Sitges 09 | Novena jornada (y II) | 'George A. Romero´s Survival of the Dead', 'La Horde' y 'Colin', tres formas de entender al zombie

Sitges 09 | Novena jornada (y II) | 'George A. Romero´s Survival of the Dead', 'La Horde' y 'Colin', tres formas de entender al zombie
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Termino con la novena jornada de Sitges 09. Como os dije, el sábado fue el “día zombie”, y la programación estaba centrada en esa temática. Excepto ‘Solomon Kane’, todo lo que vi estaba protagonizado por muertos vivientes. Ya os hablé de ‘Zombieland’, que fue lo mejor que vi ese día, y ahora os comentaré las otras: ‘George A. Romero´s Survival of the Dead’, ‘La Horde’ y ‘Colin’. Tres películas muy diferentes, tres acercamientos al subgénero zombie, pero ninguna verdaderamente valiosa, destacable.

George Romero ya me decepcionó con su anterior trabajo, la insufrible ‘El diario de los muertos’ (¿se puede hacer una película de terror más aburrida?), y la nueva no parecía tener mejor pinta, a tenor de las críticas que leí en Venecia, donde sorprendentemente fue proyectada. De ‘Colin’, una película amateur, hecha con cuatro duros, tampoco esperaba gran cosa. Así que de las tres, la que más me llamaba la atención era la francesa ‘La Horde’, sobre un grupo de policías que quieren vengar el asesinato de un compañero, pero cuando encuentran a los responsables se desata un infierno, y todos deben colaborar para poder sobrevivir. Es un film agresivo y desagradable, totalmente centrado en la violencia, dejando de lado a los personajes, a los que se presenta y se despacha con la mayor rapidez.

A mí me parece imprescindible, en una buena película de terror, sentir el miedo en la carne de los protagonistas. Y esta regla, que creo que es básica, no la veo por ninguna parte en casi todo lo que se estrena. Desde luego, cada vez menos. En momentos aislados se consigue algo de esa tensión, de ese horror por lo que pueda pasar, pero enseguida se pierde, casi siempre por la estupidez de cambiar el punto de vista de la víctima y apostar por enseñar lo que da miedo. En la gran mayoría de productos del género uno no consigue ponerse de parte de ninguno de los personajes, resultando que al final todo se basa en recrearse en sus muertes, o la de los monstruos o psicópatas que les persiguen, cuanto más sangrienta y horrenda, mejor.

Claro que, por supuesto, esto es a lo más que aspiran muchos de sus responsables, incapaces de ofrecer otra cosa. La cuestión es que hay un público para esto (nada que objetar a los fans del gore, como tampoco a los zoofílicos o a los de novelas históricas), y el problema es que gracias a eso se justifican todo tipo de atropellos cinematográficos. Está bien que se haga de todo, pero es que la evolución es muy triste. ¿Por qué es tan difícil encontrar una película que genere la ansiedad y el mal cuerpo que deja ‘Alien’? Bien, la respuesta es obvia. ‘La Horde’ no tiene nada de especial, puesto que se basa en lo de siempre, en ver a zombies agresivos matando personas, y a personas agresivas destrozando zombies. No hay más.

¿Es que eso es todo lo que se le pide? Quizá. Pero si veis ‘Amanecer de los muertos’, el brillante remake de Zack Snyder, encontraréis todo eso y mucho más, una película con sangre, violencia, pero también con personajes y emoción. Yannick Dahan y Benjamin Rocher se quedan en la superficie, en lo fácil del film de Snyder, pero no consigue, como el director de ‘300’, ir más allá, que nos sintamos identificados con quienes están sufriendo viendo cómo explota el temible día del juicio final. Dicho todo esto, a cada uno lo suyo; ‘La Horde’ está bien realizada, es entretenida y contiene algunas escenas tan violentas que es imposible olvidarlas. Todo eso lo tiene. Y quien lo busque, desde luego que lo va a encontrar.

