'En un mundo libre...', todos lobos

'En un mundo libre...', todos lobos
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La nueva película del británico Ken Loach, 'En un mundo libre...', se estrenó en nuestros cines el pasado 22 de febrero. Tras la magnífica 'El Viento que Agita la Cebada', Loach vuelve a la actualidad y nos plantea una historia sobre la situación del ser humano en este mercado laboral globalizado. Los inmigrantes son mano de obra barata y puede emplearse en lo que sea. El gobierno mira para otra parte y los empleadores se aprovechan de todo. Algo que ya sabemos, claro, aquí no se nos pretende descubrir nada, pero no está nada mal que, de vez en cuando, un cineasta se tome la molestia de sacudir nuestras conciencias con un film centrado en esta temática. Porque lo sabemos, pero todo sigue igual y es mejor no mirar.

El argumento de 'En un Mundo Libre...' ('It´s a Free World...', 2007) se centra en Angie, a quien pronto despiden de una empresa de trabajo temporal. La forma y el momento del despido le llevan a plantearse su vida y decide montar su propia empresa. Para ello consigue la ayuda de su compañera de piso, Rose, quien llevará el papeleo y la contabilidad. Angie se ocupará del resto. Conoce el negocio a la perfección y sólo tiene que moverse y conseguir los contactos necesarios...

El papel de Angie, la principal protagonista de la historia, lo interpreta a la perfección Kierston Wareing. Angie es una mujer fuerte, que sabe lo que hace (o eso cree), muy impulsiva (de ahí que sus acciones a veces parezcan contradictorias), y que por circunstancias de la vida las cosas le van mal. Pero lo suyo es salir adelante, como sea. Y así se embarcará, junto a su amiga Rose (Juliet Ellis), en el negocio de la contratación laboral. Un mundo que se nos pinta como idóneo, muestra del progreso, pero que en realidad es una completa basura. Especialmente podrida está la situación si eres inmigrante. Y estarás en el infierno si eres ilegal. Qué palabra más asquerosa, por cierto, para etiquetar a una persona. Ilegal. Hace poco conocí a un estudiante chileno que me decía que, durante unas horas, fue un ilegal en España. Por culpa de unos señores que no tramitaron adecuadamente sus papeles. Tuvo suerte. Esto es algo que "molesta" mucho al ver la película, el trato que deben soportar seres humanos, simplemente por su situación administrativa en un país. Un país que, hay que joderse, se supone que pertenece al primer mundo, el mundo civilizado, avanzado.

La película denuncia la indefensión que caracteriza la vida laboral de los inmigrantes en el marco actual. Representan una mano de obra barata y fácil de despedir, cosa que pronto se extenderá también a los nacionales, tal y como va la cosa. Algo que, como dije, todos comentamos y sabemos que está ahí, pero que no suele ser objeto de obras cinematográficas y menos aún parte del menú de ocio del público. Es algo incómodo y, como se suele decir, al cine se va a entrenerse. Por eso hay que agradecer a Loach que se salga de esa senda y siga con sus historias, con su crítica, con su denuncia. Necesitamos este cine. Sí, tanto como el otro, claro.

Loach acierta de pleno con el enfoque de la película. En lugar de ir a lo fácil, de poner a grandes empresarios aprovechándose del sudor y la sangre de los empleados, pone a una mujer que parece que lucha por el bien del trabajador, por el fin de los jefes, por la ruptura del sistema. Pero no. Ella es el sistema. Desde el momento en el que se aprovecha de las reglas del juego, se convierte en parte del sistema. Sin darse cuenta, Angie pasa de insultar a sus jefes a comportarse como ellos. Utilizará todo lo que esté en su mano para enriquecerse y salir adelante, cueste lo cueste, pisoteando a las personas que haga falta. En un momento de la película, Angie llega a decir algo así como "es un mundo libre y a todo el mundo le importa una mierda". Es lo que parece promover el sistema. Que todos seamos lobos y sólo miremos por nuestro propio interés. Así, los más poderosos seguirán en su sitio, con su culo bien protegido.

Loach nos acerca a la realidad y lo hace con una película sobria, de estilo austero, como le caracteriza. Huye del estilo "realista" que significa mucho mareo de cámara y montaje acelerado, va a lo sencillo y a lo que funciona. En el aspecto interpretativo, todos los actores están estupendos, de nuevo en la línea del cine del director británico. Destacar eso sí a Kierston Wareing, con un personaje magnífico, lleno de matices. También destaca la labor de Juliet Ellis, que interpreta a su amiga y es la que intenta poner orden en la vida cada vez más acelerada de Angie.

'En un mundo libre...' es una película necesaria, de las que invitan a la reflexión al salir del cine y que denuncia algo que está ahí y que preferimos no ver. Un nuevo acierto de Ken Loach, una buena película. Siempre hay tiempo para el cine palomitero, pero de vez en cuando deberían verse títulos como éste, para refrescar un poco el cerebro y abrir los acomodados ojos.

  • Otra crítica de la película en Blogdecine:

En un mundo libre... el de Ken Loach (de Alberto Abuín)

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