Tras el fenómeno mundial que supuso la película original, aprobar una secuela de 'Joker' parecía evidente para Warner Bros. Visto lo visto, se le debería haber dado algunas más vueltas, porque 'Joker: Folie à Deux' es ahora un fracaso histórico no solo para la productora sino también para la industria.
En un intento desesperado por buscar culpables y apagar fuegos, es precisamente desde Warner donde están intentando quitarse la diana de la frente. Tanto James Gunn (actual mandamás de la división de DC) como Todd Phillips (director de la película) se han apresurado en reiterar que ambos no han colaborado en el proyecto, y que la película está fuera del nuevo Universo DC que se está fraguando.
Hay algunos directivos que defienden a Phillips, uno ha llegado a decir que "era correcto hacer esta película" aunque haya sido un desastre, por aquello de respetar la visión de director. La película se aprobó cuando Warner estaba en un trapaso de poder (Michael De Luca y Pamela Abdy acababan de entrar como presidentes) y una de las decisiones que tomaron en aquel momento era dejar que el cineasta "volviera a hacer lo suyo".
El problema parece ser que ni siquiera Phillips tenía claro qué era "lo suyo". En numerosas intervenciones ha comentado que la idea de hacer una secuela era algo que ni él ni Joaquin tenían muy claro. Y en todo caso sí coincidían en que, de hacerla, la idea que saliera como elegida "debía asustarles", igual que la primera.
Son otros dedos los que apuntan a Joaquin Phoenix. Sin idea alguna de lo que hacer de cara a la secuela, la idea del musical le vino a Phoenix "en un sueño", y tanto él como Todd decidieron lanzarse a por ella, convenciendo en el proceso a Lady Gaga, quien era una gran fan de la película original. A este dudoso proceso de dar con la idea también se le suma lo impredecible que llegó a ser Phoenix como colaborador, de quien la propia Gaga dice que no tenía problemas para saltarse el guion cuando consideraba.
Su naturaleza de musical es uno de los muchos posibles factores mencionados estos días sobre el batacazo. Pero lo cierto es que muchos espectadores posiblemente ni siquiera sabrían que lo era hasta sentarse frente a la pantalla. Toda la campaña de marketing ha sido muy confusa, minimizando el carácter musical y tanto con actores como críticos negándose a hablar de ella como tal. Para la mayoría la película es un extraño experimento que desafía definiciones.
Siendo una película tan particular y tan cara, lo razonable habría sido o bien testearla lo suficiente con anterioridad para asegurarse de que funcionaba o apostarlo todo por el factor sorpresa. Parece que no se hizo ninguna de las dos cosas. El estreno en Venecia demostró ser una mala decisión, con el mal boca a boca de los críticos y las pésimas notas dejando una sombra alargada hasta el estreno.
Pero la opinión de los críticos no siempre coincide con la de los espectadores. Esa era la última esperanza de una película que, sin ningún tipo de test de audiencia previo, también fracasó espectacularmente en convencer a la audiencia. Obteniéndole una histórica pésima nota de D en el Cinemascore, algo inaudito en una película de cómic.
Si bien la reacción de los críticos podía ser esperable (sus ambiciones se han sentido pretenciosas y vacías para muchos) y también la de los fans (difiere demasiado del material original) el gran misterio es cómo la película ha logrado incluso disuadir al espectador casual, ese que está fuera de las burbujas de opinión de las redes y la crítica.
De cualquier manera el resultado parece haber enfadado a todo el mundo. Y será una lacra importante en la trayectoria de Phillips, con reportes de que el director se retiró a un rancho el fin de semana de su estreno. Sea cabeza de turco o principal responsable, o quizás un poco de ambas, lo que sí es seguro es que nadie ahora mismo en Warner está pensando en una tercera película.
En Espinof | Todas las películas del Universo Extendido de DC ordenadas de peor a mejor
Ver 27 comentarios