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Otra cosa es lo de George A. Romero. Este hombre, sencillamente, debería retirarse. O, por lo menos, tomarse un descanso y pensar en algo que no implique muertos que resucitan para comer carne humana. No sé, hay muchas ideas por explorar; una versión de ‘Los pájaros’ pero con altramuces mutantes, por ejemplo. Cualquier cosa. Definitivamente, Romero ha perdido el rumbo, pero gracias a las nuevas tecnologías, que permiten hacer cine más barato, y apoyado en su todavía prestigiosa firma, entrega alegremente otra lamentable película de zombies.

‘Survival of the Dead’ nos presenta a un grupo de militares que tras iniciarse el despertar de los muertos, deciden refugiarse en una isla, creyendo que el agua los mantendrá a salvo; claro, pronto descubrirán que no hay ningún sitio refugio posible, y que como siempre, son peores las personas que los zombies. Al principio parece que Romero se toma en serio lo que va a contar, pero pronto nos damos cuenta que ni él tiene ya interés por sus criaturas, que se la trae floja que haya público viendo su nueva tomadura de pelo, y así ofrece una desganada, torpe y soporífera comedia, con momentos verdaderamente vergonzosos. Serie Z. No veo la manera de hacerla peor, la verdad.

Se supone, si hacemos caso a este viejecillo simpático de enormes gafas, que su nueva película da un paso más en la evolución de los muertos vivientes, pero lo único “nuevo” que hay aquí está al final, en los últimos minutos, y dudo mucho que sea algo nunca visto. Claro que él cree que es el inventor del zombie, así que es normal su delirio. Encantador incluso, de no ser porque sus últimas películas huelen peor que los come-cerebros que las protagonizan.

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Tras el tostón de Romero, me apetecía terriblemente cambiar de género, ver cualquier cosa que no tuviera nada que ver con muertos. Pero el día anterior no sospechaba que estaría tan harto, y pedí un ticket para ver ‘Colin’, que en teoría daba un giro al subgénero, centrándose en el punto de vista de un zombie. Con una cena basura en el estómago, y las prisas habituales, me desplomé en la butaca con la única idea de tratar de aguantar despierto hasta el final. Eran las once de la noche y ya había visto cuatro películas, así que el reto era más complicado de lo que puede parecer al lector.

Unos minutos antes de empezar la proyección, sin embargo, mis expectativas cambiaron. Se encontraba allí Alastair Kirton, el protagonista de la película. Habló poco, pero se mostró tan divertido, y tan sincero contando cómo habían realizado la película, en la que habían puesto tanto esfuerzo y cariño, que no pude evitar pensar que ‘Colin’ me iba a gustar. Pensé poner todo de mi parte y perdonarle, de antemano, los errores que seguro iba a encontrar, tratándose de un trabajo hecho por aficionados en sus ratos libres, sin presupuesto, sin actores de verdad.

Al poco de empezar, me di cuenta, como en otras tantas ocasiones, que me era imposible pasar por alto todo aquello. Marc Price, el director, cree que rodar una escena de acción es mover mucho la cámara y que no veamos nada; no os miento, parecía que el tipo había colgado la cámara del techo y se había puesto a darle golpes, lanzándola de un lado para otro. Así durante gran parte de los interminables cien minutos que dura su película. Por otra parte, se suponía que esto iba a ser algo nuevo, que la historia se centraría en el zombie, pero no es cierto, muchas secuencias están protagonizadas por humanos, que o bien huyen o bien atacan a los muertos. En fin, salvo el curioso trabajo de Kirton, y la interesante idea de partida, otra tontería más.

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A la una de la mañana, con el cuerpo dolorido, cargando con la pesada mochila, y los ojos violados por tanto cine malo, el verdadero zombie que paseaba por Sitges era definitivamente yo. Siete horas después me esperaba una nueva jornada, la última. Menos mal que empezaría con ‘The Road’, que si no…

PD: En el primer post de la novena jornada se me olvidó comentar algo. A la entrada del pase de prensa de ‘Zombieland’ nos regalaron una camiseta de la película, que algunos no dudaron en vestir rápidamente. Es bastante fea, pero oye, fue un detalle y se agradece. De hecho la llevo puesto ahora mismo, para entrar en ambiente.

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