Por qué nos gusta... Hurley (Perdidos)

Por qué nos gusta... Hurley (Perdidos)
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Imagina que tu avión sufre un accidente y cae en una isla perdida en la que habita un humo negro que se dedica a despedazar el personal, un oso polar con malas pulgas, una francesa loca que dispara al que se le pone a tiro y un grupo de pirados que se dedican a pulsar un botón. Ahora imagina que tus compañeros de viaje son un maldito drogadicto, un psicópata cazador, un médico que se cree John Rambo, un iraquí aficionado a la tortura, una ex convicta peligrosa con oscuros secretos, un timador profesional con problemas de personalidad y un coreano que no sabe ni papa de inglés. Ahora intenta imaginar qué harías en esa situación. Hurley construye un campo de golf.

Lo suyo es ver la parte más brillante de la vida, que decían los Monty Python. No pierde la sonrisa ni en la peor de las circunstancias. Aún cuando las cosas se ponen muy feas, Hurley encuentra el minúsculo punto de luz que abre una nueva esperanza. Su optimismo es el de la determinación, el de la fe de creer que si confias en que las cosas se arreglarán, realmente ocurrirá algo que las arregle. Hurley es que un tipo estalle en pedazos delante tuyo y que cuando sus trozos te caigan encima, aún te queden ganas de decir hey dude.

No es que se lo tome todo a broma; al contrario, se lo toma muy en serio. Sabe que en las situaciones difíciles la esperanza es lo último que se debe perder. Sabe que el optimismo, el contacto con la humanidad, esa partida de golf que recuerda a los supervivientes que aún hay posibilidades de volver con sus familias, es la clave para seguir adelante. Cuando se divierte pescando, cuando escucha música en su iPod, al contar un chiste o explicar una historia junto al fuego está construyendo su particular camino de regreso a casa.

Hurley es el niño que sigue creyendo en los Reyes Magos aún habiendo visto que la barba es falsa. Porque sabe que creer es el único modo de esconder la realidad. Y si cierras los ojos lo suficientemente fuerte todavía hay alguna posibilidad de encontrar un punto de luz en la oscuridad, aún es posible volverlos a abrir y descubrir que estabas soñando y todo era mentira.

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