Caos cinematográfico

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Desde hace ya muchos años hay una costumbre en Hollywood un poco rara, estrenar dos películas con el mismo tema. Ejemplos calros serían aquellas dos películas que tenían de protagonista a Cristóbal Colón, o aquellas en las que un meteorito de dimensiones sobrenaturales amenazaba el futuro de la Tierra, o aquellas de dibujos animados en las que las protagonistas eran una comunidad de hormigas, y así podríamos estar todo el día. Hace unas semanas se estrenó entre nossotros la magnífica 'Plan Oculto' de Spike Lee, que versaba sobre un atraco a un banco. Ahora nos llega 'Caos', que se le parece sospechosamente, y tal vez intenta apartarse de la de Lee añadiendo unas cuantas escenas de acción, pero en la base son prácticamente la misma película.

Quentin Conners es un policía que es rehabilitado para ponerse al frente de una situación con rehenes en un atraco a un banco. Con la ayuda de un policía novato, intentará resolver la situación que se presenta mucho más complicada de lo que parece. Los atracadores son extremadamente inteligentes y se adelantan a todos los movimientos de la policía.

Sobraría decir que la película tiene ases escondidos en su argumentos, los cuales se van descubriendo poco a poco. Lamentablemente, el espectador avispado puede ir dándose cuenta de lo qué se cuece antes de que nos lo revelen. Una vez más una mala dirección, un guión gogido por los pelos, y un cásting un tanto equivocado, son los culpables de que el visionado de 'Caos' se convierta en precisamente lo que sugiere su título. Una enorme serie de despropósitos, que intentan vestirnos con caras conocidas, a modo de película seria de acción y algo de misterio, para que no nos demos cuenta. Pero no cuela. Hacer a esta alturas una historia que resulte atractiva en este género, es realmente difícil, pocos lo logran. Prácticamente todo ya está contado, y el espectador está de vuelta y media en cuanto a sorpresa, por lo que cogerlos desprevenido es algo que sólo puede hacer bien un gran director. Sin embargo, esto no quita que aunque la historia sea manida, por lo menos nos ofrezcan un producto digno, narrado con enorme eficacia, que al fin y al cabo es lo que cuenta. Pero no, aquí tampoco ocurre eso. Tony Giglio, el director, muestra un enorme torpeza a la hora de dirigir toda clase de escenas. Pero sobre todo las de acción, algo imperdonable en este tipo de producciones. Dichas escenas no tienen la más mínima personalidad (bueno, como el resto de la película), y son muy confusas, por no decir que incluso están mal insertadas en la acción, valga la redundancia. Es como si no supieran por dónde salir, y dijeran, "y ahora qué hacemos", zas, escena de acción. En ese aspecto, el montaje de la película se resiente bastante, pero no porque los planos estén mal colocados en las escenas, no. Es porque parece que en la película no hay una continuidad, está enormemente descompensada. Una muestra de que el director no tenía las cosas claras.

Hablar del trabajo interpretativo sería mentir. Decir en cambio que por el film salen caras conocidas, ya es acercarse más a la realidad. Wesley Snipes interpreta a un atracador que se supone inteligente, y lo hace igual de mal que siempre. Ryan Phillippe es un policía novato, y no sabe qué cara poner durante toda la película. Atención, porque este limitadísimo actor es el protagonista de la nueva película de Clint Eastwood, algo habrá visto en él, digo yo. Y Jason Statham, que sin ser un gran actor a veces aporta el carisma suficiente para que un personaje nos resulte simpático, aquí está como perdido, y fuera de lugar. Lo cierto, y aunque estos actores suelen moverse en el cine de acción, resulta un poco extraño verlos metidos en estos personajes, es como si a ellos mismos no les convencieran.

Una película en verdad mala, que según avanza hace que nuestra cara vaya adquiriendo unas expresiones de incredulidad realmente antológicas. En fín, no creo que vaya a ser un éxito en nuestro país, que por lo que oigo por ahí, casi todo el mundo piensa prácticamente lo mismo. Un de esos casos de unanimidad evidentes y claros.

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