40 años de ‘Conan, el bárbaro’: la gran épica cafre que cambió el cine de fantasía y descubrió a Arnold Schwarzenegger no podría estrenarse hoy

40 años de ‘Conan, el bárbaro’: la gran épica cafre que cambió el cine de fantasía y descubrió a Arnold Schwarzenegger no podría estrenarse hoy

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40 años de ‘Conan, el bárbaro’: la gran épica cafre que cambió el cine de fantasía y descubrió a Arnold Schwarzenegger no podría estrenarse hoy

Que sí, que lo de las películas que no podrían estrenarse hoy es una falacia. Claro que cualquier película podría estrenarse hoy. Hoy puedes estrenar una película rodada con 2.000 euros con tus primos corriendo desnudos con esvásticas alrededor del chalet y decir que haces cine Dogma, probablemente nadie haría mucho caso. Pero la realidad empresarial de la división de Marvel, DC y otros creadores de blockbusters nunca haría un filtro capaz de aceptarConan, el bárbaro’ (Conan the Barbarian, 1982).

Por mucho que queramos vender el espacio cultural de la gran corriente como un lugar permeable y libre, lo cierto es que todo es relativo. Una película de 60 millones de dólares (al cambio) de hoy escasamente tendría posibilidades para estrenarse si quiera con una calificación R, que permitiera un cierto grado de sangre y algo de sexo, cada vez más impensable incluso en películas extremadamente violentas. Pero la problemática de Conan no residiría hoy (solo) en esas cuestiones, claro.

Del cómic al cine

El personaje pasó de las novelas y cómics a la pantalla grande en 1982, tras un largo intento de más de una década intentando llevar el personaje al cine. Aunque parece que cueste aceptarlo en determinados foros cinéfilos, la adaptación es ya en muchos sentidos un clásico pasado por alto, y pese a sus elogios cada vez más audibles, para la mayoría de los espectadores actuales es difícil entender el impacto que tuvo. En los 60, la productora Hanna-Barbera creó ‘Thundarr The Barbarian’, ambientada en una Tierra posterior al apocalipsis.

Un dibujo animado que combinaba elementos de Buck Rogers y J.R.R. Tolkien, una fórmula que refinarían para lograr un mayor éxito cuando diseñaron una serie basada en los nuevos juguetes Masters del Universo de Mattel que, al contrario las creencias se desarrolló independientemente de Conan, aunque es imposible cuantificar el efecto que las adaptaciones al cómic de Marvel, en una línea adulta que fue ganando popularidad desde 1971, y desde entonces hubo proyectos e interés en llevar sus historietas a la gran pantalla.

Conansavage

Conan fue creado en 1932 por el autor del “círculo de Lovecraft” Robert E. Howard pero no ganó popularidad hasta que los tebeos amplificaron su poder pulp para el gran público. Tras muchos años discutiendo el salto, en 1979, el legendario productor Dino De Laurentiis adquirió los derechos y su hija Rafaella produjo una adaptación que contaría con el director John Milius, quien reescribió un guión de Oliver Stone. El director de fotografía sería Duke Callaghan, el diseñador de vestuario John Bloomfield, el diseñador de producción Ron Cobb y el equipo de dirección artística de Pier Luigi Basile.

Ladrón. Guerrero. Bárbaro. Rey

Sanz

El comienzo de Conan es su primera escena mítica, al menos para los españoles, ya que muestra al joven personaje, interpretado por Jorge Sanz, siendo instruido por su padre sobre la fiabilidad del acero sobre la carne, poco antes de que un ejército que practica el culto a las serpientes liderado por Thulsa Doom, un fantástico James Earl Jones asalte su aldea y mate a su familia y conocidos. El esclavizado bárbaro se convierte en un consumado luchador de antes de ser liberado y buscar venganza.

Durante su periplo se hace amigo de Subotai (Gerry Lopez) y los dos conocen a Valeria (Sandahl Bergman) mientras se cuelan en uno de los templos de la secta. Él y Valeria se enamoran, y el trío emprende una misión del rey Osric para recuperar a su hija (Valérie Quennessen), que se ha convertido en sacerdotisa del culto de las serpientes bajo el hechizo de Doom. Un viaje lleno de desvíos, en los que el guerrero encuentra una espada vieja en una cueva —en una escena replicada paso a paso en ‘El hombre del norte'— mata a un grupo de lobos para hacer su chaqueta y hasta fornica con una bruja.

Bruja

Antes de consumar su venganza se convierte en ladrón, decapita una serpiente gigante y hasta se convierte en guerrero a sueldo. Una producción que exigía un presupuesto suficiente para sus escenas de acrobacias, multitudes, vestuario, grandes nombres para actores secundarios como Mako o Max von Sydow, variedad de locaciones y escenarios o efectos prácticos como la secuencia en la que Doom se transforma en una serpiente, que sigue siendo hoy una maravilla visual.

