"Debería haber sido mucho más pausada". Sam Neill cree que 'Horizonte Final' tendría que haber durado una hora y media más

sda
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Este año se cumple el 25 aniversario del estreno de una de las grandes joyas del horror cósmico cinematográfico. Estoy hablando de 'Horizonte Final', el largometraje de Paul W.S. Anderson, conocido por su trabajo en la —sí— infravalorada saga 'Resident Evil' que, en clave de ciencia ficción, nos llevaba al espacio para vivir una pesadilla inolvidable.

La película, que se ganó a pulso el estatus de culto, rebosa virtudes en su ajustado metraje, pero hay algo que no termina de convencer del todo a Sam Neill, intérprete que protagonizó el título de 1997 junto a Laurence Fishburne; y esta pega, precisamente, tiene que ver con la duración y la cadencia del relato.

Poco me parece

Un cuarto de siglo después de su lanzamiento, Neill sigue sorprendiéndose de la estima que se tiene a 'Horizonte Final' entre los trabajos que acumula en su extensa filmografía. Así lo contó en una entrevista con SyFy Wire.

"Es curioso lo frecuentemente que se habla de esta película de entre todas las que he hecho. Y no es que le fuese particularmente bien. Pero la gente parece que la ha visto y se les ha quedado grabada en su imaginación o algo parecido".

No obstante, el actor considera que la cinta se quedó corta. Concretamente "una hora y media".

"Para mí es una cuestión de agallas que no sea más larga. Se montó como si estuviese acelerada. Debería haber sido mucho más pausada. Con más pausas oscuras en las que no sabes qué va a pasar a continuación".

Francamente, y pese a ser un férreo defensor de 'Horizonte Final', no puedo negar a Sam Neill la mayor. La narrativa del filme se antoja demasiado atropellada en algunos de sus pasajes, y las miradas inquisidoras deberían ir dirigidas a Paramount, desde donde exigieron que la duración máxima del largo no debía exceder los 90 minutos tras quedar horrorizados con lo que vieron.

Desgraciadamente, las probabilidades de ver una versión íntegra de esta salvaje delicia son prácticamente nulas, ya que el material descartado se almacenó en una mina de sal, quedando lo suficientemente dañado como para no poder ser tan siquiera restaurado. Sólo nos queda soñar con un montaje del director que hiciese justicia a la que, igualmente, es un hito del cine de terror noventero.

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