'Tetris': Apple TV+ convierte la historia del juego en un thriller con todos los aciertos y flaquezas de la absurda nueva moda del cine sobre marcas

'Tetris': Apple TV+ convierte la historia del juego en un thriller con todos los aciertos y flaquezas de la absurda nueva moda del cine sobre marcas

Con 'Air' llegando al cine, las películas sobre marcas comerciales son tendencia en 2023

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Tetris

Tetris’ se ha estrenado en Apple TV+, una película basada en una historia real sobre el popular y muy adictivo videojuego ruso de la década de 1980, que cuenta con Taron Egerton como el vendedor de la vida real Henk Rogers para narrar su asociación con el creador del invento Alexey Pajitnov y cómo consiguieron licenciarlo en el extranjero mientras tenía lugar la caída de la URSS, casi narrado con una intriga internacional parecida a ‘Argo’ que este largometraje parece copiar especialmente durante una crucial secuencia del tercer acto.

Curioso, porque coincide en el tiempo con el estreno de la nueva película de Ben Affleck, que también cuenta una historia comercial de los 80 sobre cómo se crearon las zapatillas Air Jordan, y en la que, además de una perspectiva americanista, que parece rescatar la celebración del dinero de la etapa yuppie de la era Reagan, hay un núcleo dramático central consistente en ofertas, contraofertas y una subasta en donde los otros candidatos son malos y muy malos. Ambas películas parecen ser la consecuencia de todo un momento del cine americano que ha ido llevando a esto.

El cine capitalista no se destruye, solo se transforma

Desde ‘La red social’ (The Social Network, 2010), en la que la historia de Facebook encerraba un relato de traición, en la última década han sido comunes las historias de ficción de americanos mediocres dispuestos a cualquier cosa cambio del éxito. Un pacto mefistotélico tratado con un hálito de hazaña personal que incluye a personajes como el de ‘Nightcrawler’ (2015), en la que el éxito iba unido a la falta de escrúpulos, lo que luego ha derivado en miradas transversales a los culpables de la crisis con ‘El lobo de Wall Street’ (The Wolf of Wall Street, 2013), la actualización del concepto en tiempos de un neoliberalismo atroz.

La nueva mafia está en los despachos, juega con billetes y se aprovecha de la confianza del que está al lado y a la de Scorsese le siguieron ‘Gold: la gran estafa’ (Gold, 2016) ‘Barry Seal: el traficante’ y ‘El fundador’ (The Founder, 2016), que directamente eliminaba el acto de decadencia para romper la moralina de la fábula llevando el proceso a un producto conocido y presente. Puede que en la película con Michael Keaton estuviera el germen de la extraña moda de celebración de marcas y productos recientes que viene en tromba con proyectos como 'Pinball', 'Blackberry' y 'Air', una tendencia a mitificar las licencias comerciales que nos habla de una historia reciente.

Founder
El Fundador

Puede que sea otra expresión distinta de la misma ola de cine neoliberal, en la que parece que lo más interesante son los entresijos y negociaciones más que "la maravillosa historia jamás contada” de los productos. Por una parte se rescata el interés de la gente en el cine comercial con nostalgia y mitomanía de objetos de venta, como si la historia se hubiera parado y ahora lo que realmente interesara a la humanidad son las historias de éxito de emprendedores pasados que se hicieron ricos. El mejor ejemplo es la divertida y ocurrente ‘Air’, que funciona como un gran vídeo de marketing corporativo capitalista hasta el tuétano. Just be rich.

Un "thriller político de los 70" sin mucha tensión

Todas estas películas llevan la clásica estructura de romper moldes a un logro empresarial que sería una anécdota si no estuviera ligado a un logo conocido. El resultado es cine para motivar a estudiantes de ADE, y en cuyas cartelas finales te cuentan todo el dineral que ganaron los implicados. Lo gracioso es que la propia ‘Air’ trata de romantizar ese gran secreto que te está explicando, mientras revela que todas las figuras lo son por el gran aparato económico que hay detrás, relatando el decálogo ideológico de Nike para volverte a contar cómo solo triunfan los que apuestan y se la juegan.

Aunque la historia detrás de ‘Tetris’ es mucho más interesante, no deja de ser una expresión del mismo cine anecdótico, pero la personalidad del juego permite aplicar muchos colores llamativos y jugar con el estilo de ocho bits, con momentos animados que se rebozan en una nostalgia no muy diferente a la de la vilipendiada ‘Pixels’ (2015), que venía a hacer lo mismo con videojuegos primigenios como pac-man o Space Invaders. Pero bajo la capa de color y música sintética (genial uso de la banda sonora de Lorne Balfe y Guadalupe Barbara) hay una historia poco habitual.

Tetris2

Los esfuerzos de riesgo para asegurar los derechos de licencia del videojuego a finales de los años 80 en Moscú dan la apariencia de un thriller de espionaje que avanza a través de tensión política creciente. Sin embargo, las comparaciones con un thriller de la guerra fría son un tanto frívolas, sobre todo cuando comprobamos cómo se ignoró una película que realmente cuenta una historia muy similar como ‘El espía inglés’ (2020), en la que la tensión sí es irrespirable y el resultado no es cercano a la comedia. Y es que el aspecto dramático de ‘Tetris’ no es muy creíble.

Bajo los colorines, muchos lugares comunes

Aquí en el fondo tenemos la misma lucha por sacar provecho de personajes, a los que la película llama convenientemente jugadores, compitiendo por un lucrativo premio. Bajo la fachada de mostrar la opresión del comunismo y la corrupción de su sistema, tan solo vemos una carrera de ratas por ganar la licencia de un juego que será un generador de dinero garantizado mientras el enfoque estilizado se vuelve más y más redundante. Taron Egerton retrata a Henk como el típico americano impetuoso e inquebrantable pero al menos, a diferencia del de ‘Air’, este se juega algo personal.

Henk arriesga el futuro financiero de su familia por un error de cálculo con otros culpables, pero hay consecuencias. Sin embargo, la película cae en los clichés más sobados, con una esposa sufridora y la inconcebible escena del padre que no llega a la función de colegio de su hija. ¿En serio está permitido usar la carta del asiento vacío en la obra de teatro de la niña en 2023? Es solo un signo más del batiburrillo sin hilar de elementos políticos, personales y narrativos con los que juega la película, que se rompe del todo en su parte final.

Tetris Serie Fecha 1

Pensado fríamente, el papel del creador del juego no tiene ningún sentido en la trama más allá de aparecer y el derrape de bofetones entre ejecutivos del final cambia a un tono infantiloide que muestra un posible enfoque de comedia con el que seguramente hubiera funcionado mejor desde el principio. ‘Tetris’ es una anécdota estirada que no hace daño, pero aparece en un momento en el que el absurdo de la celebración corporativa ha llegado en tromba, ahora habrá que esperar para las historias del inventor de la plancha, o el creador de los chupa-chups.

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