"Lo último que necesitamos es una física nuclear Denise Richards". Cómo Natalie Portman cautivó a Kenneth Branagh y entró en el Universo Marvel

Branagh quiso incorporar su fascinación shakespeariana al MCU y, de paso, cargarse algunos elementos canónicos del cómic

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Puede que, de entre toda la primera hornada de películas del Universo Cinematográfico de Marvel, la 'Thor' de Kenneth Branagh se la que recibió la mayor cantidad de palos por parte de público y crítica. La apuesta del británico, como era de esperar, fue muy particular en su empeño por abrazar la tragedia shakespeariana, y eso no cuajó con todo el mundo; pero donde sí despuntó fue en su modo de perfilar un reparto casi perfecto.

Física y martillos con nombres rarunos

Más allá del héroe titular y su pérfido hermano, interpretados por unos Chris Hemsworth y Tom Hiddleston que han terminado absorbiendo a sus personajes, el fichaje más sorprendente del largometraje fue el de una Natalie Portman que, según ha confesado el coguionista Zack Stentz, encandiló a Branagh desde el primer momento.

Así recoge Vanity Fair el extracto del libro  'MCU: The Reign of Marvel Studios' en el que hace alusión al tema:

"Estaba muy impresionado con ella, no de manera romántica, sino por su inteligencia. Jane es física, y necesitábamos a alguien que pudiera transmitir esa inteligencia. Eso fue lo que le llamó la atención de ella. Dijo, perdónenme, 'Porque lo último que necesitamos es una física nuclear Denise Richards'".

¿A qué se refirió exactamente Branagh con el chascarrillo sobre Denise Richards? En 'Thor', Portman da vida a Jane Foster, que tiene un doctorado en física de partículas. Por su parte, Richards participó en la aventura bondiana de 1999 'El mundo nunca es suficiente', donde encarnó a una física nuclear en un rol que le sirvió para llevarse una nominación al Razzie.

Pero Stentz no sólo habló sobre el casting de la cinta. El escriba también explicó una divertida anécdota que ejemplifica el deseo del director de cambiar aspectos fundamentales del cómic a la hora de trasladarlo al medio cinematográfico.

"Uno de mis recuerdos más vívidos de esas sesiones de notas fue que a Branagh no le gustaba el nombre Mjölnir porque era difícil de pronunciar. Se giró hacia nosotros y preguntó: '¿Tenemos que llamar al martillo "Mjölnir"? Veo que está hecho de un metal llamado "Uru". ¿Podríamos llamarlo Uru? ¿O los fanáticos me colgarían?'. Kevin [Feige] simplemente sonrió un poco: 'Ken, los fanáticos te colgarían'. 'De acuerdo, entonces no lo haremos'".

Finalmente, Kenneth Branagh nos brindó una nueva aproximación a la esencia de la obra de William Shakespeare, esta vez con capas y superpoderes, y estos fueron sus motivos:

"Si los actores se toman en serio esas apuestas, es apasionado y muy intenso. Esa observación de las debilidades humanas ordinarias, aunque sean dioses, en personas en posiciones de poder, es una obsesión de grandes narradores, incluyendo a Shakespeare y el universo Marvel. Shakespeare estaba interesado en las vidas de las familias reales medievales, pero también recurrió a los mitos romanos y griegos con el mismo propósito. Creo que Stan Lee fue a los mitos que Shakespeare no había utilizado".

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