El error monumental de Netflix con los nuevos precios para las cuentas compartidas: por qué la plataforma se ha pegado un tiro en el pie con su cambio de estrategia

El error monumental de Netflix con los nuevos precios para las cuentas compartidas: por qué la plataforma se ha pegado un tiro en el pie con su cambio de estrategia

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Netflix

No hace tanto que Netflix incluso incitaba a sus usuarios a compartir cuenta para así poder permitirse una suscripción a la plataforma, pero esos tiempos quedaron definitivamente atrás con el anuncio de su nueva política. De hecho, incluso echan la culpa a esa práctica de no poder hacer mejor contenido, ya que "hay más de 100 millones de hogares que comparten sus cuentas, lo que reduce nuestra capacidad de invertir en la creación de grandes historias, contadas con series y películas de la máxima calidad".

Como era de esperar, este cambio por parte de la compañía ha desatado la ira en redes sociales, quedando por el momento la duda de cuántos se limitarán a quejarse y cuántos se darán realmente de baja. Seguro que Netflix ha realizado más de un estudio para concluir que les compensaba hacer algo así, pero una cosa es la teoría y otra la práctica. Yo tengo bastante claro que la plataforma se ha pegado un tiro en el pie con esta nueva estrategia.

Un movimiento muy arriesgado

Netflix Adios

Por un lado, centrémonos única y exclusivamente en el gran cambio: la posibilidad de añadir subcuentas con un coste adicional. El primer detalle incomprensible es el agravio comparativo con Portugal. Allí las subcuentas costarán 3,99 euros cada una frente a los 5,99 euros de España, una diferencia injustificable desde cualquier punto de vista, ya que el plan básico cuesta lo mismo en ambos países, mientras que el estándar se va a los 12,99 euros en España frente a los 11,99 de Portugal, con la diferencia siendo de 17,99 frente a 15,99 en el Premium.

Soy consciente de que eso no es algo de lo que se haya quejado tanto la gente, ya que ahora mismo la mayoría está en la fase de la ira, centrándose únicamente en lo que consideran una injusticia completa y arremetiendo de forma frontal contra Netflix por ello. Será luego cuando se enteren de eso y quizá vuelvan a enfadarse o simplemente sea la gota que colma el vaso para aquellos que habían decidido continuar a regañadientes con sus suscripción.

Claro que algunos dirán que ahora se pasan a Torrent o soluciones similares, otros dirán que hay otras plataformas y que lo que les ofrece Netflix ya no les compensa. La conclusión acaba siendo siempre la misma: una pérdida masiva de suscriptores. Y encima echándoles la culpa de no poder mejorar en un momento en el que la imagen de la plataforma no pasaba precisamente por su mejor momento, en buena medida por la sobredosis de cancelaciones que han ido alienando a espectadores de todo tipo.

¿Tenía realmente otra salida Netflix para no quedarse estancada? Puede ser que no, ya que la competencia cada vez es más grande y vivimos en una sociedad que busca el crecimiento infinito aunque luego eso sea imposible en la mayoría de escenarios. El streaming es uno de ellos, ya que lo que se nos vendió como una revolución para tener acceso a todo lo que quisiéramos de forma inmediata a precio asequible poco a poco va demostrándose que es algo insostenible.

Desde Wall Street ya han empezado a exigir cambios a las plataformas de streaming con unos objetivos claros: ingresar más dinero y empezar a ser rentables de verdad. Ahí había que elegir entre potenciar una imagen amigable con el público o centrarse en la cuenta de resultados. Obviamente, lo segundo siempre fue una prioridad, pero ahora ha pasado a serlo de forma absolutamente descarada en el caso de Netflix.

Hay que cambiar otras cosas antes

Perfil Netflix

Además, desde Netflix parece que se han olvidado de que son la plataforma de streaming más cara con diferencia. Eso se debe a sus diferentes tipos de planes, una práctica que ha quedado obsoleta en los tiempos que corren. ¿Qué sentido tiene que sea la única que discrimina por calidad de imagen cuando eso no sucede en la competencia? Que si quieres ver su catálogo en 4K -al menos el que esté disponible- no te queda otra que pagar 17,99 euros. Y que haya planes que ni siquiera tienen disponible Full HD es un sinsentido a día de hoy.

Por ahí puede argumentarse que Netflix básicamente estaba obligando a muchos a tener que pagar más de la cuenta y que la solución de las cuentas compartidas era algo inevitable. ¡Si hasta ellos lo fomentaban! Pero la realidad ha cambiado y no vale adaptarse a ese cambio solamente con una subida de precios. ¿No quieres que la gente comparta cuenta? Vale, pero primero actualiza tu obsoleta política de precios. Un único plan (o dos, si tenemos en cuenta el de los anuncios, que ese va aparte) con un precio más ajustado. Y ahí lo de las subcuentas sí que tendría sentido. Algunos lo rechazarían igualmente, pero no se podría aducir que lo hacen únicamente para ganar más dinero.

Lo que nos queda ahora es que Netflix está en una situación similar a la de Blockbuster cuando rechazó comprar la plataforma de streaming para luego hundirse poco después. En el caso de Netflix no concibo un declive tan acelerado, pero sí que veo cada vez más probable que pierda el liderazgo en la guerra del streaming, y no tengo muy claro que pueda permitirse algo así.

A su favor juega que ninguna de sus principales competidoras está preparada aún para jugar en su misma liga -no hace falta más que acordarse de lo lejísimos que quedó 'El señor de los anillos: Los anillos de poder' de muchas series de Netflix cuando desde Amazon lo vendieron como un éxito sin precedentes para esa plataforma- y que es inevitable que alguna otra plataforma acabe cayendo o siendo absorbida a corto o medio plazo. Será entonces cuando veamos el verdadero músculo de las dominantes, pero tengo claro que los clientes cada vez tendremos que ir pagando más por el acceso a todas ellas. Algunas aguantarán e incluso seguirán creciendo, pero otras no tendrán la misma suerte. Que la cuenta bancaria de los usuarios sí que no es infinita.

Ahora no queda otra que esperar un poco para ver el efecto exacto de este cambio en lo referente a las cuentas compartidas, porque una cosa es el catastrofismo inicial y otra cómo será exactamente la ejecución del mismo. Si es muy restrictivo, más gente se enfadará y se irá, pero si es muy laxo, apenas servirá para nada. Está claro que es un paso con lógica desde el punto de vista empresarial, pero eso no quiere decir que sea acertado, que todos nos equivocamos, pero un error aquí puede acabar siendo calamitoso para Netflix. Y sus argumentos para que te quedes son, al menos por ahora, bastante flojos.

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