Qué es la posedición y por qué hace que algunas traducciones parezcan hechas por una máquina

Qué es la posedición y por qué hace que algunas traducciones parezcan hechas por una máquina

Yo máquinas gustar mucho porque traducciones siendo perfects

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Terminator

De un tiempo a esta parte, se nos ha repetido una y otra vez, casi como un mantra, que las máquinas ocuparán nuestro lugar. Que muy pocos trabajos (ni siquiera los puramente físicos) quedarán libres de la tiranía de la inteligencia artificial y los avances de la robótica. Y, sin embargo, aún es pronto para lanzar las campanas al vuelo y aventurar un futuro plagado de baches y cambios. Prueba de ello es algo que lleva ya un tiempo trayendo de cabeza a los traductores y que las empresas no dejan de vender como un progreso que, en realidad, suena a simple excusa para que unos pocos ganen más dinero a costa de que la necesidad de unos pocos germine un trabajo peor que el habitual: la posedición.

¡Toma eso fácil! ¡Vergüenza en ti!

Os ha pasado más de una vez: estáis viendo una serie o una película y, de repente, los subtítulos o el doblaje dicen algo que no cuadra con ninguna estructura sintáctica correcta en español. Por ejemplo, en 'Bob's Burgers', la traducción oficial de Disney+ convierte "You broke it wide open, Dad" en "Tú lo has roto muy abierto, papá" o "This was such a weird freak accident" en "Esto fue un friki accidente tan raro". Ningún traductor, por amateur que sea, dejaría esto así creyendo que el trabajo está hecho. Ningún humano, de hecho. Y es que, efectivamente, hay máquinas de por medio.

He contactado con Javier Pérez Alarcón, traductor de 'Super Mario Bros', 'Sonic' o 'Scream V y VI', entre muchas otras, para que nos explique exactamente qué es la posedición: "El texto original se pasa por un motor de traducción automática y esa versión te la dan a ti para que la revises y la repases porque, claro, la máquina se equivoca". Como podéis saber todos los que alguna vez habéis usado Google Translate o Deepl, puedes salir del paso, sí, pero ni de lejos te harás pasar por un nativo.

Ex Machina

El debate sobre la posedición no es único de los traductores: la huelga de guionistas está basada, en gran parte, en un futuro que ya ven negro a manos de la Inteligencia Artificial. Los rumores, de hecho, ya indican que los estudios están creando textos mediante estas técnicas que después pondrán en las manos de guionistas desesperados por volver a ganar dinero una vez termine la revuelta. Al final, todo esto, aunque pueda parecer lo contrario, repercute en el usuario: "Está pagando por ver esa serie o esa película y recibiendo un servicio de peor calidad", dice Alarcón. Y aunque solo sea por eso, como consumidores deberíamos alzar la voz por tener un producto de la mayor calidad posible.

¡Rompe una pierna! ¡Como padre, como hijo!

Seguro que más de una vez, incluso en películas cuyo idioma original desconocéis, os habéis encontrado en el doblaje o en los subtítulos con morcillas que os han descolocado. Por ejemplo, ocurrió con 'El juego del calamar' hasta que asociaciones de traductores como ATRAE y el propio público a través de Twitter mostraron su disconformidad y Netflix tuvo que retraducirlo. Entonces lo describieron como "pan (duro y reseco) para hoy, hambre para mañana". Con el mañana cada vez más cercano, la cosa no ha mejorado.

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Alarcón se queja de algo que debería parecernos muy obvio: la posedición baja de calidad la obra. "Es una traducción que no sirve, planísima, sin matices, con errores, que no capta subtextos, no tiene alma y hay que reescribir desde cero para dejar algo que esté decente". Las empresas ven una manera de ahorrarse dinero cobrando lo mismo: al fin y al cabo, si tu labor es corregir a una máquina, tendrás que cobrar menos, ¿no? La posedición se desvela así no como una mera forma de automatización o como un aplastante futuro inevitable, sino como una manera de enriquecer a los intermediarios entre el cliente y el traductor.

Nadie gana con la posedición mas que unos pocos: el cliente puede ver su imagen perjudicada en caso de que los usuarios lo noten, estos pierden calidad en el producto que están viendo y los traductores no quieren dedicarse a ser "revisores de una máquina". "Ser traductor es una labor creativa, quien recrea el texto para que lo interpreten unos actores. ¿Para qué quiero hacer revisiones como churros?", dice Alarcón. El futuro con el que algunos salivan es la victoria de lo mediocre, el triunfo de la planicie, una distopía creativa que, por algún motivo, algunos parecen querer abrazar antes de tiempo.

¡Están lloviendo gatos y perros! ¡Larga historia corta!

Se abre un melón más: ¿Qué pasa con la intencionalidad del creador original? ¿Merece acaso que una obra en la que un equipo de doscientas personas ha trabajado durante un año se vaya al traste porque una máquina y un revisor mal pagado no hayan sabido encontrar su esencia? ¿Acaso no merecen que se respete la calidad? ¿O quizá algunos tienen confianza en que el espectador se acostumbrará a ver traducciones mediocres hasta que se acostumbre y lo deje correr?

Puede que algunos no nos demos cuenta siempre al ver una serie o una película de la importancia de un buen traductor. Por ejemplo, es el encargado de que los personajes se expresen de distintas maneras dependiendo de su personalidad, bagaje cultural o historia personal. Un granjero paleto de Utah no diría "Espléndido día, caballero" a un amigo al igual que un banquero del siglo XVIII no exclamaría "¡Qué guay, colega!" al presidente. La posedición, al no entender de contexto, los iguala con un resultado nefasto: "Si todos los personajes hablan igual, si es un texto mediocre y plano, sin tener en cuenta la idiosincrasia de los personajes, entonces lo más seguro es que esté poseditado".

Se tarda igual en retocar que en hacer desde cero y además es un trabajo ingratísimo, que destroza el alma: es aburridísimo buscar errores de una máquina durante ocho horas para que, si la cosa sale bien, la empresa te sustituya por ella

El futuro pinta difícil para todas las profesiones creativas, al menos a corto plazo: lo que ocurra dependerá tanto de los trabajadores ("Yo sé de casos en los que una empresa ha intentado poner posedición en los subtítulos, los trabajadores se han plantado y han tenido que recular") como, sobre todo, de unos espectadores que deberían reaccionar si no quieren que el futuro sea tan plano, soso y algorítmico como unos pocos pretenden. Al fin y al cabo, como recuerda Alarcón, "Todas las frases míticas de 'Los Simpson', por ejemplo, jamás te las sacará una máquina, porque sus traducciones no dejan de ser un texto predictivo con ínfulas". Es decisión nuestra si detrás de nuestras series queremos a una persona o un puñado de chips y tuercas.

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