Seis usuarios nos explican por qué cada vez más gente recurre a un proyector para ver sus series y películas favoritas

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La forma de consumir contenido audiovisual ha cambiado en los últimos años. Además de acceder a películas y series de una forma distinta, existe cierto tipo de público que le ha cogido el gusto a vivir la experiencia en casa casi como si estuviera en una sala de cine: con una gran pantalla, las luces apagadas y, si la ocasión se presta, acompañados de palomitas. 

En estas ocasiones, el televisor ya no es el único aparato que se convierte en el centro de entretenimiento del hogar. Hay usuarios que optan por instalar un proyector. Hemos hablado con seis de ellos –de entre 25 y 60 años– para que nos cuenten cuáles son las razones que les han llevado a tener uno en casa. Y adelantamos que no son solo cinematográficas. 

Pero antes de conocer su opinión, Ramón Campos, de Bambú Producciones, llama la atención sobre algo a tener en cuenta cuando se ve cine en casa: "Como productor, para mí lo más importante es que la intención del director de fotografía en el rodaje llegue al espectador. Durante mucho tiempo hemos estado buscando un sistema que nos asegurase que lo que veníamos en la sala de cine de Bambú Producciones fuese exactamente lo que él tenía en la cabeza. Pero no fue hasta que el equipo de cine nos propuso el proyector BenQ W11000H que lo logramos. Ahora estamos seguros –continúa Campos– que la claridad, la resolución y, sobre todo, el color y el contraste de nuestras series y películas es el adecuado". 

El proyector gana al televisor

Disfrutar de un gran formato es una de las principales razones que aluden la mayoría de los entrevistados para tenerlo en casa. “Con el proyector la imagen es más grande, pero además evito tener una tele enorme, negra y fea decorando mi salón”, sostiene Sergio (34 años), al que le regalaron el suyo hace tres meses y desde entonces solo usa el televisor ocasionalmente.

En el caso de Laura (26 años), el pequeño tamaño de su televisor y no tener hueco para uno más grande fue lo que animó a su pareja a comprarlo. “Lo tenemos instalado en una habitación que usamos como despacho. Ahí también tenemos un pequeño sofá encima del cual está el proyector, que proyecta la imagen sobre la pared que está detrás de los ordenadores”. 

“Vi un proyector en casa de un amigo y me pareció espectacular, ya no solo por las pelis o las series, sino porque también tenía conectada la consola”

Detrás de la decisión de Aida (34 años) también hay problemas de espacio, aunque diferentes. “Tengo un salón bastante alargado y por la disposición de los muebles, una tele normal quedaba demasiado lejos de la zona en la que nos sentamos. Además, en casa somos bastante cinéfilos y nos gusta mucho la experiencia de ver las películas y series en gran formato. Por otra parte, vimos que por el mismo precio de un aparato de televisión ‘intermedio’ podíamos tener un proyector de muy buena calidad, con una pantalla de mucho más tamaño y un buen equipo de sonido”. De esto hace siete años y en su casa, por ahora, no tienen televisor. 

Javier (46 años) se empeñó en tener uno cuando lo vio en casa de un amigo. Eso fue en 2007. “Me pareció espectacular, ya no solo por las pelis o las series, sino porque también tenía conectada la consola, por ejemplo”. Lo tiene instalado en el salón, con un soporte especial y una pantalla que despliega cada vez que lo usa, donde comparte espacio con un televisor de 47 pulgadas. 

Más que una experiencia de cine

José Manuel (61 años) es el de mayor edad de todos los entrevistados. Tiene un proyector en casa desde que hace tres años se lo regaló uno de sus hijos por Navidad. Su llegada le dio la excusa perfecta para acondicionar una sala expresamente para instalarlo. “Siempre digo que estoy en el cine cuando me voy allí, donde también tengo una butaca reclinable. La sensación que crea de ‘sala de cine’ es diferente”. Aunque tiene un televisor de gran tamaño, su proyector es capaz de reproducir la imagen con unas dimensiones de hasta de 2 x 1,10 metros.

Cine En Casa

Esa vivencia más cercana a una sala de cine es una de las cosas que más valoran los propietarios de un proyector. “Ofrece una experiencia más cercana al cine por esa diagonal. Es cierto que esa diferencia se ha ido difuminando porque ahora es posible comprar teles de 65 y 75 pulgadas –reconoce Javier–, pero siempre tengo en mente montar algún día una sala de cine con un proyector 4K. Algo separado de la tele de salón, pero de momento esta solución me parece estupenda”. 

"El hecho de apagar la luz y verlo en pantalla grande me parece más íntimo y es otra forma de vivir la experiencia de ver una película o serie. Cuando ves un partido de el fútbol, además, también ayuda a sentirse que estás allí mismo"

Leda (41 años), por su parte, lo ha llevado hasta sus última consecuencias. Quería montar un cine de verano en la casa familiar que tienen en el pueblo y utilizar un proyector se presentaba como la mejor opción. “Por su trabajo, mi chico trabaja habitualmente con uno y le entusiasmaba poder tener uno propio. Lo instalamos hace cinco años y las imágenes las proyectamos en una pared”.

La mayoría de ellos lo utilizan para ver película y series, pero no únicamente. Además de tenerlo también conectado a la consola, como reconocen Javier y Aida, los deportes también están entre los contenidos preferidos de José Manuel y Laura. “El hecho de apagar la luz y verlo en pantalla grande me parece más íntimo y es otra forma de vivir la experiencia de ver una película o serie. Te permite concentrarte más, meterte más en lo que estés viendo y es más difícil distraerse. Cuando ves un partido de el fútbol, además, también ayuda a sentirse que estás allí mismo”, describe Laura. 

Consejos para elegir un proyector

En lo que coinciden todos los entrevistados es en que las sensaciones que produce ver un contenido con un proyector son diferentes a cuando utilizan un televisor. Por eso recomiendan su compra. 

Llegado el momento de la adquisición, una de las características en las que hay que fijarse es la resolución, es decir, el número de píxeles que formarán la imagen proyectada. Lo ideal a estas alturas es optar por un modelo 4K UHD (3.840 x 2.160) como el BenQ W11000H que, además, también ofrece unas tonalidades de color mejoradas gracias a su certificación THX

W11000h

El contraste y la luminosidad también influyen. El primero mide el rango entre el punto más claro y el más oscuro: a mayor diferencia entre ellos, más calidad y detalle. En el caso del modelo de BenQ es de 50.000.1. La luminosidad, por su parte, indica la cantidad de luz que emite un proyector y se mide con lúmenes ANSI. Cuanto más ofrezca, menos necesitaremos oscurecer la habitación para ver las imágenes. Con 2.200 no deberíamos tener ningún problema.

Si se va a utilizar básicamente para ver películas, es interesante que la proporción de la proyección sea 16:9, que es en la que están disponibles este tipo de contenidos. Aunque para los más exigentes lo ideal sería una más panorámica, como el formato Cinematic Wide 2,4:1 que incorporan algunos modelos de BenQ. Solo así se evitará que aparezcan la molestas franjas negras que en ocasiones se muestran en la pantalla de nuestro televisor y disfrutar en casa de una experiencia que cada día se acerca más a la de una sala de cine.  

Benq W2700

Para lograrlo, al margen de su tope de gama, BenQ cuenta con proyectores más asequibles, como el W2700, que permite una experiencia cinematográfica satisfactoria a un menor precio.

Imágenes: BenQ e iStock/KatarzynaBialasiewicz

BenQ W2700 - Proyector Home Cinema UHD 4K HDR-PRO (3840x2160), DLP, DCI-P3, con correccion trapezoidal automática

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