pablo Rosso llevas trabajando desde 'Abuelitos', hace veinte años, y en la película tienes momentos muy contenidos y sobrios combinados con escenas muy libres y experimentales. ¿Cómo trabajásteis el aspecto visual? ¿Qué directrices teníais?

Por un lado tenemos el tratamiento de cámara. Con Pablo hablamos que los movimientos de cámara siguiesen la emoción y no la acción. Por eso hay momentos en los que el traveling es estable, sobre ruedas y de acercamientos lentos, y momentos en que es súper loco y tiramos de cámara en mano. 

Por otro lado, en el aspecto fotográfico, como la película retrata ese viaje de la luz a la oscuridad, queríamos presentar a Luis con el rostro bañado en luz, sin ninguna sombra, y que la aparición del personaje de Antonio lo que va haciendo es añadirle sombras en la cara. Cada vez su rostro es más maltratado por la luz. Con Pablo curramos mucho ahí, y con una premisa muy interesante, que es que sólo podía haber un único punto de luz en cada escena. Esto le complicó mucho la vida, pero hizo que el trabajo fuera muy interesante.

  • Cuando salió el primer avance de la peli, muchos flipamos, porque siempre te asociamos con el género de terror, y aquí, teóricamente tenemos un thriller. Pero hay una fina línea que lo separa de una película de terror al uso. ¿Dónde la encajas tú?

Yo diría que es un thriller mezclado con una tragedia familiar, con un drama. Si tuviese que elegir una pestañita de la Fnac sería thriller.

  • Independientemente del género, siempre te las apañas para meter un puntito costumbrista. Sigo enamorado de las entrevistas en la portería de '[·Rec]'. Aquí tenemos las secuencias con los abuelos y con el personaje de Luis cuidándoles... ¿Cómo te las apañas para que sea tan orgánico en una película tan turbia?

No lo sé... Yo siempre creo que las películas tienen que transcurrir en un lugar y en un momento concreto. Me gusta la idea de ser muy fiel al lugar en el que ruedas, en este caso Galicia, y en este caso el costumbrismo llega de intentar retratar la realidad. De que los personajes sean personas de verdad, o los lugares. De hecho, rodamos en una residencia que estaba en activo; la hora de la comida que está rodada es la hora a la que comían los ancianos de verdad, los enfermeros que aparecen no son actores, el ginecólogo es un ginecólogo de verdad... Me gusta mucho la idea de no perder nunca el contacto casi documental con la realidad que retratas.

  • Suele tenderse a falsear la realidad a favor del tono o del estilo de la película...

Yo prefiero abrazar lo que la realidad te ofrece, no intentar estilizarla o falsearla. En esta peli hay una serie de decisiones muy concretas que llevan al naturalismo, desde el hecho de rodar un parto real a que el ginecólogo sea de verdad, que los ancianos que aparecen sean residentes de esa residencia en concreto... Me gusta mucho eso, infiltrar nuestra peli en una realidad que existe.

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  • Tal vez esta realidad sea uno de los elementos que hacen funcionar tan bien el drama y la ficción.

Yo creo que sí. Te hace empatizar más, te hace creer que los personajes son personas de verdad, y favorece la suspensión de credulidad.

  • Precisamente es esto lo que hace que acabes conectando tanto con el personaje de Luis Tosar. ¿Fue una selección automática para el papel protagonista? 

Aunque estuviese leyendo 'Mujercitas', pensaría que podría funcionar con Luis Tosar. Podría hacer funcionar cualquier cosa y es increíble verle trabajar. Cómo consigue dar verdad a todo lo que hace es increíble. He sido fan de Luis durante años y verle trabajar ha sido un privilegio, y entiendo que todo el mundo quiera repetir con él.

  • ¿Le dejabas muy libre?

Muy libre. Esto es como Messi. Si tienes a Messi no le puedes decir que juege en la banda. Messi que esté por ahí, que haga lo suyo. Luis es un artista, es parte de la elaboración de la peli. Nuestro trabajo ha sido muy colaborativo. Hubo un trabajo previo de explorar el personaje, de llegar a una serie de acuerdos sobre cómo veíamos el personaje, pero Luis es un actor ultradisciplinado hasta extremos increíbles y todo es muy fácil con él. Te lo pone todo muy fácil. Partes de una base que está muy bien y ya sólo hay que buscar el matiz, y te lo reproduce con la intensidad exacta. Imagínate decirle 'Oye, Luis, me molaría que cuando le estás diciendo esto, en realidad estás diciendo lo contrario'. Y te lo da. 

  • Además es un papel muy complejo, por los claroscuros y la ambigüedad moral...

Sí. Ya sabiendo que era Luis, hay escenas que se reescribieron, sabiendo que eran cosas que él podría hacer. Por ejemplo, hay una escena que empieza con el riéndose y que termina llorando viendo la tele, que la escribimos pensando: 'esto Luis lo puede hacer'. Este tipo de cosas tan sutiles las hace muy bien. 

  • ¿Por cierto, 'Maldito viernes' va a llegar algún día?

No... Ya se quedó atrás. Ojalá. Peli de vampiros sí que haré, pero 'Maldito viernes' ya no.

  • Con que me digas que peli de vampiros sí, ya me quedo contento.

Es una espina que tengo clavada. Tengo que hacer una peli de vampiros.

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