Ni adecuado ni "natural": por qué el doblaje de 'Memorias de Idhún' en castellano es indefendible

Ni adecuado ni "natural": por qué el doblaje de 'Memorias de Idhún' en castellano es indefendible

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Ni adecuado ni "natural": por qué el doblaje de 'Memorias de Idhún' en castellano es indefendible

Si obviamos el controvertido lanzamiento del remake en acción real de ‘Mulán’ en la plataforma de streaming Disney+ y nos ceñimos al territorio español, es muy probable que la gran polémica de este mes haya sido la relacionada con el doblaje —o, mejor dicho, interpretación vocal original— de ‘Memorias de Idhún’, la nueva serie de animación de Netflix dirigida por Maite Ruiz de Austri.

Hasta el momento, había optado por no pronunciarme al respecto, —al menos hasta que mis niveles de cabreo descendiesen hasta una medida prudencial—; pero una vez digerida y asimilada la píldora de mala leche, he decidido aportar mi punto de vista sobre el tema, ya no sólo como analista audiovisual, sino como estudiante de interpretación vocal y doblaje.

Cronología del horror auditivo

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Por si no estáis al corriente de lo sucedido, es de rigor comenzar recapitulando los hechos que me han llevado a escribir este texto, los cuales se remontan al pasado mes de agosto. Por aquél entonces, Netflix publicó un primer tráiler de la adaptación de la trilogía literaria escrita por Laura Gallego, dejando al fandom algo aturdido por su dudosa calidad interpretativa.

Las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar, cargando contra unas voces que, claramente, están bajo los estándares a los que estamos acostumbrados en un país con tanta tradición “doblajística” como es España. De hecho, del quinteto de actores principal, tan sólo Michelle Jenner tiene experiencia y una larga —y magnífica— trayectoria tras el micrófono y el atril.

Entre el resto de actores seleccionados para la tarea —más tarde, la propia Gallego confirmaría que sin su aprobación, descartando un casting previo—, se encuentran nombres como los de Itzan Escamilla‘Élite’—, Nico Romero'Las chicas del cable’—, un Carlos Cuevas‘Merlí’— que no sale tan mal parado del embrollo, y un Sergio Mur —‘Las chicas del cable’— que recibió los reproches de mayor dureza.

El estreno de ‘Memorias de Idhún’ el pasado 10 de septiembre no hizo más que confirmar las sospechas de los seguidores del material literario y el público en general. Las voces de Jack, Shail, Alban y Kirtash sonaban apagadas, no proyectaban, no transmitían, tenían algún que otro problemilla de dicción... y tener a un monstruo como Jenner al lado no es que ayudase a disimularlo.

Por supuesto, ningún estudio está exento de realizar una mala decisión de casting, y a los fans siempre les quedaba la opción —que muchos tomaron— de ver la serie con su más que decente doblaje en inglés. Pero si algo terminó de irritar a ese Leviatán que se oculta en el corazón de todo tuitero, fue la reacción ante las críticas de Sergio Mur; a la defensiva y sin —valga la redundancia— un ápice de autocrítica.

Desmontando a Mur

Mur

Decía Confucio que el silencio es el único amigo que jamás traiciona, pero Sergio Mur decidió hacer caso omiso a estas palabras y, en lugar de imitar la prudencia de sus compañeros de reparto, emitió un comunicado —y contestó a varios tuiteros personalmente— defendiendo a capa y espada su tarea en ‘Memorias de Idhún’.

El texto que compartió arrancaba con la siguiente definición de “actor vocal”, extraída de Wikipedia:

“Un actor de voz o actor vocal, a diferencia del actor teatral, es un intérprete adscrito a la especialidad de la carrera de actuación que proporciona su voz para cualquier soporte audiovisual, como películas de animación, videojuegos, publicidad, audiolibros, radioteatro o series de televisión. Suele ser confundido con el actor de doblaje, dado que la especialidad es parecida, pero no es lo mismo.​ Mientras que un actor de doblaje sustituye a una voz original (por ejemplo, cuando una película se traduce a otro idioma), en el caso del actor vocal no hay una voz predecesora.”

Estimado Sergio, comprendo la intención de tu defensa, pero mucho me temo que debo rebatirla con un par de argumentos —en los que puedo estar acertado o no, claro está, nadie es infalible—. Si bien podríamos concluir sin miedo a decir un disparate que la “interpretación vocal” y el “doblaje” son dos disciplinas distintas, a un “actor vocal” y a un “actor de doblaje” debería exigírseles lo mismo.

Los requisitos básicos, a mi humilde juicio, pasarían por tener una correcta dicción, una buena proyección de voz, la capacidad de transmitir emociones únicamente a través de la voz, rapidez a la hora de cuadrar labiales y grabar takes a toda velocidad, una respiración diafragmática eficiente y la habilidad de impostar la voz —fijarla en las cuerdas para emitir un sonido limpio y claro— lo justo y necesario.

