El hormiguero e invitados, la promoción no entra en la ecuación

El hormiguero e invitados, la promoción no entra en la ecuación
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La televisión tiene que jugar con la promoción que cualquier artista quiera realizar de su obra. Unos y otros se necesitan, más el artista que el programa de televisión, y esto encierra una incongruencia. La cuestión es el panorama que se encuentra el responsable de comunicación de un artista para llevar a éste a un programa de entrevistas en el que dar a conocer su película, serie, disco o libro. Si mira la parrilla televisiva se encuentra que no tiene que darle muchas vueltas a la cabeza para decidir dónde ir, y si es extranjero, piensa con razón, que lo mejor es convocar a la prensa, realizar una rueda, un evento con público y ellos ya se encargarán de difundir el mensaje. Claro que la televisión sigue teniendo su tirón, o eso se piensa.

Volvamos a ese responsable de comunicación que decide tener en cuenta a la pequeña pantalla para la promoción. Si nos fijamos en los programas de entrevistas, las opciones se reducen a dos: El hormiguero y Buenafuente. Y pienso que en ambos casos es más por la difusión que alcanzan por Internet - YouTube, que por la gente que se pega al televisor a verlos. De Buenafuente, a su manera, puedes obtener una cierta repercusión, porque hablarán de la película o el disco, sacarán algún corte de la película o cantarán una cancion en directo en el plató. Es decir, entran al programa, pero no son decorado. Ahí depende la gracia de Buenafuente hacia donde quiera llevar la entrevista.

En cambio, en El hormiguero el propio artista se debe hacer la misma pregunta que yo me haría si estuviese invitado, ¿qué estoy haciendo aquí? Vale que, o bien te pasas un rato divertido, artista español, o bien no te enteras de nada, artista extranjero. La entrevista es inexistente, e incluso uno entiende que Pablo Motos sabe que ese no es su fuerte, pero como le pasó con Kyle XY, con los Jonas Brothers volvió a patinar. Quiere que participen en las bromas, de buen colegueo, cuando lo normal es que el invitado vea su asistencia como parte de su trabajo. A hablar de su libro, recordando a Umbral.

Uno va gratis porque le están haciendo promoción, si no es así, a pasar por caja. Creo que ese es el matiz. En caso contrario, y dado los derroteros que está tomando la televisión, con casi ningún programa de entrevistas en la parrilla, el sentido común dicta meter la cabeza en un telediario, aunque sea difícilmente justificable. Por eso la radio española se lleva la palma en estas cosas. No es complicado entender por qué. En un sitio el artista habla de su trabajo, en el otro, haces de todo menos hablar de tu trabajo. Al final se van a pensar si ir. Y digo yo, ¿en El hormiguero hace falta el invitado?

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