Iluminados por el Fuego y por el Goya

Iluminados por el Fuego y por el Goya
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Normalmente el cine argentino es de mi agrado. El sólo hecho de que algunas películas provengan de Argentina, ya es suficiente motivo para que yo las vea. Me considero un admirador de Marcelo Pyñeiro, aunque tenga meteduras de pata como 'Kamchatka'; y películas como 'El Hijo de la Novia' son un disfrute para los sentidos (film en el que incluso está bien Natalia Verbeke, que eso ya es un logro superior). Pero bueno, eso no significa que todo lo que venga de allítenga que ser bueno, aunque sí es cierto que en nuestro país el cine argentino goza de gran popularidad. 'Iluminados por el uego' es buena prueba de ello, pues acaba de alzarse con el Goya a la mejor película de habla hispana. Pero no se equivoquen. Que haya recibido ese premio no quiere decir que estemos ante una gran película. Más bien todo lo contrario.

Un periodista recibe la noticia de que un amigo suyo ha intentado suicidarse. De visita en el hospital, recordará como le conoció, mientras luchaban contra Inglaterra, en el conflicto de las Islas Malvinas, acaecido en 1982.

Estamos ante una película que sigue dos caminos bien diferenciados. Por un lado, el enfrentamiento bélico en sí, y por otro, las consecuncias psicológicas de dicha experiencia. Ambos caminos se van alternando a lo largo de la película de una forma más bien torpe, y bastante aburrida, haciendo los cambios de tiempo en los momentos menos adecuados. De esta manera, el ritmo del film, que dura poco más de hora y media, se hace bastante cansino para el espectador. Uno nunca llega a conectar con los personajes en ningún momento, sobre todo con el principal, a quien interpreta Gastón Pauls, el conocido actor de 'Nueve Reinas', al que se le ve un poco perdido, debido a lo mal definido que está su personaje, del cual nunca llegas a entender demasiado bien sus reacciones, y sus pensamientos.

Luego, en las partes en las que la película pretende ser un film bélico, es imposible no acordarse de esa obra maestra titulada 'Salvar al Soldado Ryan', de la que parece haber quitado un montón de escenas, en lo que se refiere al realismo, claro. Sin embargo, el director del film, Tristán Bauer, no es Spielberg, y filma dichas escenas con la mayor torpeza jamás vista en una pantalla, hasta tal punto de que uno no se entera de lo que pasa en ningún momento, debido a lo mal montada que está. Alguno dirá que es para reflejar la confusión de la guerra.

Al final, uno se queda con la sensación de que no le han contado absolutamente nada. Y es que el guión es estrepitosamente malo de narices, nunca terminando nada de lo que propone, y provocando simplemente desinterés. Después de verla también surge una pregunta: ¿si esta película ganó el Goya a la mejor película de habla hispana, cómo será la peor? Dios mío, qué miedo.

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