Julio Medem produce y monta el documental ‘Uno por ciento, esquizofrenia’

Julio Medem produce y monta el documental ‘Uno por ciento, esquizofrenia’
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Hace un tiempo os hablaba de la enfermedad de la esquizofrenia y de su retrato en el cine, muchas veces confundida con las múltiples personalidades, es decir, el TID (Trastorno de Identidad Disociativa). Con ejemplos como ‘Psicosis’, ‘El club de la lucha’, ‘Una mente maravillosa’, 'El resplandor', ‘Spider’, ‘Las tres caras de Eva’, ‘Session 9’ o ‘Identity’, entre otros; tratábamos de dilucidar a cuál de los dos síndromes se acercaba cada una de estas películas.

'Uno por ciento, esquizofrenia' es un documental —presentado en el Festival de Cine 100% europeo de Sevilla 2006 y aún por estrenar— que tiene la intención, según el director vasco Julio Medem, que en este caso ha ejercido de productor y montador, de "buscarles un sitio digno" a los 52 millones de personas que sufren este problema en todo el mundo. En el documental, de boca del psiquiatra José Guimón, se incide en la idea que trataba aquella entrada sobre la falsedad y el peligro de "esa idea romántica de la esquizofrenia". La directora, Ione Hernández, ha rodado entrevistas a enfermos, psiquiatras, familiares y psicólogos en las que detallan cómo es la enfermedad.

A través de estas entrevistas, con fondo blanco o negro, el film, de apenas una hora y cuarto, muestra el trastorno que afecta al 1% de la población mundial: "Es misteriosa, conmovedora, es una enfermedad que provoca pánico. Aparece en la edad clave de la adolescencia y colapsa la vida". "Son personas vulnerables, que se rompen". "Es un agujero oscuro con mogollón de huecos, de voces, de flashes". "Me da miedo la vida, mi propia locura". "Padecí abusos sexuales de niño". "Me pasé muchísimo con las drogas". "Con la medicación se me va la menstruación, me sale leche de las tetas". "Si no existieran los fármacos, la psiquiatría volvería a las catacumbas".

Isabel Díaz Valcárcel, psicóloga y hermana de un esquizofrénico que estuvo ingresado 13 años, buscó ayuda en Julio Medem, que se hizo "médico para ser psiquiatra, aunque no lo soy, por suerte; porque cuando descubrí la esquizofrenia, me di cuenta de que nunca sería capaz de ayudar a estas personas... y mira, ni siquiera he sido capaz de dirigir esta película, una película que, aviso, remueve muchas cosas, y eso es fundamental". Medem considera que ésta es "la enfermedad más peligrosa". “¿Por qué [Díaz Valcárcel] me escribió a mí? Quizás porque entendió que mi cine estaba cerca de la psiquiatría", recuerda el cineasta que ya se acercó al tema de la esquizofrenia en dos de sus películas de ficción, ‘Vacas’ y ‘Tierra’. “Sintió que yo podía ayudarla. Me habló de una terapia con caballos, pero yo sólo le pude ofrecer un documental.”

Medem continúa explicando cómo se gestó el documental: "Pensé enseguida en Ione. Era la persona ideal para dirigirla. Ella fue la que se encargó de las entrevistas con las víctimas del terrorismo en ‘La pelota vasca’, las más dolorosas, las que yo no pude hacer porque me encontraba en pleno proceso de duelo por la muerte de mi hermano y el que se rompía era yo. Ione hizo un trabajo sensacional y por eso pensé en ella para dirigir este documental sobre la esquizofrenia". Añade que ha "estado muy cerca de ella, en los montajes sucesivos, en el proceso del lenguaje cinematográfico, en la elección del músico, pero ha sido ella la que ha dirigido todo".

Por su parte, la realizadora cuenta que "desde el primer momento queríamos que el documental se desarrollara a través de las entrevistas, como en ‘La pelota vasca’. Queríamos sobriedad. Las entrevistas son directas, honestas y auténticas. Con este lenguaje tan poderoso ¿para qué añadir más?".

Todo empezó con una larga fase de encuentros preparatorios, tal y como explica la directora: "Primero les conocía y estaba con ellos a nivel de tú a tú, y luego les decía directamente lo que pretendía hacer, sin demasiados rodeos, porque los esquizofrénicos se caracterizan por tener muchísima intuición y, pese a todo, tienen como una conexión muy fuerte con lo real. Así que hablaba con ellos. Es gente que necesita atención, porque está desatendida por la sociedad, así que cuando les das atención, ellos lo perciben y te la devuelven".

Aunque ella se haya encargado de la grabación, si el montaje lo ha hecho Medem quizá le corresponde más a él la autoría, ya que, en un documental, si bien se parte de un guión previo -"la escritura definitiva de un documental se hace en el montaje" —aclara el propio director y productor—, “fue el material rodado el que dictó por dónde tirar”.

Frente a la cámara, Montse Fernández, Xabi Comín, Andrés Conejero, Antonio María Paz y Efrén Corrales y otra persona que no ha querido desvelar su nombre, realizan confesiones escalofriantes, sinceras, sin dramatismos, sin victimismos. ‘Uno por ciento, esquizofrenia’ se asoma a la enfermedad a través de distintos capítulos: Miedo, Drogas, Agresividad, Ingreso, Suicidio, Arte y locura, Esperanza, entre otros.

El psiquiatra Celso Arango, una vez visto el documental, ha confesado sorprendido que a él, un profesional de años, nunca los pacientes le han contado las cosas de manera tan natural y valiente. Sobre esa sinceridad, Medem dijo: "Esa franqueza a la hora de contarlo a mí me parece una lección brutal de vida; porque son seres humanos con un problema gordísimo y nos lo están contando y, con eso, de alguna forma nos están dando su tesoro, porque nos están revelando su intimidad y su lucha... a nosotros, que en general estamos llenos de prejuicios y de miedos hacia ese tema".

José Guimón asegura que "la esquizofrenia es la enfermedad clave porque reúne todas las psicopatologías psiquiátricas, es el prototipo de lo que se llama loco", asegura . Se tocan muchos temas, la genética, la familia, el ambiente, las drogas, algunos de ellos polémicos.

El psiquiatra Jeffrey Lieberman, investigador estadounidense y uno de los principales valedores de la detección precoz de la esquizofrenia, asegura que "las personas con esquizofrenia tienen algunas anormalidades en su estructura cerebral". "Una vez que la enfermedad aparece existe la posibilidad de que el paciente pierda masa gris cerebral, y hemos descubierto que si tratamos enfermos desde el principio podemos prevenir que eso vaya a ocurrir en el cerebro", añade este catedrático de la Universidad de Carolina del Norte.

"Los padres tienen que aprender a querer a otro hijo que es un extraño", dice Silvestra Moreno, presidenta de la Asociación de Familiares de Enfermos Mentales de Cataluña. "Mi hijo me aporta ternura y solidaridad. No me siento quemada, me da gusto verle", añade Begoñe Ariño, madre de una persona esquizofrénica. "Son grandes luchadores", dice otro. Como el paciente que enseña su rostro pero no quiere decir su nombre y deja una frase escrita: "La recuperación es posible. Creo que todo fue una pesadilla".

Vía : El País, El Mundo

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