'Hijos de los Hombres', cuando el destino nos alcance

'Hijos de los Hombres', cuando el destino nos alcance
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Es curioso comprobar tanto en la crítica de Beatriz como en la de Chico Viejo la diferencia de opiniones que hay al respecto de 'Hijos de los Hombres', film estrenado entre nosotros el pasado Viernes. Eso está bien, todos los puntos de vista son expuestos. La aman, la odian, les deja indiferente, y la discusión va más allá de los blogs, evidentemente, como un apreciado amigo mío que asegura que este film estará entre las cinco nominadas a mejor película en la próxima edición de los Oscar. Lo que a mí me queda muy claro es que el señor Alfonso Cuarón no tiene dos películas iguales, ha demostrado ser un perfecto artesano capaz de dirigir cualquier tipo de película. Y si no, ahí teneis la magistral 'Y Tu Mamá También', el bochornoso bodrio 'Grandes Esperanzas' o la intrascendente tercera aventura de Harry Potter. Algunos dirán que eso es falta de estilo. Puede. Pero haciendo memoria podremos recordar a cierto director que era definido como "el director de estilo sin estilo". Al igual que Cuarón hacía cualquier tipo de película y pasaba de un drama a un western con una facilidad pasmosa. Su nombre: William Wyler, y era uno de los grandes, y de los pocos que tienen tres Oscar al mejor director.

Ya oigo las vestiduras rasgadas de algunos puristas que me condenarán por comparar a Cuarón con Wyler. Evidentemente yo prefiero al segundo, pero es que el director mexicano aún no ha tenido tiempo para demostrar todo lo que puede dar de sí, que me da a mí que puede ser mucho. Démosle ese tiempo y dentro de 20 años volvamos a hablar. Por lo de pronto, yo no estaría tan seguro de que la Academia de Hollywood se fije en un film como 'Hijos de los Hombres' para nominarla a mejor película, pero si eso fuera así, yo daría saltos de alegría, porque amigos míos, el señor Cuarón ha rodado uno de los mejores films de este año, de los últimos años. Un film para degustar como sólo los buenos platos pueden degustarse, saboreando cada bocado. En este caso, cada una de sus secuencias, algunas de las cuales quedarán grabadas en nuestra memoria por mucho tiempo.

Imaginaos un mundo sin niños, un mundo en el que la procreación hace tiempo que no existe, imaginaos que la única esperanza de la humanidad está en una joven chica afroamericana perteneciente a la clase baja y a la que hay que proteger a toda costa para llevarla a un area restringida donde científicos intentan encontrar una salida ante el caos. Un caos que puede convertir el mundo en un lugar desértico de vida humana. En un mundo apático lleno de guerras con bombas que explotan a la vuelta de la esquina o una dura ley contra la inmigración, ¿qué no estarias dispuestos a hacer por proteger al único vestigio de que la humanidad pueda seguir su camino? Apoyándose en la novela de P.D. James, Cuarón nos lo explica.

La sencilla línea argumental de 'Hijos de los Hombres' nos habla inteligentemente de muchas cosas, ya que no sólo nos encontramos ante una película en la que un héroe tiene que proteger a una chica, sortear un montón de peligros y llevarla a lugar seguro. El film nos retrata un mundo que está a vuelta de la esquina, y es que ambientada en el año 2027, el film nos dibuja un mundo lleno de avances tecnológicos no mucho más allá de los que ya hay. Sólo ciertos detalles perfectamente integrados en la película nos hacen ver la evolución que ha habido en esos años en cuanto a la tecnología se refiere. No hay armas de rayos láser, no hay naves espaciales. En ese aspecto, la película es tremendamente realista. Pero no sólo en esos aspectos visuales. También argumentalmente hablando, ya que el detalle de que la humanidad padece de infertilidad es enormemente creíble gracias al poder de sugestión que tiene Cuarón. Basta ver las caras abatidas de todos los ciudadanos de cualquier lugar del mundo, resignados a un final inevitable. El no poder reproducirse, una de las necesidades elementales y básicas del ser humano, hace que el ser humano esté perdido. Este aspecto está genialmente retratado en el film.

