Cuatro vs. La Sexta (I): análisis del partido inaugural

Cuatro vs. La Sexta (I): análisis del partido inaugural
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Bueno, pues ya llegó el Mundial, y en el partido inaugural hemos tenido la ocasión de ver la primera confrontación directa entre Cuatro y La Sexta. Después vamos a tener entre 6 y 8 más (dependiendo de si a España nos la mandan a casa a las primeras de cambio o si alcanza los cuartos de final). Aparte (no sé si habré sido yo solo) de un pequeñísimo desfase de la imagen (en La Sexta iban alguna décima de segundo por detrás) lo más relevante ha sido cómo dos equipos distintos de comentaristas amenizaban las mismas imágenes.

Por un lado, en Cuatro nos encontramos a Carlos Martínez, Julio "Maldini" Maldonado y el fichaje estrella de la cadena, Diego Armando Maradona. Por el otro, teníamos a Andrés Montes, Antonio Esteva y Julio Salinas.

Lo cierto es que Cuatro ha jugado fuerte. Carlos Martínez es un "clásico" de las retransmisiones futbolísticas en nuestro país, ya que junto a Michael Robinson lleva años comentando el partido dominical para Canal +. A mí particularmente me gusta su estilo (aspecto que no es compartido por todos) pero, lo que es más importante, es que estoy muy acostumbrado a él. Se me hace "normal" escuchar un partido de fútbol en su voz. Por su parte, "Maldini" lleva años trabajando para PRISA (en Cadena Ser, Canal +, Diario AS, Cuatro...). Empezó siendo un "friki" que era capaz de ver vídeos de ligas de fútbol de cualquier lugar del planeta, pero logró hacerse un hueco y poner todo ese conocimiento acumulado al servicio de los comentarios. Para una competición como un Mundial, su conocimiento de selecciones, jugadores, trayectorias... es un valor añadido claro, allá donde otros apenas pueden decir un nombre y unos datos que vienen en una ficha.

Quizás lo más flojo del equipo sea Maradona. Por supuesto, de buenas a primeras, es muy atractivo contar con uno de los mejores jugadores de la historia sentado, con unos cascos y un micrófono. Pero no hay que dejar pasar muchos minutos para ver que haber sido el grandioso futbolista que fué no le habilita a uno para ser un gran comentarista: no aporta una opinión táctica especialmente brillante, ni tampoco destaca por tener extraordinarias dotes de comunicador.

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