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Kirtash, el personaje interpretado por Sergio Mur

Bajo mi punto de vista, la interpretación de Sergio como Kirtash no termina de reflejar todas estas claves a un nivel deseable. Puede que no sea su registro y que el personaje no esté adecuado a su timbre y tono, lo cual se traduce en una suerte de carraspeo que suena algo forzado y que deja entrever que, algunas de sus líneas, están leídas sin aplicar inflexiones que insuflen algo de vida a la animación. Y esto no está relacionado en absoluto con definiciones y diferencias inexistentes entre “doblar” e “interpretar”.

En algo sí tengo que dar la razón al señor Sergio Mur. En la segunda parte de su comunicado, hace especial hincapié en que su contratación para ‘Memorias de Idhún’ no supone intrusismo laboral alguno. Cualquier estudio está en su pleno derecho de contratar a un intérprete, esté especializado o no en el campo a abordar, para hacer un trabajo —sólo faltaba—. Los resultados de estas elecciones, por supuesto, ya son otra cosa...

De naturalidad, “doblajitis” y registros

En plena batalla dialéctica tuitera —lo que nos gusta discutir por todo, oigan—, algunas personas defendieron puntualmente el trabajo de Mur y el resto de actores vocales primerizos de ‘Memorias de Idhún’ aludiendo a un término que no dejó de sorprenderme: la naturalidad. Según parece, el problema, a última hora, no es del actor, sino de un espectador acostumbrado a lo que ellos consideran voces y entonaciones “artificiales”.

La interpretación vocal —sea original o para un doblaje—, no deja de ser una disciplina que pretende generar una ilusión. Pensad por un momento, por ejemplo, en la dirección de fotografía de un largometraje. Por muy naturalista que sea el trabajo de Emmanuel Lubezki en ‘El árbol de la vida’, mi casa no se ve así durante la hora mágica —no sé las vuestras—, pero abrazamos esas imágenes como una realidad tangible. Pues con la voz y su uso pasa algo muy parecido.

Un actor de voz no puede —ni debe— interpretar con la misma inflexión y tono que utiliza cuando pide una hogaza en la panadería o cuando le dice a su pareja que la quiere antes de ir a trabajar por la mañana. El registro necesita ser diferente para generar una ilusión de realidad, lo cual no tiene nada que ver con la susodicha “doblajitis” —que no deja de ser una exageración cómica de los códigos del doblaje, tal y como apuntó Nikki García en este brillante hilo de Twitter—.

Por suerte, el actor vocal tiene un arma secreta a su favor: la proximidad del micrófono. Ahora pensad en un momento en un actor de teatro interpretando de un modo similar, presuntamente “natural”, al de Sergio Mur en ‘Memorias de Idhún’. Con un poco de suerte, le escucharían de refilón en la primera fila. Cada disciplina tiene sus códigos y recursos, y Elena de Lara lo explica a la perfección en este breve vídeo.

"¡Hazlo tú!"

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Como, probablemente, alguno de vosotros, mis queridos lectores, esté pensando aquello de “qué fácil es rajar” y “si es tan fácil, hazlo tú”, voy a exponerme a vuestras pedradas y a ilustrar este artículo con un par de doblajes de una escena de 'Memorias de Idhún' que decidí grabar en cosa de un cuarto de hora, en casa, y con el mismo equipo que utilizo para hacer los vídeos de nuestro hermoso canal de YouTube. Os recuerdo que sólo llevo un par de meses de prácticas frente al atril y que no soy Roger Pera —ya me gustaría—.

En el primero de los vídeos, que podéis ver sobre estas líneas, obvié la labor de Sergio Mur y decidí “interpretar” libremente a Kirtash sin ningún tipo de dirección, rejuveneciendo un poco mi voz y dándole un tono de villano repelente y algo pasado de vueltas. Por supuesto, hay mucho que mejorar, pero en cuanto a dicción e inflexión, estoy satisfecho.

Es evidente que estoy fuera del personaje —no estoy en absoluto familiarizado con el lore de ‘Memorias de Idhún’— y que mi registro no casa con Kirtash. Por suerte, un grupo de tuiteros me dieron algunas indicaciones sobre su personalidad en las novelas y su tono de voz, así que grabé esta nueva versión buscando ese tono más déspota y apagado.

Además de modificar por completo la presencia de Kirtash y el contenido de la escena, este ejercicio muestra a la perfección la necesidad de una dirección —por muy pequeña que sea— en el proceso interpretativo y, a título personal, he de decir que he quedado mucho más satisfecho con este segundo intento.

Para terminar, por hacer un simple ejercicio de comparación —que dejo a vuestro juicio—, edité esta selección de takes en los que enfrento el doblaje de Sergio Mur —pasado por la limpieza de rigor en estudio— y mi fandub —sin audio editado ni ningún tipo de mezcla o posprocesado, todo sea dicho—.

El doblaje —o, insisto, la interpretación vocal—, es un oficio muy complicado y exigente. La necesidad de ser rápido, preciso y eficiente puede llegar a ser agotadora, pero es un mundo que adoro desde hace muchos años —pese a consumir muchísima versión original, no es excluyente—, y duele mucho ver casos como el ocurrido en ‘Memorias de Idhún’. Una simple decisión de casting que hace ver tus objetivos aún más distantes e irrealizables en un sector muy competitivo y al que, ya de por sí, es muy complicado acceder.

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