'El niño con el pijama de rayas', pesadilla nazi

'El niño con el pijama de rayas', pesadilla nazi
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Para hablar de esta película es preciso que nos pongamos al corriente de la gran cantidad de films que hablan del holocausto nazi. Es un tema recurrente que por lo visto suele ser un pasaporte directo a los Oscar, y al reconocimiento unánime de crítica y público. Pero también es una adaptación al cine de un fenómeno de masas dentro de la literatura reciente. 'El niño con el pijama de rayas', novela del irlandés John Boyne, ha sido un triunfo absoluto de la promoción literaria, un superventas del pasado año 2007 y que representa un nuevo éxito de su editorial (poseedora de los derechos de Harry Potter, nada menos). En nuestro blog de literatura Papel en Blanco no quedamos muy entusiasmados con la historia, pero supimos reconocer sus virtudes y su osadía.

'El niño con el pijama de rayas' es una buena adaptación del libro. Me atrevería a decir que es más limpia y honesta que la obra que adapta, porque se quita de encima su principal defecto: la artificial visión infantil que inunda todo el libro, y ofrece una visión suplementaria que lo que ya hemos visto sobre los campos de concentración. Porque este film tiene algunos trazos de 'La vida es bella', pero también sabe ser tan dura como 'La lista de Schindler' en algunos momentos.

Dura una hora y media, una duración muy ajustada para el tipo de historia que se cuenta, y eso la convierte en una lección de cine en cuanto a ritmo y precisión. Es cierto que le cuesta arrancar, pero el interés de la trama va in crescendo de una manera asombrosamente fluida. Lo que le ocurre a los personajes al principio nos es indiferente, pero más tarde se enriquece, convirtiéndose en una espiral de sufrimiento y culpabilidad.

La historia es poco original, sí: Es 1942 y Bruno (Asa Butterfield) es un niño de ocho años que vive felizmente en Berlín. Su padre (David Thewlis) es un comandante nazi y su madre (Vera Farmiga) es extremadamente sobreprotectora y está secretamente en contra del Reich. Cuando el padre es destinado a supervisar un campo de concentración, tienen que mudarse, a su pesar, a una tranquila y aburrida casa en la que Bruno no tiene mucho que hacer. Como su sueño es ser explorador, se pone a investigar en los alrededores de la casa, excepto en una zona en la que le está prohibido hacerlo.

Las interpretaciones, sobretodo de los niños, Asa Butterfield y de Jack Scanlon (que encarna a Shmuel), son abrumadoras, y el resto del reparto no se queda atrás. Destaco a David Hayman y a Rupert Friend que exprimen como pueden los pocos minutos en los que aparecen. La película está dirigida y escrita por Mark Herman sin brillantez pero con garantías, y suaviza el aire pretencioso del libro de una manera bastante lograda. Herman ha sabido dónde están los límites de la historia y ha amoldado ésta a una película sencilla, donde las actuaciones y la fotografía son importantes para subrayar la crudeza de lo que se cuenta. No puedo, sin embargo, decir nada bueno de la música de James Horner, un refrito de sus partituras de 'Enemigo a las Puertas' y 'Troya'.

SPOILER Mucho se ha hablado de si la película iba a igualar el impacto del final del libro. Es un final arriesgado y precipitado. En la novela da la impresión de que Boyne se cansó de escribir y quiso darle unas últimas páginas llenas de horror para llegar al lector. En la película, mientras tanto, se recalca el aura de pesadilla que se iba intuyendo desde el principio. ¿Es necesaria la muerte de Bruno? Sí. Es el fin, el último punto de la curiosidad de Bruno. Llegar hasta el fondo de la cuestión. Al principio cree que el campo de concentración es una granja, y termina viviendo en sus carnes la manipulación de la información nazi (ese video casero que hace creer que viven felizmente en el campo) y el terror de los prisioneros. Un gran final, en resumen. FIN SPOILER

'El niño con el pijama de rayas' es una buena película, un apretón de manos entre la literatura más comercial y el cine sencillo sin mayores pretensiones. Una experiencia casi onírica, con buenas actuaciones, y un ritmo excelente. Aunque, eso sí, como leí en un foro: "Es una película que, si vas al cine a verla con los amigos, en lugar de tomarte unas cervezas luego, cada uno se vuelve a su casa, desolado".

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