Una gran producción dentro de ciertos límites

A nadie que la cara de la madre Conan le suene a Nadiuska dudaría que se rodó en España, concretamente en zonas de Madrid y la provincia de Almería, y quizá por ello en nuestro país siempre ha sido especialmente apreciada. Los decorados se basaron en las culturas de la Edad Oscura y en las pinturas de Conan de Frank Frazetta, que sirvieron como concept art no oficial, e incluso como teaser póster. La mayoría de los efectos especiales se realizaron delante de la cámara, con pocos efectos ópticos, para resaltar el lado humano de la historia y su triunfo frente a algo de otro mundo.

Conan The Barbarian Ver2 Xlg

Pero uno de los elementos más recordados es la música de Conan, una atronadora partitura al estilo Wagner escrita por un inspiradísimo Basil Poledouris que dejaría impronta de un estilo que siguió elevando en 'Robocop' y 'Starship Troopers'. La pieza de la masacre del poblado agrega un tremendo poder y majestuosidad y 'Anvil of Crom' crea una dinámica hiperviolenta perfecta para observar cómo la sangre fluye y las cabezas ruedan sin que haga falta abrir los ojos. La brutalidad que transmiten la estética en conjunto diferencia la obra de otras fantasías.

Las escenas de sexo son intensas, particularmente la de la bruja que es arrojada al fuego, que parece inspirada por una similar en ‘Aullidos’ (The Howling, 1982) de un año antes, y durante dos horas y nueve minutos, no hay momento en el que el mundo que nos presenta no emita salvajismo animal y sensualidad. Muchos aficionados a los cómics encontraron que la adaptación se alejaba del tono pulp de las viñetas, pero en realidad Stone y Milius trataron de hacer una historia de espada y brujería con reminiscencias a la fantasía épica ancestral.

De la venganza nórdica a la mística oriental

Doom

El tratamiento de espadas, las maldiciones y profecías los lleva a historias como ‘La Ilíada’ y ‘Beowulf’, que muestran el triunfo de la voluntad de un hombre contra probabilidades aparentemente inhumanas e imposibles. El arte de ‘Conan, el bárbaro’ combinaba la estética cultural histórica mongola, la figura de Genghis Khan, y la mitología vikinga, de donde viene el parecido en la escena del trono del rey con la película de Robert Eggers, basado en las famosas sagas escandinavas. Milius añade una fascinación por el cine japonés de Akira Kurosawa, con ciertos paralelismos con ‘Los siete samurais’.

Hay momentos como la “resurrección” de Conan que son casi un remake de uno de los instantes más famosos de 'Kwaidan' (1964) de Masaki Kobayashi y todos estos referentes se van combinando en retazos de diferentes historias de Howard que van dando paso a escenas tan recordadas como la crucifixión y degüello de un buitre o el momento en el que Conan pronuncia sus primeras palabras en pantalla tras 20 minutos de película, una cita clásica que resume el espíritu de la obra:

“-Conan, ¿Qué es lo mejor de la vida?

-¡Aplastar a tus enemigos! ¡verlos destrozados! ¡Escuchar los lamentos de sus mujeres!”

Conan The Barbarian Arnold Schwarzenegger

Otra de las grandes escenas es la batalla en los túmulos, donde Conan, Subotai y el mago se enfrentan al ejército de soldados montados de Doom. Desde la oración de Conan a Crom, el secuaz empalado en una enorme estaca y la estrategia de golpe y fuga para oponerse a la fuerza enemiga es la base de muchas escenas de acción posteriores. Pero en los momentos menos cruentos también es capaz de dejar huella, con una interpretación lúcida y silenciosa de James Earl Jones.

Ha nacido una estrella

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La película llevó a Schwarzenegger a convertirse en el héroe favorito de acción de Hollywood de la década y parte de la siguiente, pasando de culturista a uno de los actores más famosos de la historia, y uno de los pocos que llegó a ocupar un cargo público. El magnetismo de su actuación refleja la brutalidad de un hombre salvaje adicto a la violencia, pero también el honor de la batalla e incluso perfilando el sentido del humor que hay que tener para disfrutar de la exageración animal que propone, posteriormente convertido en su marca sardónica reconocible.

Sin embargo, el humor necesario a la hora de afrontar la actitud de la película es algo que la presencia de Milius convierte hoy en un placer “problemático”. Si ‘El hombre del norte’ ha tenido una controversia asociada a la habitual filia por los mitos fundacionales nórdicos de la ultraderecha, la propuesta de ‘Conan’ no quedó sin polémica y reflexión ideológica pertinente, dado el carácter reaccionario sin fisuras de su historia de venganza, con imágenes que fueron también interpretadas como propaganda de matices fascistas.

