Después de mucha controversia, el gobierno chino ha decidido finalmente no permitir la exhibición Memoirs of a Geisha en las salas de cine del país, para evitar exacerbar el sentimiento antijaponés de la población.
¿Y qué tiene de antijaponés la película de Rob Marshall? Nada. Sólo que dos de tres actrices que interpretan roles de geishas son chinas, no japonesas (Ziyi Zhang y Gong Li), mientras que la tercera (Michelle Yeoh) es malaya de nacimiento, pero se ha hecho famosa interpretando roles de personajes chinos.
Los funcionarios chinos expresaron su preocupación de que el público reaccionara negativamente ante una película en la que las tres actrices más importante de China interpretan geishas japonesas, a quienes muchos chinos consideran prostitutas.
Lo anterior, según el New York Times, diario que también señala lo paradójico de que esto ocurra en un país que, a pesar de su fuerte sentimiento antijaponés —consecuencia de la invasión japonesa de la década de los 30 y 40 y de la cruel guerra entre ambos países—, recibe con los brazos abiertos la inversión nipona y compra con entusiasmo sus productos.
Además, a diferencia de los ejecutivos de Sony, los espectadores chinos no tienen por qué preocuparse: la película circula libremente en copias piratas y de internet se pueden descargar versiones con subtítulos en diversos dialectos chinos.
