'El desafío: Frost contra Nixon', una efectiva reconstrucción

'El desafío: Frost contra Nixon', una efectiva reconstrucción
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Ron Howard dirige a Frank Langella, Michael Sheen, Kevin Bacon, Sam Rockwell, Oliver Platt, Rebecca Hall y Matthew Macfadyen en ‘El desafío: Frost contra Nixon’ (‘Frost/Nixon’), que se estrenará el día 6 de febrero. El film se basa en la obra de teatro de Peter Morgan, quien ha firmado el guión de la adaptación.

David Frost (Michael Sheen) es un presentador británico, acostumbrado a temas frívolos y de poca importancia, que desea hacer una entrevista Richard Nixon (Frank Langella), el primer presidente de EE. UU. que ha dimitido de su cargo. Nadie piensa que Frost pueda extraerle nada al ex-presidente, mucho menos una confesión. Ni siquiera el asesor de Nixon teme lo que pueda salir del encuentro, por lo que le anima a prestarse a la grabación del programa con la intención de lavar su imagen y conseguir dinero.

La cinta está claramente centrada en un único hecho hacia el que conducen todas las escenas que vemos. Es decir, ‘El desafío: Frost contra Nixon’ consiste en una inmensa preparación para un clímax. Todo lo que se nos cuenta gira en torno a la preparación del programa: obtención de inversiones o de patrocinios, intentos de pre-ventas a las televisiones estadounidenses, investigación, ensayos… Cada una de las escenas de la película está introducida para aumentar la tensión con respecto a ese desafío y dotar de una mayor importancia ese momento.

Este efecto, buscado con tanta estrategia, se ha conseguido y la película mantiene al espectador en tensión, identificado con la trama y con los dos personajes principales y deseoso de llegar a ese final. Por lo tanto, lo que se puede decir con más seguridad sobre la película es que es efectiva.

Las cuestiones que se nos plantean son más humanas que políticas: lejos de querer hacer un panfleto sobre el Watergate, el film quiere presentarnos a un hombre casi anciano que lucha contra la tentación de arrepentirse de lo que ha hecho. Toda la psicología que contiene ‘El desafío: Frost contra Nixon’ está expresada a través de diálogos llenos de subtexto y que dejan entrever los sentimientos de quienes los pronuncian.

Los personajes son el punto más fuerte, ya que la anécdota narrada consiste precisamente en un duelo entre sus personalidades. Para ello, una de las condiciones más importantes era que estuviesen más o menos a la par. Si desde un primer momento, se hubiese presentado a Nixon como un retrasado sin capacidad de respuesta y al que se pilla en falso con facilidad, el film habría carecido de interés. De la misma forma, si Frost fuese el payaso que muchos consideraban, ni siquiera existiría el film. Estas dos personalidades, muy diferentes, pero con puntos en común, están muy bien retratadas en el libreto de ‘Frost/Nixon’. Tanto Sheen como Langella se amoldan a ellas perfectamente y completan de maravilla ese gran diseño de personajes.

Como el título indica, nos encontramos ante un two-men-show. Los secundarios apenas tienen importancia. Los personajes de Oliver Platt y de Sam Rockwell son interesantes, contrastan algo con el de Sheen y aportan bastante a la historia. Sin embargo, sorprende cómo un actor de la talla de Kevin Bacon tiene un papel tan vacío. Más aún se podría decir de Rebecca Hall que, salvo cumplir con la fidelidad a la historia real –supongo— y lucir vestidos, poco más hace. Matthew Macfadyen, como el productor de Frost, y Toby Jones, como el agente literario de Nixon, tienen papeles igual de pequeños, pero al menos destacan por su excentricidad.

Me da la sensación de que este vis-a-vis pudo resultar similar aquel que mantienen Michael Moore y Charlton Heston al final de ‘Bowling for Columbine’. En ambos casos, la ancianidad del entrevistado y la humanidad que se desprendía gracias a la cercanía provocan una empatía que se contradice con la imagen de dureza y ultraconservadurismo que nos habíamos formado. Lo interesante es que las ideas no cambien a pesar de ver en esa persona a un ser humano y no al monstruo que se había retratado anteriormente.

A pesar de que la narración está prácticamente detenida en el tiempo porque todo consiste en la espera y preparación de la entrevista, el film logra tener un ritmo excelente. El trabajo de Ron Howard es muy notable, lo cual nos llevaría a la conclusión de que, con un buen guión, puede ser un buen director.

Para resumir, diría que ‘El desafío: Frost contra Nixon’ presenta un camino muy claro y predeterminado y utiliza todas las estrategias posibles para que su llegada a la meta sea grandiosa. El resultado es perfecto, ya que todo lo que se pretende con la película, se consigue. El film es muy efectivo a la hora de transmitir al espectador empatía e interés. Las excelsas interpretaciones de los actores principales están al servicio de un diseño de personajes magnífico.

En Blogdecine: Tráiler de ‘El desafío: Frost contra Nixon’.

Mi puntuación:

3

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