¿Qué le ha pasado a Héroes?

¿Qué le ha pasado a Héroes?
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Éste es uno de los misterios más desentrañables de la televisión americana reciente para mí. ¿Cómo puede ser que una serie que empezó apuntando tan alto, como Héroes, haya sufrido un batacazo tan grande en tan poco tiempo? ¿Hemos estado ciegos desde el principio, y siempre fue un despropósito? ¿O es que sus creadores se durmieron en los laureles tras una primera temporada en la que había quien decía que era un serial mejor que Perdidos?

La sensación que está dejando la tercera temporada, que anda ya cerca de su ecuador, es de desorientación. Lejos de mejorar una segunda que, además, se vio truncada por la huelga de guionistas, han ahondado todavía más en los defectos que arrastraban desde el principio, como no seguir las propias verosimilitud y continuidad de la serie con los poderes de los personajes, o llevarlos dando bandazos de un lado a otro (¿alquien puede explicarme qué rayos pasa con Elle?) o tener demasiados personajes dispersos en multitud de tramas que, excepto en contadas ocasiones, tienen un interés mínimo. Hay detalles que permiten que aún mantengamos cierta esperanza, pero no terminan de concretarse nunca.

Los villanos que nos prometieron en este volumen han quedado reducidos prácticamente sólo a Arthur Petrelli, que parece el único que sabe lo que se trae entre manos. Todos los demás cambian de alianzas, de ideas y de propósito en la vida a la misma velocidad a la que se desplaza Daphne. Es cierto que se supone que este principio de la temporada exploraría la tentación del lado oscuro de las “habilidades”, pero hasta Anakin Skywalker tardó un poco más en convertirse en Darth Vader. Aquí, en el curso de un episodio, Sylar pasa de monstruo a héroe, y al revés, en un santiamén y por arte de magia. Y lo de Mohinder transformándose en ‘la mosca’, que podría resultar interesante, es de lo más aburrido.

Yo no le pido mucho a ‘Héroes’. Que sea entretenida y no me tenga preguntándome qué se han fumado los guionistas para sacarse de la manga tramas como la de Elle, que tan pronto quiere deshacerse de sus poderes y morir, como se convierte en una villana despiadada, o esa Claire comportándose como una adolescente caprichosa y estúpida, o todos esos malos con superpoderes molones que te presentan como las grandes némesis de nuestros héroes y luego liquidan en 10 minutos, o los innumerables viajes temporales que te presentan tramas futuras que se sacan de la manga sólo por incluir un giro sorprendente, porque ni por asomo van a llevar la serie por ahí...

Hace algún tiempo, el periódico The New York Times hacía una comparación muy ilustrativa de la situación de la serie y el despido, por parte de la NBC, de sus productores ejecutivos, Jeph Loeb y Jesse Alexander. El diario decía que, si pensábamos en el béisbol, era como si el propietario de los New York Yankees decidiera que, para arreglar una mala temporada, debía marcharse el entrenador de los pitchers en lugar del entrenador principal. O, si preferís un ejemplo más cercano, como si Ramón Calderón, en vista de la crisis del Real Madrid, echara al entrenador de porteros en lugar de a Schuster. Tampoco hay que ir en ese plan, y lo que hay que hacer es buscar soluciones. ¿Creéis que el regreso de Bryan Fuller desde Pushing daisies puede reflotar ‘Héroes’?

En ¡Vaya Tele! | La NBC despide a dos productores de Héroes

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