El joven estudiante Mike Wazowski tiene un sueño: conseguir asustar a niños en la famosa fábrica de Monstruópolis. Para ello, se enrola en la universidad de los Monstruos con la expectativa de alcanzar su sueño. Sin embargo, la presencia de Sullivan le meterá en enredos y ambos terminarán expulsados y obligados a trabajar juntos para ganar su readmisión junto a un grupo de marginados sociales, con los que forman una fraternidad no demasiado popular.
Soy, en general, bastante magnánimo con los hallazgos de Pixar. ¡Diantres, si hasta su relato de princesa me mereció una revisión y reconsideré mis opiniones más severas! Y tengo que admitir que 'Monstruos University' (Monsters University, 2013) es muy divertida, a ratos hilarante, y está muy bien escrita. Pero también que sufre de bastantes limitaciones.
John Goodman y Billy Crystal repiten como las voces de unos rejuvenecidos Mike y Sullivan, aquí convertidos en estudiantes universitarios, y esta vez, el timón de la historia lo lleva Dan Scanlon, en su debut en el largometraje animado, y el guión lo firman Scanlon junto a Dan Gerson, uno de los escritores de la original, y Robert L. Baird.
La original, ciertamente, partía de una idea genial y muy atractiva: la idea de que un grupo de monstruos fuera en realidad un grupo de profesionales industriales del susto. A partir de esta imagen, la del monstruo convertido en parte de la mecánica del capitalismo industrial y tardío, la original 'Monstruos S.A.' (Monsters Inc, 2001) trazaba una historia de amistad y la naturaleza de las emociones del todo hermosa y llena de sorpresas.
Variaciones mínimas
Esta película, en cambio, es como una versión pálida de sus logros. Nada orgánica. Como un spot malo de empresa, donde se recomienda el riesgo y la actitud rebelde para la superación de los problemas. Todo el esquema argumental es apenas una fórmula para seducir ejecutivos: comedia de campus y monstruos disney/pixarianos.
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