Gossip Girl vs 90210

Gossip Girl vs 90210
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Hace un par de semanas se estrenó el remake/spin-off de Sensación de Vivir, que muchos esperábamos con la ilusión de revivir la serie original de hace quince años. Pero la nueva serie llega un año tarde; ahora ya sabemos cómo debía ser un verdadero remake de Sensación de vivir, y éste se parece mucho más a Gossip Girl que a 90210.

El nuevo 90210 no se diferencia en nada de otros culebrones adolescentes que se han podido ver a lo largo de estos años, a pesar de algunos loables intentos autoparódicos y de la aparición estelar de Brenda Walsh y Kelly Taylor. Aún así, este remake podría haber colado si no fuera porque Gossip Girl ya marcó cuál debía ser la nueva tendencia de los culebrones adolescentes: el glamour, la exageración, la parodia y, sobre todo, mucha mala leche.

Gossip Girl ha vuelto esta segunda temporada en plena forma, más que nunca en la línea de Las Amistades peligrosas (diré más bien, en la línea de su reinterpretación adolescente, Crueles Intenciones, para no cometer demasiado sacrilegio). Es la versión juvenil de Dirty sexy money; es un culebrón que se toma mucho menos en serio.

Probablemente la generación que empezábamos a ser adolescentes cuando se emitió Sensación de vivir, tenemos esta serie demasiado idealizada (yo no he vuelto a echarle un vistazo desde entonces) y creo que ahora mismo una serie demasiado fiel al original no tiene mucho sentido. La interpretación que hace Gossip Girl de las vidas de los jóvenes más privilegiados es mucho más interesante. Yo, lo siento por Brenda, pero voy a seguir siendo de Gossip Girl.

En ¡Vaya Tele! | '90210', una mala renovación de un clásico

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