Clint Eastwood lleva 15 años dirigiendo películas de sobremesa

Clint Eastwood lleva 15 años dirigiendo películas de sobremesa

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Clint Eastwood lleva 15 años dirigiendo películas de sobremesa

Estamos diseñados para sobrevivir y no podemos rendirnos por el camino. Dejas de fumar, te vuelves vegano, boicoteas el aceite de palma o te pasas a ver la última película de Clint Eastwood, aunque no recuerdas cuál fue la última que te gustó.

Parece que ha llegado el momento inevitable: los medios oficiales empiezan a caer en la cuenta de que la última película del director de ‘Bird’, ’Sin Perdón’ o ‘Un mundo perfecto’ podría empezar a renquear en su narrativa (no la he visto y no puedo opinar aún de ella). ¿Cómo demonios no va a renquear un director de 88 años que se ha pasado media vida rodando westerns a pleno sol y ha sobrevivido a Nixon?

El principiante

El año en que se puso a las órdenes de su director habitual por partida doble con ‘El Seductor’ y la mítica ‘Harry el sucio’, Eastwood daba el salto a la dirección con el estupendo thriller ‘Escalofrío en la noche’ (olvídate del dvd, que no lleva subtítulos en castellano) perverso ejercicio de suspense que por desgracia quedará más como una prueba de iniciación que como un género y un estilo por el que continuar desarrollando su carrera, puede que por eso nos guste tanto cuando se vuelve misterioso.

Siete películas en diez años durante los cuales plasmó westerns de ambiente fantasmal como ‘Infierno de cobardes’, romances marca de la casa como ‘Primavera en otoño’ o un thriller competente con uno de los mejores carteles de la historia del cine: ‘Ruta suicida’. Como primera oleada de trabajos en la realización, no estaba nada mal.

Gauntlet Xlg

Durante la década de los ochenta fue irregular como pocos, porque entre ‘El aventurero de medianoche’ (nominada a un razzie) y ‘Bird’ (Globo de oro al mejor director) se permitió el lujo de dirigir paletadas sanas como ‘Firefox: el arma definitiva’, paletadas fachas terriblemente divertidas (‘El sargento de hierro’) o la mejor secuela de la saga protagonizada por Harry Callahan, ‘Impacto súbito’.

Poder absoluto

La década de los 90 no trajo las mejores combinaciones de ropa, sobre todo en el mundo del rap, pero en el mundo del cine sí que hubo unas cuantas joyas que se encuentran entre nuestras pelis favoritas de todos los tiempos: ‘El último boy scout’, ‘Atrapado en el tiempo’ o ‘Rushmore’ llegaron pisando fuerte y se quedaron para siempre.

Ocho películas rodó entonces el cada vez más respetado y menos vilipendiado por su ambiguo posicionamiento político director. Y es que, ay, el viejo Clint lo mismo afirma con rotundidad que es necesario un control de armas que critica a Obama por novato y por no ser veterano de guerra.

‘Cazador blanco, corazón negro’ estuvo cerca de la Palma de Oro y la entrañable patochada de ‘El principiante’ sirvió para que Eastwood tomase aire para el arreón más impactante y prestigioso de su carrera: ‘Sin perdón’, ‘Un mundo perfecto’ ,’Los puentes de Madison’, ‘Poder absoluto’ y ‘Medianoche en el jardín del bien y del mal’ forman un repóquer de oro irrepetible que consagraban al director como uno de los más talentosos e hiperactivos astros de Hollywood.

'Ejecución inminente' cerraba la década en que Vanilla Ice entregaba ‘Frío como el hielo’. Los cuatro Oscar que se llevó su western (no vamos a redondear la frase con ese calificativo tan trillado durante casi treinta años) consagraron a Eastwood… y de ahí ha vivido durante el resto de su carrera.

Qué tramáis, morenos

Seamos honestos: ‘Space Cowboys’ no estará nunca en nuestra lista de favoritas. Puede que ‘Gran Torino’ sí, por aquello de la vejez chocha de un viejo bastardo ultraviolento y porque alguna de sus sentencias se quedarán en el recuerdo de muchos, pero el bajón que da Eastwood tras 'Mystic River' es considerable.

‘Million Dollar Baby’ era el irritante cóctel perpetrado junto a Paul Haggis que volvió a encumbrar al viejo Clint en la Academia: de nuevo película y director, además de un par de premios más. Tampoco ‘Banderas de nuestros padres’ o ‘Cartas desde desde Iwo Jima’ nos traían de vuelta el lado más ligero de un director que es capaz de perderse en dramas patrióticos como ningún otro. De acuerdo en que la segunda era algo más redonda, pero este no era el Eastwood que aportaba notables cambios de velocidad emocional en unos puntos de giro tan económicos como bien resueltos.

Después de su Walt Kowalski apenas se ha dejado ver delante de las cámaras, pero ha seguido rodando a un ritmo que ni Alex de la Iglesia… con resultados muy mediocres. ‘Invictus’ no le importaba a nadie con su desarrollo de publirreportaje de la televisión autonómica, y ‘Más allá de la vida’ era un clarísimo ejemplo de que hay géneros y estilos que no están para el Eastwood de los últimos años. ‘J.Edgar’ se le fue de las manos, con unas prótesis en las que uno casi podía ver a Joaquín Reyes bajo la careta, y un ejercicio de nostalgia rancia como ‘Jersey Boys’ se convertía, sorprendentemente, en el trabajo más destacable de su carrera reciente.

A nadie se le olvidará jamás el bebé de ‘El Francotirador’ ni la escasa repercusión de otro trabajo de estilo televisivo como ‘Sully’. Ahora, con '15:17 Tren a París', parece que todos esos tics del ocaso del Eastwood director se dan de bruces en un choque cósmico que ha provocado, por primera vez, no indiferencia, si no malas críticas.

Ejecución inminente

Al igual que con Woody Allen, a Clint Eastwood se le empieza a perder el respeto cuando ya es imposible esperar un contraataque. Y al igual que con Woody Allen, se amplifica la reputación de años muy lejanos por encima del equilibrio de logros conseguidos durante sus años dorados.

El director de Annie Hall ya era un personaje discutible desde comienzos de los 90, pero la opinión pública y el gremio de artistas sabiondos de Hollywood sufrieron una especia de amnesia selectiva por la que no solo era imposible rechazar un papel en sus proyectos, es que, además, era lo mejor que les había pasado. Pero ya no. Ahora no. Hoy no.

Ahora que Eastwood se rodea de personajes de carne y hueso que recrean en celuloide sus hazañas reales, llega el momento de recordar sus salidas de madre fascistas o la actitud discutible que ha mantenido durante toda su trayectoria.

Como el creador de 'Match Point', todos sabíamos de qué pie cojeaba y sabíamos separar a los autores de sus obras. Lo que está claro es que a todos se nos llena la boca afirmando que Tim Burton perdió el mojo tras 'Sleepy Hollow' en 1999 (¿sería el efecto 2000?), pero parece que, hasta ahora, nadie ha reconocido que Clint Eastwood lleva tres lustros entregando un cine indigno para venir firmado por el responsable de mediocridades profundamente divertidas.

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