'Shinobi', ninjas enamorados y aburridos

'Shinobi', ninjas enamorados y aburridos
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'Tigre y Dragón' puso de moda las películas asiáticas de luchadores saltarines que saltando saltando, van pegando a diestro y siniestro a todo el que se le ponga por delante. Y aunque ya se realizaban con anterioridad fue a raiz del film de Ang Lee cuando nos vino una verdadera explosión de títulos de similares características, algunos que lograron traspasar las fronteras de su país, y otros muchos que se han quedado dentro aunque luego nos han llegado en formato dvd. 'Shinobi' se estrenó la semana pasada en nuestro país y no en todas las ciudades del territorio nacional. Viéndola uno entiende el porqué. Y es que hay películas que merecerían dormir el sueño de los justos para siempre y no ser estrenadas ni editadas en dvd. Claro que si eso no sucede ¿cómo podemos enterarnos de que son malas? Siempre nos quedaría la duda en caso de no haberlas visto. He visto 'Shinobi' y puedo decir que es una completa pérdida de tiempo. ¿Me lo esperaba? No ¿me he sorprendido? Tampoco.

En una era en la que los ninjas andaban por la Tierra a su antojo, dos clanes se enfrentarán a muerte porque sí, que es la mejor razón que existe para enfrentarse a muerte con alguien. Para ello ambos lados elegirán dos reducidos grupos de expertos guerreros para que se enfrenten y sean ellos los que decidan el resultado de la lucha. El problema del asunto es que los líderes de ambos grupos son una especie de Romeo y Julieta, ambos muy loquitos el uno por el otro. Eso evidentemente repercutirá de forma drástica en el devenir de los acontecimientos, ya que ambos amantes no ven lógica la lucha y sin embargo tiene que enfrentarse. Dios, qué bonito. La película es de una cutrez pasmosa, pero no técnica, sino más bien temática. La premisa argumental es más bien mínima y en ningún momento se desarrolla lo suficiente cómo para que quede una historia interesante. Por otro lado su tratamiento es totalmente erróneo, ya que quieren hacernos creer que la película no le da importancia a las escenas espectaculares intentado que prime lo intimista. Lo malo del tema es que la escenas espectaculares son lo mejor de la película, y para eso no todas, y lo íntimo está resuelto muy chabacanamente no resultando creíble en ningún momento, ya que la historia de amor se desinfla por todos lados al estar metida a calzador y mal explicada. Luego tratan durante toda la proyección de resultar naturales y hacernos ver que esos dos están enamorados el uno del otro. Para ello emplean largas secuencias que parece puras postales que influyen negativamente en el ritmo de la película haciendo que ésta sea aburridísima.

Lo mejor de las escenas de acción es ir descubriendo las habilidades de cada guerrero, que dicho sea de paso me recordó a los X-Men, pero ahí se acaba todo. De hecho algunas de las secuencias son confusas y uno no se entera de mucho. Además no da tiempo a conocer un poco a los personajes ya que nos los van quitando de en medio a la velocidad del rayo. Los efectos visuales son más o menos aceptables, pero no logran enganchar o fascinar como lo logran los films de Zhang Yimou, por ejemplo. Aparte de las dichosas incongruencias argumentales, ya que si muchos de estos tíos pueden casi volar y avanzar rápidamente, ¿para qué coño cogen un caballo con el que van más lentos? Y encima nos montan una escenita de persecución equina. ¡Qué vayan dando supersaltos, hombre!

Los actores se pasean todos por el film con caras herméticas, sin excepción. Jô Odagiri es bastante inexpresivo y su interpretación no tiene la fuerza que requiere. Yukie Nakama es muy guapa pero como actriz aquí deja bastante que desear. El caso es que los actores parecen todos como desganados, como si no confiaran en lo que están haciendo, y no me extraña, porque meterse en semejante producción debió de ser desesperante.

Una película muy mala que además tiene un tufillo a película de segunda categoría en todos los aspectos. No digo serie B para no insultar un tipo de cine que me ha dejado muy buenos sabores de boca en las producciones fantásticas. Ten Shimoyama se ha lucido creando un film para el rápido olvido. Habrá que esperar otras opciones en este tipo de cine y que deseo no tarden en llegar.

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