'Channel Zero: Butcher’s Block' sigue brillando con lo mejor y más morboso del terror creepypasta televisivo

'Channel Zero: Butcher’s Block' sigue brillando con lo mejor y más morboso del terror creepypasta televisivo

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'Channel Zero: Butcher’s Block' sigue brillando con lo mejor y más morboso del terror creepypasta televisivo

'Channel Zero' nunca ha sido una serie que confíe en los referentes o los guiños al pasado para plantear sus mitologías (aunque es obvio que su creador, Nick Antosca, tiene amplios conocimientos sobre la tradición del género y las formas que éste va tomando). Pero cuando en el primer episodio de la tercera temporada de 'Channel Zero' se oyen la identificable, ensoñadora banda sonora de nada menos que 'Holocausto Caníbal', compuesta por Riz Ortolani, nos lo podemos tomar como una pista.

No una obvia, claro, pero si la primera historia de 'Channel Zero', 'Candle Cove', jugueteaba con la idea de los objetos malditos y 'No End's House' hacía suya la mitología de las casas encantadas, este 'Butcher's Block' parece mirar en dirección a la mitología de los matarifes que desarrollaron clásicos como 'La matanza de Texas'. Aunque la idea de la empresa familiar carnicera con tendencias caníbales se desarrolló especialmente con la inolvidable secuela de 1986, dirigida también por Tobe Hooper.

De todos modos, podemos apostar con casi total seguridad a que la historia de 'Butcher's Block' no va a ser una de canibalismo al uso. A lo único que se parece 'Channel Zero' es a sí misma, y parece que Ancosta va a seguir divirtiéndose sembrando de pistas falsas el recorrido por estas pequeñas pesadillas para luego defraudar las expectativas. No hay más que recordar el arranque de 'No End's House', tanto en lo argumental como en lo visual, y dónde acabó.

'Channel Zero' parece empezar a dejar claro qué tienen en común todas sus historias, aparentemente dispares. La idea del pasado como algo que pesa sobre los personajes, donde han ocurrido sucesos trágicos o terribles y que condiciona lo que vemos hasta extremos que van mucho más allá de lo racional. La mayoría de los sucesos paranormales que muestra 'Channel Zero' están mediatizados, por no decir directamente generados por el pasado de sus héroes y heroínas.

Escalera hacia el cielo

Alice (Olivia Luccardi) y Zoe (Holland Roden) son dos hermanas con un pasado turbio común que intentan pasar página mudándose a un nuevo hogar en una nueva ciudad, que también parece tener un pasado turbulento relacionado con una empresa cárnica que estuvo dirigida por el patriarca, Joseph Peach (Rutger Hauer). Como es fácil percibir desde los primeros compases de la historia, en esta nueva pesadilla de 'Channel Zero', una temporada más, la familia y su lado oscuro son la vía que canaliza todas esas experiencias trágicas del pasado. Desde el primero momento, Alice y Zoe se encargan de dejarlo claro.

'Butcher's Block' tampoco evita recurrir a la estética propia de la serie, altamente simbólica y ya perfectamente definida; núcleos urbanos retratados a una hora indeterminada del amanecer, monstruos descarnados que recuerdan a ciertos presupuestos de la Nueva Carne de los ochenta, construcciones arquitectónicas abstractas y descontextualizadas, sacadas como de una pesadilla (aquí una escalera en medio de un bosque)...

Channel Zero Staircase

Dirigida por Arkasha Stevenson, esta temporada parece, sin embargo, algo más carnal y física (con toda la lógica) que las anteriores, con monstruos más explícitos y pesadillas más específicas, como esos enanos deformes armados con mazos de ablandar filetes. El ser despellejado, la criatura que se esconde tras una pared... de algún modo, 'Butcher's Block' parece que hará honor a la temática de la carne, y habrá carne putrefacta en grandes cantidades.

Obviamente, aún es pronto -solo a partir de un episodio- para juzgar 'Butcher's Block', pero está claro que la serie va a seguir ahondando en lo que le ha dado popularidad. Un horror urbano (esta vez, además, puede que bebiendo de un clásico del terror suburbial como 'Candyman', pionera en el empleo de leyendas urbanas como generadores de monstruos callejeros -o más bien su inmediato referente literario, Clive Barker-), temáticas recurrentes, protagonismo juvenil y una buena ristra de enigmas que posiblemente queden sin contestar casi en su totalidad. Un muy apetecible plato morboso para el mejor menú televisivo terrorífico del momento.

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