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En una crítica bastante positiva, Roger Ebert describió así el clímax de la película:

"Me encontré pensando que Leni Reifenstahl [sic] podría haber dirigido la escena, y que Goebbels podría haberla aplaudido. Estoy siendo demasiado sensible? Quizás. Pero cuando Conan apareció en los pulps de la década de 1930, el personaje sugería de ciertas maneras no declaradas el mismo tipo de mitos nórdicos de super razas que se vendían en Alemania”.

Cine libertario (poco) encubierto

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Es imposible no asociar este tipo de comentarios a la figura de Milius, cuya ‘Amanecer rojo’ ya decía por sí sola todo lo que uno pueda sospechar de su ideología. Pero lo cierto es que el tono excesivamente testosterónico es intencional, caricaturesco incluso, y si hay algo que define a Conan es su virilidad masculina llevada al extremo a modo, bueno, de fantasía. Incluso algunos críticos afeaban a la película que no capturaba del todo la brutalidad de las viñetas, con un Conan más reflexivo, incluso metafísico.

El individualismo del bárbaro, empero, estaba en la línea de la mentalidad de la era Reagan, como casi todo el cine de acción americano de los 80, por otra parte, y hay quien ve los aspectos "comunistas" del modo de vida del villano Thulsa Doom, aunque es mucho más fácil ver la analogía con líderes religiosos extremos y de sectas que de aquella estaban recientes, como Jim Jones, lo que no evita la visión darwinista, anarco-libertaria del director Milius o la sexualización de hombres y mujeres, una glorificación del cuerpo como poder y poca compasión con los no aptos.

Cult

No por casualidad el Milius abre su película con una cita de Nietzsche "Lo que no nos mata nos hace más fuertes", una filosofía que parece compartir como personajes como Tyler Durden, solo que su fantasía de poder iba dirigida a personas de ideas afines. Sin embargo, 40 años después, la exageración de los planteamientos de la película entran en el terreno de la sátira, con lo que la violencia y sexo hiperestilizados se convierte en una ópera impostada, casi como la lucha libre profesional o el propio cómic en el que se basa, hay un sentido del humor implícito en frases como:

“Nunca entenderé esta cosa llamada civilización, en mi tierra natal cada uno se sienta en silencio y bebe su copa solo”

El subestimado legado de Conan

En su día los críticos no apreciaron ‘Conan, el bárbaro’, tratándola como una serie B cualquiera se consideró un fracaso pero ganó casi 70 millones de dólares, más que la mayoría de sus primas de espada y brujería, y por ello no tardó en conocer una secuela bajo el nombre ‘Conan el destructor’ (Conan the Destroyer, 1984) tan solo unos meses de su icónico papel como Terminator, y aún en 1985, se volvió a asociar con el director Richard Fleischer, para hacer de personaje secundario en ‘El guerrero Rojo' (Red Sonja) la heroína de Brigitte Nielsen de un universo bárbaro compartido al que sin embargo no pudieron bautizar como "Conan".

Con ‘El señor de las bestias’ (The Beastmaster, 1982) estrenándose al mismo tiempo, se certificó el auge de las películas de espadas y brujería posteriores, la mayoría de ellas basándose claramente en la estética de Conan, que había evitado el aspecto grecorromano u oriental medio típico en el género. Así, los años siguientes vieron el lanzamiento de películas de fantasía como ‘Cromwell’, ‘El último guerrero’, ‘Legend’, ‘El guerrero y la hechicera’, ‘Lady Halcón’, ‘Krull’, ‘Tygra’, ‘Masters del Universo’, Willow’ y por supuesto ‘Los bárbaros’ y otras exploitations italianas que dudosamente se habrían hecho sin el éxito de Millius. Incluso 'El hombre del norte' está llena de referencias directas.

Rey

El cine de fantasía épica no tendría un reinicio creativo que le separara de lo conseguido por Millius hasta el lanzamiento de las adaptaciones de ‘El Señor de los Anillos’ de Peter Jackson casi dos décadas después, y posteriormente ‘Juego de Tronos’, e incluso estas tienen buena parte de influencia de esa etapa anterior. El remake de 2011 con Jason Momoa no era tan malo como lo pintaron, pero parecía más uno de esos tebeos de la línea a color más juvenil que la revista en blanco y negro, y con la reciente tendencia de secuelas tardías actual, aún habría tiempo para hacer el anhelado ‘Conan Rey’ con Schwarzenegger haciendo la etapa crepuscular del bárbaro a la manera de un ‘Logan’. Que la dirijan sus mayores herederos, Panos Cosmatos o Neil Marshall

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