'The Contract', a media jornada

'The Contract', a media jornada
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Revisando la filmografía de Bruce Beresford, y dejando de lado que algunas de sus películas han tenido una muy buena acogida por parte del público, tal es el caso de 'Tender Mercies', ' Paseando a Miss Daisy' o 'Doble Traición', la mayor parte de sus trabajos no permanecen en el recuerdo, cuando no son aburrimientos soberanos prácticamente insufribles. A este último grupo pertenecen títulos como 'Un Buen Hombre en África' (otra equivocación por parte de Sean Connery en su carrera) o 'Evelyn' (de buenas intenciones, pero capaz de hacer bostezar a las piedras), por citar sólo un par de ejemplos. Tedio es la palabra que le viene de perlas a Beresford.

'The Contract' no hacía pensar a priori que las cosas fueran a cambiar. Pero el hecho de contar con la presencia de dos actores tan solventes como Morgan Freeman y John Cusack en su reparto, hacía albergar al menos un mínimo de esperanza sobre los resultados de la misma. La espera a su estreno fue poco menos que eterna, y cuando trascendió que en su país de origen salió directamente al mercado del dvd, algunos ya nos olvidamos de ella. Hasta que hace poco y tal vez debido a una de esas ideas deslumbrantes que se les ocurren a los distribuidores en nuestro país, se estrenó, no con poca publicidad.

SPOILERS

'The Contract' narra la historia de Frank Carden, un importante asesino que es llevado ante la justicia. En medio de su traslado, sus propios hombres provocarán un accidente, haciendo que Carden y el policía que lo custodia terminen en medio de un bosque, en el cual se encontrarán con Ray Keene, un ex-policía, que por problemas de incomunicación con su hijo adolescente, ha decidido pasar con éste unos días en la naturaleza. Keene se hará cargo de Morgan, y mientras son perseguidos por el resto de asesinos, los dos hombres irán conociéndose un poco mejor.

La película no tiene un mal comienzo. La presentación de los personajes es acertada, aunque los diálogos parezcan los de un principiante de lo ridículos que resultan en casi todo momento. Al menos, Beresford, demuestra llevar en esto del cine los suficientes años, y en su primer tercio nos hace pensar que tal vez nos encontremos ante el film más animado, por decirlo así, de su trayectoria. Incluso el situar gran parte de su acción en unos paisajes excelentemente fotografiados por el famoso Dante Spinotti, nos hace recordar sanamente a la excelente película de Roger Spottiswoode, 'Dispara a Matar', con la que 'The Contract' guarda algunos parecidos.

Pero la película se termina en su planteamiento y de ahí no pasa. Beresford vuelve a hacer gala de sus aptitudes, que a estas alturas ya hay que decir que son innatas, para el aburrimiento y lo anodino. Las situaciones, aparte de previsibles, no se sostienen ni enganchan al espectador, el cual termina por concentrarse únicamente en esa especie de duelo interpretativo que nos regalan Freeman y Cusack, que sin duda se compenetran a la perfección, aunque su particular historia daba para muchísimo más allá que lo que vemos en infinidad de telefilms. Los dos actores hacen lo que pueden con dos personajes un tanto planos y con alguna que otra incongruencia. El hecho de que los dos se crucen, resulta de lo más forzado, ya que la historia del personaje de Cusack con su hijo es de lo más increíble, y porqué no decirlo, surrealista. Vamos a ver: para compensar a su dolido hijo adolescente de la muerte de su madre por cáncer, decide llevárselo de acampada, algo que los dos odian (¿?). Después, la relación entre los dos antagonistas del relato camina por senderos de lo más previsible, y encima la incursión de una pareja de turistas no hace más que estropear el relato de forma escandalosa, y sólo para terminar sugiriendo que Keene puede encontrar otra mujer en su vida. Tópicos y más tópicos, mal insertados, y que estropean las posibilidades de una historia que bien podría haber dado para un thriller mínimamente decente.

Beresford deja a medias un trabajo, siendo totalmente incapaz de levantar una historia bastante fallida, pero que tal vez en manos de otro director más solvente y dedicado, no hubiera terminando siendo lo de siempre. No sería la primera vez que una historia predecible o sin sustancia, da para un ejercicio de estilo de notable calidad. Lamentablemente, Beresford seguirá siendo siempre Beresford, y el espectador será el que sufra las consecuencias. Floja película.

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