'Doomsday', el virus de la falta de originalidad

'Doomsday', el virus de la falta de originalidad
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En la literatura y el cine, es viejo el truco de mezclar muchas influencias para que parezca que la nueva obra es original, cuando en realidad toma de aquí y de allá, a diestro y siniestro. No en vano la saga de 'Harry Potter', sin minusvalorar su potencial literario y su rotundo éxito mundial, es un refrito de la obra de C. S. Lewis, Roald Dahl, J. R. R. Tolkien, Michael Ende, Lewis Carroll, Enid Blyton, Hans Christian Andersen, Paul Gallico, Lloyd Alexander... y no sigo, que me salgo del tema. Con esto quiero decir que a 'Doomsday' le pasa exactamente lo mismo. Tiene tantas influencias descaradamente copiadas, que lo que la película en sí nos ofrece no tiene relevancia alguna.

Vamos a ver: en el año 2037, Escocia está aislada del mundo, en un apocalíptico estado de cuarentena, tras ser devastada por un virus mortal, que se propagó en 2007. Cuando el virus consigue salir del muro que separa a Escocia del resto del mundo, un grupo de ¿mercenarios? ¿soldados del gobierno? liderado por Eden Sinclair (Rhona Mitra), la típica heroína traumatizada por su pasado, y que cuando era un bebé fue librada de vivir confinada tras dicho muro.

En fin, que con esta sencilla excusa, Neil Marshall, director y guionista de 'Doomsday' pone por delante al espectador una sucesión de escenas repletas de violencia gratuita, en ocasiones gore, y delirantes intentos de espectacularidad. Ya en su anterior película En otra película suya que vi, 'Dog Soldiers', de hace ya seis años, Marshall nos ofrecía una trama absolutamente marciana que anteponía la violencia pura y dura en contra de un guión consistente y elaborado. En 'Doomsday' se ha superado a sí mismo (nótese la ironía). No hay ritmo, no hay coherencia, lo que hay es un batiburrillo de continuos guiños a películas que no es que sean homenajeadas, sino que sufren un vergonzoso copia-y-pega como el que haría el típico estudiante de bachillerato que ha dejado un trabajo de literatura para el último día.

'Mad Max', '1997: Rescate en Nueva York', '2013: Rescate en L. A.', 'El Señor de los Anillos', 'Resident Evil', 'Gladiator', '28 días después', 'Escape de Absolóm' o 'Hijos de los Hombres' son lapidadas sin compasión dependiendo de qué escena o qué planos. Sobretodo '28 días después', que tiene aquí un clon idéntico en formas y contenido. ¿Se imaginan tan explosiva combinación? Yo tampoco, sobretodo porque esta mezcla está realizada de una forma torpísima, en un ejercicio tan impersonal como carente de ideas propias, por lo que puede verse. Pero lo que más se respira es el cine de John Carpenter, de hecho hasta uno de los personajes se llama así, como justificando la enorme influencia de la temática, ambientación, etc. sobre este film. Tanto se nota su condición de pudding de estos títulos, que incluso la película se va dividiendo en actos según esté copiada de uno u otro. Sólo decir que, teniendo en cuenta en qué films se basa, la Escocia que se encuentran los protagonistas la hemos visto cientos de veces.

Rhona Mitra es una actriz atractiva, algo que demuestra especialmente en la serie 'Boston Legal', pero desde luego en 'Doomsday' demuestra no tener ni idea de cómo encarrilar el reparto. Su personaje es idéntico al de Kurt Russell en las mencionadas películas de Carpenter, pero convertido en mujer, con mucho menos carisma y hasta simpatía. Hay que tener en cuenta también que Marshall desaprovecha de forma atroz el enorme lujo de contar con Bob Hoskins, Malcolm McDowell y Alexander Siddig entre los secundarios. Hoskins sale poco y mal, con cara de "¿pero qué hago yo aquí?", y los otros dos ponen lo justo para que les salga económicamente rentable su aparición en esta película.

Las escenas de acción, que en la segunda mitad se hacen repetitivas hasta resultar insoportables, están tan mal dirigidas que difícilmente uno se entera de qué narices está ocurriendo. Sólo cuando vemos un plano con Sinclair, la protagonista, comprobamos que sigue viva tras el caos que presenciamos, y que continúa la película (desgraciadamente). Y es que 'Doomsday' dura casi dos horas, oiga. Y si bien al principio promete, a pesar de sus manidos recursos, a partir de la primera media hora uno no tiene el más mínimo interés, ni deposita la más mínima esperanza en que la historia remonte, o por lo menos se libere de ese aura de "tomadura de pelo" que tanto la condiciona. El espectáculo de violencia intrascendente que propone no aporta absolutamente al género al que pertenezca este engendro, y su puesta en escena es en general terrible. Del guión, como ya he venido diciendo, ni hablamos. Mi hermano pequeño, en un día inspirado, escribiría algo mejor.

'Doomsday' es un subproducto lamentable, irritante como pocos, y una mancha más en la ya de por sí mediocre cartelera veraniega de este 2008. Dios mío, qué hemos hecho para merecer esto.

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