Dueños de la calle y del aburrimiento

Dueños de la calle y del aburrimiento
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El pasado de 25 de abril se estrenó en España la nueva película de David Ayer, 'Dueños de la Calle', traducción españolis del original 'Street Kings'. El señor Ayer es "famoso" por haber debutado con la también flojita 'Harsh Times', sólo entendible como vehículo de lucimiento del enorme Christian Bale (tendrá que hacer de viudo borracho en silla de ruedas para que le den el Oscar). Su nuevo trabajo vuelve a girar básicamente sobre lo mismo, argumentalmente.

'Street Kings' se presenta bajo el formato de thriller policiaco sobre un antihéroe que lucha contra bandas callejeras y policías corruptos. Lo que hoy día ya es sólo argumento para videojuegos ultraviolentos donde los niños reclaman mayor realismo; es decir, destrozar enemigos de forma brutal y juguetear con tías cachondas. En el cine, este "rollo" cada vez se lleva menos, y si es para que gente como Ayer siga filmando películas así, mejor que se deje de hacer. Un largo paréntesis no hace daño a nadie; ver este film, tampoco, cierto, pero la pérdida de tiempo es igualmente indeseable.

El argumento de 'Dueños de la Calle' ('Street Kings', 2008) nos presenta a Tom Ludlow, un veterano policía de Los Ángeles, tan amargado por la muerte de su mujer como tremendamente eficaz por su sangre fría y determinación. Cuando asesinan a un compañero, el que fuera su mejor amigo, Ludlow descubrirá que puede ser la cabeza de turco de una conspiración organizada desde dentro del propio departamento de policía. Un investigador del departamento de asuntos internos le seguirá los pasos, con la intención de implicarle.

Los comienzos suelen ser muy representativos. Tanto de lo que se va a ver, como de las pretensiones de la cinta, como de la habilidad/inteligencia/intención del realizador. A mí me encantan por eso mismo, porque me gusta que en los pocos minutos que siguen a los créditos ya me den toda esa información y pueda relajarme (y concentrarme) más cómodamente en el asiento. 'Los Dueños de la Calle' arranca con el protagonista despertándose y cogiendo una pistola; luego va al baño y se mira la cara de aburrido. No sé vosotros, pero esto a mí me sentó, más o menos, como cuando voy a comprar palomitas y me quieren cobrar 5 euros.

La película mejora luego, ciertamente, faltaría más. A continuación tenemos la típica secuencia de acción trepidante que queda estupenda para rellenar un trailer y hacer ver que el film es eso, espectáculo de balas. En realidad: tiroteos sin chispa y aburridos diálogos. Los actores, todos rostros muy conocidos, aportan calidad a un producto de bajísimo vuelo, y sin duda encienden un poco la mirada del espectador. El efecto dura poco. Tampoco quiero ser injusto con Ayer en el terreno de la acción. Exceptuando la primera secuencia, no me gusta cómo cómo rueda este señor los momentos de tiros, pero sí es cierto que son espectaculares y que, en general, aportan entretenimiento.

Ayer abusa de la música ruidosa y del montaje de planos cortos, así como de encuadres atípicos, para tratar de que el espectador se meta en las fases de acción de la película, descuidando por completo todo lo demás. Las escenas "tranquilas", con personajes hablando y tal, resultan insoportablemente lentas y sosas. En nada contribuyen tampoco ciertas interpretaciones de la mayoría de los actores que aparecen aquí, desganados y sin ningún destello. Pero bueno, es normal, como diría el protagonista de 'Gracias por Fumar', hay que pagar la hipoteca.

El reparto, como digo, está lleno de caras conocidas; así podemos encontrarnos con gente como Keanu Reeves, Forest Whitaker, Hugh Laurie, Chris Evans, Naomie Harris, Common, Cedric the Entertainer, Amaury Nolasco o John Corbett. En general, cabe decir que todos están ahí, pero no encontramos a nadie que se crea su papel. Quizá el que más se esfuerza es el protagonista, Reeves, al que los años empiezan a notársele bastante, quien interpreta al bueno de la función. Un bueno que bebe vodka en botellitas pequeñas y dispara a todo lo que se mueve; me "encanta" cuando en estas películas le recuerdan todo el tiempo al prota lo mal que lleva su vida, que se está destrozando, pero el actor sigue siendo un guaperas y está perfectamente maquillado.

En el otro bando, los chicos malos, tenemos a... bueno, no lo digo, pero si has visto dos o tres películas policiacas los vas a adivinar rápidamente. Resulta muy sorprendente que para un guión como el de esta película se hayan necesitado tres cabezas pensantes, entre las que se encuentra nada más y nada menos que James Ellroy (Kurt Wimmer también está implicado en esta faceta); me acuerdo otra vez de la hipoteca... Volviendo al reparto, destacar lo mal que están Whitaker, a un nivel parecido al que mostró en la mala 'En el punto de mira', y lo refrescante (aunque desaprovechada) que resulta la presencia de Laurie, repitiendo casi su famoso personaje del doctor House.

En pocas palabras, una película muy floja, sin intensidad, mil veces vista y sin nada que aportar. Como dije, no "matará" a nadie, no provocará que salga nadie del cine gritando bodrio cada dos segundos, pero realmente es una pérdida de tiempo. Una muestra de que David Ayer, por lo visto hasta ahora, es un tipo del que es mejor olvidarse; no tiene nada que aportar al cine.

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