11 razones para ver 'Crazy ex-girlfriend', en las canciones más ingeniosas de la televisión

11 razones para ver 'Crazy ex-girlfriend', en las canciones más ingeniosas de la televisión

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11 razones para ver 'Crazy ex-girlfriend', en las canciones más ingeniosas de la televisión

Entre las nuevas series que Netflix España añadió a su catálogo en diciembre, se incluía una que suele pasar bastante desapercibida (para infortunio de su cadena, The CW, fue la serie menos vista de 2016), 'Crazy ex-girlfriend'. Esta comedia romántica musical es una de las propuestas más originales en la televisión estadounidense. Co-creada por Rachel Bloom y Aline Brosh McKenna, utiliza y subvierte las convenciones de ese género y está repleta de las canciones más pegadizas, divertidas e irreverentes del momento.

Su sinopsis es sencilla: Rebecca Bunch deja un buen trabajo como abogada en Nueva York, que sin embargo la hace muy infeliz, por seguir a California a Josh Chan, un chico del que estuvo enamorada en un campamento de verano cuando era adolescente. Todas las estratagemas de Rebecca para acercarse a Josh, más sus problemas y anhelos (y los del resto de personajes a su alrededor), se expresan a través de números musicales llenos de chistes y referencias.

'Crazy ex-girlfriend' tiene la mala suerte de que su género y su cadena son importantes obstáculos para que más espectadores le den una oportunidad (a pesar de sus buenas críticas), así que vamos a ofrecer 11 razones para ver la serie, ejemplificadas a través de lo mejor que tiene: sus canciones, compuestas todas por la propia Rachel Bloom, Adam Schlesinger (de Fountains of Wayne) y Jack Dolgen.

'Crazy ex-girlfriend'-'Just a girl in love'

'Crazy ex-girlfriend' tiene un Globo de Oro a la mejor actriz de comedia, para Rachel Bloom, y estuvo nominada en los pasados Emmy a mejor canción por su sintonía de la primera temporada, un resumen perfecto del punto de partida de la serie que, además, muestra su toque más posmoderno, como si dijéramos, con los constantes comentarios de Rebecca de que el término "ex novia loca" es sexista.

Para la segunda temporada, los títulos de crédito cambiaron de canción, acorde con la nueva situación vital de Rebecca. Sin olvidar las puyas ("sólo soy una chica enamorada, no puedes pedirme responsabilidades por mis acciones"), el tema es más alegre, en la línea de los musicales de los años 30. Porque el teatro musical, y los grandes éxitos pop, son las dos grandes inspiraciones para las canciones de la serie.

'The sexy getting ready song'

Esta canción del primer capítulo fue la que empezó a llamar la atención de los críticos. Parodia todo el ritual de preparación de una mujer para ir a una cita utilizando los vídeos musicales sexy de las divas del pop. La gracia aquí es que nada de lo que vemos es sexy, sino una tortura, lo que encaja en el comentario constante de la serie sobre la presión social sobre las mujeres para que tengan determinada apariencia y se comporten de una manera concreta.

'Settle for me'

Greg (Santino Fontana) es el otro interés amoroso de Rebecca en 'Crazy ex-girlfriend', un amigo de Josh con una autoestima muy baja, disfrazada de un exterior cínico. Casi desde el principio se siente atraído por ella, y le pide que baje sus estándares por él, pero lo hace en un número musical sacado directamente de Irving Berlin y 'Sombrero de copa', con Fred Astaire y Ginger Rogers. El contraste entre esos musicales de Hollywood de los años 30 y el escaso amor propio de Greg expresado en la letra funciona a la perfección.

'His status is preferred'

La mejor amiga de Rebecca en West Covina, California, es Paula (Donna Lynne Champlin), asistente legal del bufete donde trabaja, que escapa de su aburrida vida a través de las fantasías de Rebecca para conseguir a Josh. En este tema jazz, Paula se deja llevar por la atracción hacia el glamouroso estilo de vida de un cliente, que no hace colas en los aeropuertos y tiene dos televisiones en su habitación de hotel. Paula es la mejor amiga de la protagonista de rigor en una comedia romántica, pero escapa de ese cliché a base de puro carisma.

