'La oveja Shaun. La película: Granjaguedón', una hilarante secuela a la altura de las mejores obras de Aardman

'La oveja Shaun. La película: Granjaguedón', una hilarante secuela a la altura de las mejores obras de Aardman

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Shaun

Hace cuatro años se estrenaba ‘La oveja Shaun. La película’, el divertido salto a la gran pantalla de un personaje que se había convertido en uno de los emblemas de Aardman desde su aparición en el cortometraje ‘Wallace y Gromit: Un esquilado apurado’ en 1995. El gran éxito de la cinta -costó 25 millones y recaudó 106- hizo que se pusiera rápidamente en marcha una segunda entrega que este jueves 31 de octubre llega a los cines españoles.

Bajo el título de ‘La oveja Shaun. La película: Granjaguedón’ encontramos una propuesta que no oculta su inspiración en ‘E.T. el extraterrestre’, lo cual le lleva a unir el ingenuo sentido de la aventura habitual en las mejores producciones de Amblin con el encanto característico de las obras de Aardman. El resultado es una hilarante secuela que recupera toda las virtudes de su predecesora, a la que desmerece en lo más mínimo.

Un visitante inesperado

Alien

Tras unos primeros minutos que se centran en la divertida rivalidad entre Shaun y el perro Bitzer en la granja Mossy Bottom, llega el verdadero detonante de la película: un pequeño alienígena ha llegado a la zona y no sabe cómo hacer para volver a su casa. Ahí es donde se construye una aventura con un ritmo envidiable a partir del sentido de humor que ha definido a la oveja Shaun desde sus inicios.

Por si todavía hay quien no es consciente de este punto, merece la pena destacar que no hay diálogos en ‘La oveja Shaun. La película: Granjaguedón’, por lo que el reto para mantener la atención del público, en especial de los más pequeños de la casa, resulta mayor de lo habitual. Eso poco menos que fuerza una presencia constante de gags visuales que podrían haber canibalizado la película hasta el punto de reducir su historia a la categoría de mera anécdota, pero no es el caso.

Los guionistas Mark Burton, quien ya había participado en el libreto de la primera entrega, y Jon Brown tienen muy claro que la sencillez no es obstáculo para contar una buena historia. Ya hemos apuntado cuál era el referente claro, pero ‘La oveja Shaun. La película: Granjaguedón’ no es un simple refrito de la cinta dirigida por Steven Spielberg, sino que asimila varios elementos de su argumento para encontrar su identidad.

Un cóctel de primera

Granjaguedon

Ahí es donde entra en escena ese encanto de Aardman, con una marcada tendencia hacia lo ingenuo -algo especialmente presente en ‘Cavernícola’, el anterior trabajo del estudio-, pero que en esta ocasión está perfectamente dosificado. La película sabe cuando jugar a ser adorable, cuándo tiene que potenciar lo cómico -que nunca desaparece y nos deja algunos estupendos guiños a otras obras míticas de la ciencia-ficción- y también los momentos en los que ha de pararse a explicar un poco las acciones de los personajes.

Ya la primera entrega fue un milagro por su capacidad para equilibrar todos los ingredientes que manejaba y su notable forma de utilizar el humor visual para articular el interés de la función sin que diese la sensación de ser un corto que duraba demasiado. Aquí se consigue dar una mayor entidad a la historia que se cuenta al tener una trama central y una secundaria la mar de simpática con el granjero intentando hacer negocio a partir del creciente interés de la gente por el mundo alienígena.

Escena Shaun

De hecho, la cinta dirigida por Richard Phelan y Will Becher consigue que ambas se unen de forma lógica en el tramo final de la función. Allí existía la posibilidad de decantarse por una de las facetas de la película, pero la mayor presencia del inevitable componente emocional no impide que todas las demás virtudes que se han ido exhibiendo hasta entonces sigan presentes.

A ello hay que añadir una estupenda animación con la que Aardman sigue demostrando que es capaz de seguir mejorando cuando parecía ya imposible por la técnica utilizada. Obviamente no podemos hablar de realismo, pero es que tampoco lo busca, ya que en todo momento se abraza su naturaleza de dibujo animado y se sabe cómo jugar con ella para ofrecer al espectador diversión de primera categoría.

En resumidas cuentas

‘La oveja Shaun. La película: Granjaguedón’ es una estupenda secuela que demuestra que este universo todavía puede dar mucho de sí. Es ante todo una aventura muy divertida, pero también sabe cómo integrar los elementos de ciencia-ficción para ofrecer una película fresca, entretenida y que sabe mantenerte interesado en todo momento. De lo mejor que llevamos de 2019 y también de la filmografía de Aardman.

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