'El último gran mago', el último gran intento fallido de hacer algo profundo

'El último gran mago', el último gran intento fallido de hacer algo profundo
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Se quejaba mi compañero Juanlu de que en la traducción al español hubiesen cambiado el título original de 'Death Defying Acts’, es decir, "actos que desafían a la muerte", por uno mucho más vulgar: 'El último gran mago'. Pero a mí no me parece tan desacertado: a película mala, título malo. El original suena demasiado grandilocuente para lo poco que tiene que aportar el film de Gilliam Armstrong sobre el gran Houdini y una señora de buen ver que intentó embaucarlo con supercherías sobre el más allá y lo embaucó con sus mohínes y redondeces.

En 'El último gran mago', que se estrena el día 4, una niña, Saoirse Ronan, nos cuenta en voz en off que se dedica, junto con su madre (Catherine Zeta-Jones)–que, por el nulo parecido, probablemente la adoptó— a robar cosas a la gente para así hacerles creer que hablan con sus antepasados muertos. Escuchan en el equivalente al No-Do que el mago Houdini irá a su ciudad, Edimburgo, y ofrecerá un dineral a quienes le digan las últimas palabras que pronunció su madre en el lecho de muerte. Las dos estafadoras se deciden a ganar la cantidad. Ya que 'El último gran mago' se ha comparado con 'El ilusionista' y 'El truco final', tengo que advertir rápidamente que esta película no tiene nada que ver con las dos anteriores pues, aunque trata sobre un mago, el tema de la magia es lo que menos importancia tiene en su trama. El argumento de este film es muy simple y está desarrollado con nula profundidad y, por fragmentos, demasiado lentamente. Intenta ser una historia sobre personajes y obsesiones, pero no lo consigue y, ya que no hay otra cosa en el lugar de eso, el film aburre durante la mayor parte de su duración.

El mayor problema está probablemente en la interpretación de Catherine Zeta-Jones. Aunque la belleza y espectacularidad de esta mujer hacen que sea muy adecuada para el papel, su capacidad interpretativa deja mucho que desear y, fuera de una cara de susto o sorpresa, no es capaz de ofrecernos otro gesto. No supondría un problema si su papel fuese menos importante, pero ya que todo el film se basa en las artimañas manipulatorias y en el carisma de su personaje –y ya que tenemos que creernos que es inteligente—, el que la actriz principal falle, hunde la película hasta lo más profundo.

Por suerte, Guy Pearce, sí tiene algo de fuerza, pero tampoco llega a ser espectacular, pues el personaje de Houdini no es nada consistente. Se podría haber presentado a un ser atormentado por la culpa y desesperado por encontrar perdón en cualquier persona, pero lo que vemos es un pelele vacío que va permitiendo que ocurra todo a su alrededor sin participar apenas. Tanto es así que al final parece que ni el actor estuviera convencido de lo que está interpretando. El otro elemento que tendría que hacer funcionar la película: la química entre Pearce y Zeta-Jones, no se encuentra por ninguna parte.

Saoirse Ronan ya demostró ser buena actriz en 'Expiación: más allá de la pasión'. Aquí cumple con su cometido correctamente, pero se queda en eso. Su personaje es el que más profundidad presenta y el único con capacidad de sorprendernos. Pero lo que veo innecesario es el empleo de la voz en off de esta chiquilla, pues no añade información ni tampoco le confiere empaque a la película. Timothy Spall, que últimamente sale en todo, también es otro de esos grandes intérpretes que en películas como ésta resultan desaprovechados.

Por si fuera poco, según parece, el film resulta insultante para la verdadera figura de Harry Houdini que era todo lo contrario de lo que aquí se presenta: un escéptico que precisamente se dedicó a desmontar los engaños de los médiums. En la película, el más allá se presenta como un elemento posible, no como las fabricaciones de una mente desquiciada. Y vemos unas imágenes que se les muestran a Houdini y a la niña siempre que se sumergen en el agua… ah, claro, como es necesario que la niña las vea, pues qué casualidad que se caiga dentro del tanque cuando está jugueteando.

Se puede decir a favor de 'El último gran mago' (por aquello de) que está rodada y ambientada de forma bella y por este motivo podría ser agradable de ver durante unos minutos… quizá con el tráiler valga. Como he dicho otras veces: para quien le gusten las cosas de época, estará bien.

En resumen, 'El último gran mago' es una película flojita que intenta conseguir determinados efectos, pero falla en todas sus pretensiones.

Más información en Blogdecine sobre 'El último gran mago' o 'Death Defying Acts’, Catherine Zeta-Jones, Guy Pearce.

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