'I give good parent'

Si Rebecca presume de que siempre le cae bien a los padres de todos sus novios, lo más apropiado es que lo haga en esas típicas canciones de hip-hop en las que el autor afirma constantemente que es mejor que todos sus rivales en el negocio. La inspiración aquí, reconocida por la propia Bloom, es Nicki Minaj, y como en casi todos los números de la serie, hay una versión explícita (que es la de arriba) y otra apta para su emisión en The CW. En cuanto a números de rap, hay que destacar también 'JAP Rap', influido por las batallas rap del musical 'Hamilton'.

'Heavy boobs'

'Crazy ex-girlfriend' desmitifica muchas de las preconcepciones masculinas sobre el cuerpo de la mujer, como que un pecho generoso sea lo más sexy del mundo. Rachel Bloom se desquita aquí encontrando maneras cada vez más divertidas y horribles para eliminar cualquier componente sexy, desde afirmar cada una de sus tetas pesa como la cabeza de un bebé o que puede guardar en su escote un ejemplar de 'Las mil y una noches'. ¿La inspiración para el estilo musical? 'Diva', de Beyoncé.

'Getting bi'

Darryl Whitefeather (Pete Gardner) es el jefe de Rebecca, un tipo de mediana edad, divorciado y con una hija preadolescente, que descubre que es bisexual y lo confiesa en una canción que parece sacada de un viejo disco de Huey Lewis and The News. La combinación del toque ochentero del tema, del entusiasmo de Darryl y de la indiferencia de sus compañeros de su trabajo, horrorizados de que les esté hablando de su vida sexual, logra uno de los mejores gags de la primera temporara, sobre todo porque, al mismo tiempo, es completamente sincero.

'The villain in my own story'

En el estilo de las canciones de Úrsula, la villana de 'La sirenita', encontramos el número, probablemente, más autoconsciente de toda la primera temporada. Rebecca se da cuenta de que, para Josh y su novia Valencia, ella puede ser la villana, y no la heroína de su propia historia, como creía, y lo hace mientras comenta sobre lo siniestra que suena la canción y otras metarreferencias. Y muchas alusiones a películas de Disney, por supuesto, especialmente 'Aladdin'.

'Sexy french depression'

Entre los clichés de las películas románticas que parodia y subvierte la serie figura el de la chica que siempre está triste, y el aura de atracción que eso le confiere. A través de una canción francesa que expresa lo deprimida que se siente Rebecca, Bloom, Schlesinger y compañía critican esa idea romántica del cine de la tristeza, y lo hacen con versos como "mi cama huele como un tampón".

'Love kernels'

De la segunda temporada no vamos a incluir muchas canciones, pero ésta, que sonaba en su primer capítulo, es una de las destilaciones más claras de todo lo que hace bien 'Crazy ex-girlfriend'. Parodia los sobreproducidos vídeos musicales de estrellas como, por ejemplo, Rihanna y cuela una letra sobre cómo Rebecca se agarra a cualquier cosa que diga Josh, buscando un subtexto escondido que, en realidad, quiera decir que la adora. Sigue apuntando que ella todavía no ha avanzado en su vida.

'Friendtopia'

Las Spice Girls son el objetivo de esta canción en la que Rebecca, Valencia (Gabrielle Ruiz) y Heather (Vella Lovell) celebran su amistad, pero lo hacen pasándose un poco de la raya y afirmando que van a crear una distopía alrededor de su amistad. Es una inteligente manera de mostrar que, tal vez, están fiando demasiadas cosas a dicha amistad. Y, además, es una vuelta de tuerca a las series de televisión centradas alrededor de un grupo de amigas que comparten todos los detalles de sus vidas.

Bonus: 'West Covina'

La primera canción que se escuchó en el piloto encapsula a la perfección cómo es Rebecca y como va a ser la serie, con su estado de negación de por qué se ha ido de Nueva York y el contraste entre una melodía pura de apertura de musical de Broadway y entornos que parecen sacados de una 'Los Soprano' más soleada. No tiene ningún sentido del ridículo y va a utilizar la vieja máxima de los musicales de que los personajes empiezan a cantar cuando sus emociones son tan intensas, que hablar no es suficiente, para subvertir todas las convenciones posibles sobre las comedias románticas, sobre las relaciones amorosas y sobre el papel que la sociedad espera que cumplan las mujeres.

Y luego no podréis sacaros de la cabeza ese "West Covinaaaaa, Californiaaaaa".

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