'Elemental' es la demostración de que Pixar sigue siendo la mejor en lo que hace pero ya es incapaz de revolucionar la animación como antaño

'Elemental' es la demostración de que Pixar sigue siendo la mejor en lo que hace pero ya es incapaz de revolucionar la animación como antaño

Su mayor enemigo es que Spiderman y El gato con botas se han estrenado también este año

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Elemental

Puede que algunos no lo crean, pero durante años Pixar fue sinónimo de calidad. Y de hecho, desde 'Toy Story' hasta 'Toy Story 3' su trayectoria (más allá de 'Cars') es intachable: clásico tras clásico, maravilla tras maravilla. Sin embargo, a partir del estreno de 'Cars 2' en 2011 supuso el inicio de una desconexión con el público que, aunque sigue dando maravillas de tanto en cuando ('Inside Out', 'Soul', 'Luca') dista mucho de tener la infalibilidad de antaño. Y con 'Elemental' muchos juzgaron solo viendo el póster que estábamos ante un más de lo mismo mascadito. Y sí. Pero definitivamente, no.

Elemental, querido Pixar

Es cierto que el estudio ha explotado en demasiadas ocasiones, hasta caer en el meme, la base "¿Y si algo que no debería tener sentimientos tuviera sentimientos?": juguetes, coches, robots, insectos y hasta los sentimientos en sí mismos. Y, aun siendo conscientes de que pueden caer en la burla por la repetición constante, esta vez se han lanzado a personificar los elementos naturales. El resultado podría haber sido terrible y derivativo, pero, sin embargo, hay algo más profundo que consigue elevarla más allá de la tabla baja de Pixar.

'Elemental' es, si no queréis rascar más allá, un 'Romeo y Julieta' pasado por la batidora de las comedias románticas noventeras y el humor blanco marca de la casa (con un sorprendente chiste sexual que es imposible que no pille de improviso al espectador adulto). Y ya de por sí funciona a las mil maravillas. Sí, deja el regusto a algo que ya hemos visto antes, pero no por ello es despreciable: la química entre Candela y Nilo es estupenda y el conflicto, aunque se resuelva de manera algo aparatosa, les hace crecer a lo largo del metraje hasta llegar a un final conmovedor.

Elemental

Pero, por suerte, es mucho más que la relación de amor entre dos personajes a priori antagónicos. Una vez más (y creo que mejor que nunca) el estudio se adentra en el amor tóxico paterno-filial: el conflicto no viene de un gran villano, sino de las propias expectativas familiares, la vergüenza de destruir las esperanzas de un padre, el dolor por no sentirse válido y, en última instancia, el respeto ganado, necesario y sanador de tu propia familia. Si te toca de cerca, vete al cine con un paquete de pañuelos por si acaso. Yo salí con los ojos empapados, ¡el que avisa no es traidor!

La película se plantea hasta qué punto tenemos que renunciar a nuestro futuro a cambio de no dañar a los que amamos, y el público más adulto probablemente encuentre ecos de su propia vida en el dilema que acarrea Candela. Una de estas dobles lecturas generacionales a las que Pixar nos tiene acostumbrados y que damos por hecho que son sencillas de hacer, pero quizá no deberíamos.

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¡Paso, que voy ardiendo!

De un tiempo a esta parte, el estudio está abriendo sus puertas a directores y cineastas de diferentes orígenes para que cuenten sus historias, y no desperdician su oportunidad. En este caso, Peter Sohn, americano de segunda generación con ascendencia coreana, cuenta aquí la importancia de mantener vivas tus tradiciones sin dejar de ser quien eres, buscar tu propio camino en un mundo hostil (aunque la metáfora del racismo les sale regular) y el dolor de no estar a la altura de quienes lo dejaron todo por ti.

Pero que los árboles no oculten el bosque: sobre todo, 'Elemental' es muy divertida, aunque quizá acierte más en el planteamiento del mundo, mostrando algunas ideas geniales en los primeros planos generales de la cinta, que en los chistes concretos. La película no puede evitar caer en humor facilón del estilo "Estás muy caliente", pero a su favor hay que decir que, contra lo que yo mismo pensaba antes de entrar, no acaba agotando al espectador con continuos codazos de supuesto cachondeo.

No todo es positivo en la cinta, que pese a su espectacularidad en el tramo final y su belleza en las escenas románticas cae en más lugares comunes de lo que le gustaría. Las uniones entre las tramas a veces son demasiado abruptas y hay un deus ex machina que rompe nuestra suspensión de la incredulidad, pero es fácil perdonarlo y pasarlo por alto viendo el esfuerzo que todo el equipo se ha tomado en hacer una más de Pixar que, al mismo tiempo, no parezca una más de Pixar bajo ningún concepto.

Hay un elemento atmosférico en mí

'Elemental' evoluciona en la animación clásica del estudio mostrando una cara más cartoon que nunca, con caras repletas de muecas y posiciones extrañas que exploran los límites de la animación al estilo Pixar. Y es que ese es su gran problema: esa manera de hacer animacion que tantos quisieron imitar (incluyendo la propia Disney) durante dos décadas... se ha quedado obsoleta. Para una generación Z acostumbrada a estímulos constantes, colores vivos y ráfagas cortas, el estilo más pausado del estudio ya huele a rancio.

Películas como 'Spiderman: cruzando el multiverso' o 'El gato con botas: el último deseo' son los mayores enemigos de 'Elemental': el público ha dejado de ver la animación como un lugar en el que solo cabe un modo de hacer las cosas, y está dispuesto a explorar las innovaciones, a estirar las posibilidades del medio, el estilo, la ruptura con lo establecido. 'Elemental' es una película muy sólida que en su propio nacimiento ya juega con una desventaja injusta.

Sé que cuesta creer que, después de unas cuantas decepciones, el estudio haya sido capaz de demostrar que quien tuvo retuvo. Y sin embargo, 'Elemental' es una película para toda la familia como solo ellos saben hacerla: con capas bien diferenciadas para todas las edades y un toque de madurez, nostalgia y dolor que solo captarán los mayores. Pixar ha evolucionado para volver a la casilla de salida y, sin cambiar las reglas de su propio juego, demostrar que sigue siendo la mejor en lo que hace... aunque al público ya no le interese tanto.

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