'Memorias de un asesino internacional', entretenimiento del montón

'Memorias de un asesino internacional', entretenimiento del montón

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'Memorias de un asesino internacional', entretenimiento del montón

Como es lógico, cada vez estamos viendo más películas exclusivas de Netflix, pero parece que hasta ahora las más exitosas han sido las dos primeras de sus cuatro colaboraciones con Adam Sandler. Es cierto que su tirón comercial ya no es el que fue hace unos años, pero sigue siendo una estrella que arrastra a mucha gente y que tiende a volver a trabajar con los mismos actores.

Uno de los intérpretes que ha coincidido en varias ocasiones con Sandler es Kevin James, un gran nombre de la pequeña pantalla norteamericana al que muchos en el resto del mundo descubrieron gracias a ‘Hitch’. Desde entonces le hemos visto en unas cuantas películas y ahora debuta en Netflix con ‘Memorias de un asesino internacional’ (‘True Memoirs of an International Assassin’), una comedia de acción que no me daba buenas vibraciones. Luego me ha sorprendido, pero de forma insuficiente.

Un arranque prometedor

Kevin James Memorias De Un Asesino Internacional

No son pocos los actores asociados a una imagen muy concreta que, por un motivo u otro, acaban explorando en casi todos sus trabajos. En el caso de James parece que como protagonista es la de un hombre de mediada edad patoso pero bienintencionado que acaba sobreponiéndose a los problemas a los que ha de hacer frente. Eso vuelve a suceder en ‘Memorias de un asesino internacional’, pero lo realmente importante es el contexto, lo más llamativo de la función.

‘Memorias de un asesino internacional’ nos cuenta cómo un aspirante a escritor es confundido con un mítico asesino a sueldo que lleva varias décadas desaparecido y al que muchos daban por muerto. Suena muy forzado, pero el guion de Jeff Morris le da una justificación más o menos razonable -hay un detalle importante que es mucha casualidad, pero bueno, la “magia” del cine- para que exista esa duda razonable.

Además, el primer acto funciona de forma bastante correcta, primero jugando a mostrarnos lo que está escribiendo el protagonista y luego su inesperado ascenso a la fama gracias al libro que ha escrito. No hay grandes sorpresas ahí, pero tampoco excesos innecesarios -lo más parecido a ello sería la agente literaria y hasta tiene su gracia su actitud- y además todo avanza con fluidez y despertando cierta simpatía en el espectador hacia James. Más que aceptable.

’Memorias de un asesino internacional’, de “más” a menos

Escena Memorias De Un Asesino Internacional

Por desgracia, la llegada de la acción no solamente desequilibra la película –un problema habitual en las cintas que lo mezclan con la comedia-, sino que demuestra que Morris no era el guionista adecuado para desarrollar el increíble lío en el que se ve envuelto el protagonista. Todo el mundo quiere aprovechar sus supuestas virtudes para el asesino, por lo que ‘Memorias de un asesino internacional’ se convierte en un correcalles que nunca te deja satisfecho.

Ahí surgen varios problemas. Por un lado, ver demasiado poco a Andy García, bastante divertido aquí, y por otro que hay otra serie de personajes que lo embarullan todo más sin demasiada necesidad y que simplemente son bultos que no hacen gracia y que tampoco inspiran esa necesaria sensación de temor para que la parte de acción resulte más emocionante. Así de paso se hubiera compensado que las cosas pasen un poco porque sí…

Imagen Memorias De Un Asesino Internacional

No me olvido tampoco del trabajo de Jeff Wadlow tras las cámaras, meramente funcional durante la mayor parte del metraje y profundamente insatisfactorio durante las escenas de acción. Ahí noto sobre todo un montaje desacertado, ya que la película cae en esos error de ir cambiando de plano demasiado rápido para que uno no pueda disfrutar de los combates cuerpo a cuerpo. Al menos Zulay Henao, sustituta de última hora de Génesis Rodríguez, me transmitió cierta credibilidad en sus escenas de acción.

Soy consciente de que ese es un mal demasiado habitual en Hollywood, pero esas anodinas coreografías -si es que las hubo y no se hizo todo como buenamente se pudo para intentar salvarlo después en la sala de montaje- hacen que uno se canse, ya que, como mencionaba, no tengo esa sensación de peligro y además han complicado innecesariamente la trama en lugar de explorar a fondo el absurdo de lo que está pasando. Además, los toques cómicos ya rara vez funcionan.

Todo queda entonces a merced de la eficacia de momentos puntuales -alguno hay, ojo-, cada vez menos habituales, y de la capacidad de James para servir como punto de referencia. Le recuerdo trabajos peores, pero aquí tampoco me convence, en especial cuando llega el momento de ser valiente. Es una concesión necesaria para resolver la historia, pero para entonces ya había perdido cualquier tipo de simpatía hacia él y lo único que veía era lo forzado de la situación.

En definitiva, ‘Memorias de un asesino internacional’ es un entretenimiento del montón. Una lástima porque no empieza mal y cuenta con un Andy Garcia inspirado pese a las limitaciones de su personaje. Por lo demás, una propuesta floja que al menos no resulta bochornosa -como ‘The Ridiculous 6’- o aburrida -el mayor pecado de ‘Soy la bonita criatura que vive en esta casa’ (‘I Am The Pretty Thing That Lives In The House’)-, pero sí anodina cuando su gran foco de interés era lo llamativo de su premisa. Para ver con el cerebro fuera de cobertura.

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