'Mad Men', las mejores cosas de la vida son gratis

'Mad Men', las mejores cosas de la vida son gratis
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Estamos despidiendo una gran serie, y, para ello, imposible no fijarnos en la escena final de ésta su interrupta última temporada. 'Mad Men' está llena de momentos excepcionales pero en su último capítulo ha dicho adiós a uno de sus grandes personajes: Bert Cooper, interpretado por Robert Morse. Para que su despedida estuviera a la altura, pues eso, una secuencia surrealista en la que Don es testigo de un número musical que homenajea la carrera en Broadway de este actor y que nos deja una extraña sensación de agridulce felicidad. Y ahora sí, podemos pasar a los hechos.

Que AMC decida que va a coger su grandes éxitos y dividir sus temporadas finales en dos tandas de capítulos puede ser una estrategia comercial estupenda pero, para mí, ha sido un completo fastidio (qué fina soy) darme cuenta de que estaba viendo el último capítulo de 'Mad Men' hasta 2015. Sí, no me acordaba de esto y ha sido un horrible despertar. Lo peor es que la espera sólo nos traerá más dolor pues el reencuentro del año que viene será en verdad la auténtica despedida de esos locos de la Avenida Madison.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

Sufrir con Don Draper

La sexta temporada acabó con un auténtico shock para todos los que cruzábamos los dedos para que el secreto de Don no se desvelara y su vida no se fuera al traste, Y, ¿qué hizo él, entonces? Pues ser el propio artífice de su ruina. Así que la séptima temporada comenzaba con mucha curiosidad por un hombre que tenía que empezar de nuevo desde cero. Otra vez.

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Sin trabajo, sin apoyos familiares, con esa maravillosa y horrible escena en la que marca el nivel de alcohol de la botella, que resume tan bien la situación de Don... he de decir, porque soy fan de 'Mad Men' y soy fan de Don Draper, que he sufrido con él horriblemente durante toda la temporada. Me encantó la travesía por el desierto que hubo de vivir para traerlo de nuevo a la agencia, y los miedos a los que el personaje tuvo que enfrentarse.

Esa sensación de no pertenecer a un lugar que hasta hace poco era tu imperio, ese orgullo mal masticado, ese aterrizaje en el despacho de Lane... Seguro que muchos pataleabais en vuestro asiento, empujando para que Don tomara conciencia de la situación, y comenzara a trabajar en serio para Peggy. Porque la relación entre Don y Peggy ha jugado un papel muy importante y yo he sentido alivio (sí, es que soy muy fan de 'Mad Men') cuando les he visto reconciliarse y trabajar juntos de tú a tú.

¿Y Megan?, la chica dulce y optimista que enamoró a Don Draper y que se ha ido alejando de él, temerosa de que le contagie su corrosiva tristeza. En la sexta temporada se fantaseó con la idea de que Megan estuviera muerta, no hacía falta, lo que sí había muerto era un matrimonio que intentó brillar con aquel 'Zou Bisou Bisou' y que se despidió con uno de los menage a trois más tristes de la televisión.

¿Secundarios? de oro

Muchos aseguran que 'Mad Men' les aburre porque no pasa nada. A mí me parece que no dejan de pasar cosas, todo el tiempo. Y una de las causas es la construcción de personajes. Es ver aparecer a uno de los secundarios, sólo su cara, en el despacho y comenzar a pensar "la que se va a liar". Porque la serie creada por Matthew Weiner tiene un universo tan rico, tan complejo, y tan humano que, simplemente nos basta con ver a Bob Benson durante un par de secuencias de toda una temporada para entender su posición.

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Hace poco, estuvieron en España Maria y André Jacquemetton, guionistas de 'Mad Men' y, entre otras cosas, comentaron que uno de sus personajes favoritos es Pete Campbell, por la manera en la que había sabido evolucionar. Creo que pasa igual con los espectadores, le hemos tomado cariño a ese trepa adulador que quería devorar el sueño americano. En esta temporada, le hemos visto con un nuevo reto, en L.A. con esa amante (no tan liberada) y con un fervor hacia Don tan sorprendente como natural.

Todos los personajes son complejos e interesantes. ¿Si hablo de Peggy aquí es porque la considero una secundaria? Ni yo, ni vosotros, ni nadie en su sano juicio. El arco de Peggy, el estandarte femenino que desde la primera temporada se defendió con uñas y dientes en un mundo de hombres, nos ha dejado momentos geniales, y muy divertidos. Su soledad, su mal humor, su orgullo... que van creciendo, nos recuerda a otro personaje que parece su espejo. Y, aún así, aún es capaz de llorar cuando su vecinito plasta, el que ve la tele en su casa, se muda.

Tendríamos que hablar de la nueva Sally, la niña-mujer que ya saborea el cinismo de la sociedad en la que vive; y de Roger, que ha luchado como nunca en favor de su amigo Don; de Harry Crane, ese bueno para nada que parece haber nacido con una flor en salva sea la parte; de Joan, y su fuerza como socia; de Betty, a quien el papel de madre y amante esposa se le empieza a ajustar demasiado, y de los "enemigos", claro: de Cutler, el hombre pragmático, de Lou, ese boy-scout incomprendido; de Ted, el creativo suicida...

Los nuevos tiempos

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Cada temporada de 'Mad Men' ha estado aliñada por la inevitable factura que los hechos de la historia provocan en unos personajes con una aspiración realista tan poderosa. En esta temporada, los sucesos más destacados también han tenido su eco. El viaje a la Luna, el sueño del hombre del siglo XX, tuvo su absoluto protagonismo en el último capítulo, con un amplio recorrido y un seguimiento por parte de todos los personajes. Todos se igualan ante algo así, lo observan con ojos agrandados, como niños.

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Pero mi referencia favorita ha sido hacia el mundo de la informática. Qué listos que somos al ver esta serie desde 2014, cuando ya sabemos todo lo que los ordenadores depararán al hombre y a la sociedad. La era digital, con la instalación de ese enorme aparato en la antigua oficina de los creativos tiene una reflexión también, pero, como con 'Mad Men' nos sale tantas veces el tiro por la culata, el fin de la trama "los ordenadores nos volverán locos a todos" tuvo un giro hacia ese humor negro que esta serie sabe dosificar también: la salida del bueno de Ginsberg, un auténtico mad men con todas las letras.

En ¡Vaya Tele! | ¿Por qué Matthew Weiner no arrancó la séptima temporada de 'Mad Men' con el segundo episodio?

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