Han intentado compararla con otras obras de ciencia ficción, sobre todo con 'Blade Runner'. Creo que es un error. Creo que la referencia más clara de 'Hijos de los Hombres' es aquel clásico del gran Richard Fleischer titulado 'Cuando el Destino nos Alcance', film con el que la película de Cuarón guarda más de un parecido, y no me refiero a nada argumental, ya que aquélla está planteada a modo de thriller y su impresionante sorpresa final nos dejaba a todos clavado en la butaca. Pero es en la visualización de un futuro apocalípticamente terrible donde las dos películas coinciden, y en el hecho de que los dos protagonistas están cansados de ese mundo. Los motivos evidentemente son distintos, pero tanto una como la otra nos hablan del futuro de la raza humana sin necesidad de recurrir a invasiones alienígenas o robots rebeldes. Mucho más efectivo, mucho más terrorífico. Mucho más real.

Alfonso Cuarón dirige con mano maestra toda la película, dotándola de un ritmo impresionante, sobre todo a partir de los 15 minutos del comienzo, un comienzo en el que se nos retrata un Londres sumido en el caos y la desesperación. Cuarón pasa de la tranqulidad más absoluta a la violencia más terrible en menos de un segundo y de forma imprevisible, cogiendo al espectador por donde tiene que cogerlo y llevarle por un camino verdaderamente infernal a través de un crescendo dramático como pocas veces se ha visto en una sala de cine. Al respecto citar la famosa secuencia ya comentada en todos lados: el impresionante plano-secuencia que sigue a su protagonista principal por un verdadero campo de batalla y en el que cualquier cosa puede ocurrir. La pericia con la que Cuarón realiza toda la película es envidiable, pero en concreto esa secuencia es una setpiece de las que no se olvidan. Secuencia que termina con otro momento comentadísimo por todos, sin lugar a dudas el mejor momento del film y uno de los más emotivos jamás vistos, no sólo por lo que cuenta en sí, sino por ser coherente con el resto del film de manera apabullante y lógica, además de proponer un montón de lecturas que se desprenden de la cantidad de personajes distintos que hay en dicha secuencia. Hay más mensaje en ese momento que en cualquier doctrina religiosa que se precie.

Los actores están todos en estado de gracia. Clive Owen al que siempre he considerado un sosete está fantástico como el héroe de la película, pero no nos hayamos ante el típico héroe de película hollywoodiense, no. Nuestro héroe está cansado, sus años le pesan y todo el cuerpo le duele. Julianne Moore está maravillosa como la jefe de los activistas que reclutan a nuestro héroe para llevar a cabo la misión. Atención a cierto momento con una pelotita, genial detalle de guión que sirve para explicarnos la relación al completo entre los dos personajes. Michael Caine siempre está grande y aquí no iba a ser menos. Su personaje es muy entrañable y su look no tiene desperdicio. Mención especial merece también Chiwetel Ejiofor, visto en 'Pisando Fuerte', y que aquí nos ofrece una cara totalmente distinta a la de aquella película.

La música es un detalle importante en este film, pero no la compuesta expresamente para el film, sino la selección de canciones que se ha hecho, a mi juicio la mejor selección de canciones jamás oída en una película, ya que aparte de hablarnos de un pasado añorado por la humanidad, apoyan claramente lo que se está contando en el preciso momento en el que la canción suena. Nombrarlas todas sería una locura, asi que decir únicamente que escuchar el mítico 'The Court of the Crimson King' en un film de estas características es algo inolvidable.

Una película magistral en todos los sentidos, que pasa en un suspiro, como sólo las grandes películas pasan, dejándonos con ganas de volverla a ver. Espero que Cuarón siga por este camino, haciéndonos disfrutar con verdadero y puro Cine, haciéndonos ver que actualmente hay alguien nuevo (sin necesidad de recurrir a los grandes) en el que podemos depositar tranquilamente el futuro del Cine, un futuro que gracias a autores como Cuarón no estará huérfano de grandes directores.

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