'The Holiday', pobres vacaciones

'The Holiday', pobres vacaciones
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Época prenavideña, las grandes productoras buscan una película destinada a toda la familia para que se mantenga entre las más vistas hasta Enero como mínimo. Género, evidentemente la comedia romántica, la cual viene dando cuantiosos beneficios desde tiempos inmemoriables. Cójase un director, en este caso directora, que tenga cierta experiencia en hacer taquillazos, sobre todo que hayan sido recientes. Cójanse a cuatro actores conocidos que gocen de la simpatía del público, y a ser posible que incluyan a distintos sectores de ese público. Y desarróllese una historia de lo más simple a partir de la situación de siempre: una pareja rompe y uno de ellos decide irse cuanto más lejos mejor para buscar la paz. Por obra y gracia del iluminado guionista encontrará de nuevo el amor, o mejo dicho, como nunca antes lo había encontrado. O sea, realmente amará por primera vez, por lo tanto todo lo sufrido hasta ese momento es una tontería. Agítese bien agitado, espárzase a diestro y siniestro, y hala, a degustarlo con el mejor humor posible. Si se quiere, claro.

'The Holiday' cuenta la historia de una montadora de trailers de Hollywood que descubre que su novio la ha engañado. Como mandan los cánones en estas películas, lo mandará a tomar viento, y ella para superar una depresión de caballo decide hacer un intercambio de vida con una chica de Londres, la cual está deprimida porque el amor de su vida va a casarse y no precisamente con ella. Ambas mujeres lo intercambiarán todo durante dos semanas, casa, coche, perro, etc. Pero hete aquí, que el cruel destino no va a ceder en su empeño de complicarles la vida a cada una de ellas. Cada una se encontrará con el hombre más increíblemente maravilloso sobre la faz de la Tierra, y claro, las dudas e inseguridades harán acto de presencia.

Nancy Meyers reúne todos los tópicos de las comedias románticas en una misma película sin dejarse absolutamente nada en el tintero, incluídos algunos gags, por así decirlo, de sus anteriores películas. Además, alguno de los personajes parece sacado también de alguno de sus anteriores films, o incluso divide alguno de sus personajes en dos. Por ejemplo, los personajes de Cameron Diaz y Kate Winslet parecen dos bifurcaciones del de Diane Keaton en 'Cuando Menos te lo Esperas', la anterior horrorosa película de la directora, donde la veterana actriz era lo mejor de la misma. Incluso le da la vuelta a un supuesto chiste de esa película, la famosa secuencia en la que Keaton se ponía a llorar desconsoladamente es aprovechada aquí con el personaje de Cameron Diaz, aunque dándole la vuelta al asunto.

Como dice mi compañera Beatriz en su crítica de la película, no estamos ante una película espantosa de las que echas a correr después de verla, aunque tampoco estamos ante ninguna maravilla. Sin embargo, yo creo que esta película tiene más cosas de mal cine que de bueno. Para empezar, los puntos de partida son totalmente atropellados, y enseguida encuentran solución a sus supuestos problemas. Todo se alarga exageradamente, algo que Meyers tiende a hacer mucho en sus films. En este caso, la historia de Cameron Diaz está alargada inútilmente mucho más que lo que le ocurre a Kate Winslet, que aparte de estar mejor contado interesa más.

Los actores, y no todos, son una de esas cosas que pueden salvarse del film, ya que lo hacen con un mínimo de decencia, aunque lo cierto tampoco están como para dar saltos de alegría y que haya nominaciones para todos. Tampoco aspira a eso la película. Cameron Diaz a mí sigue sin convencerme ni lo más mínimo, esta tía sólo hace algo cuando hay una buena historia detrás, y aquí no la hay. Está totalmente histriónica como es costumbre en ella y sigue marcándose sus típicos bailecitos de lo más insoportable. Se la come con patatas fritas la, en ocasiones, maravillosa Kate Winslet, aunque lo de comérsela es un decir ya que ambas actrices no comparten escena hasta el final. Winslet está entregadísima en un papel que muy probablemente ha realizado con los ojos cerrados, y es que no ha debido costarle nada, o esa es la impresión que a mí me ha dado, después de haberla visto en papeles mucho más complicados. Jack Black está un poco más controlado que de costumbre, interpreta a un compositor de bandas sonoras bastante divertido y con una alta cultura cinematográfica. Atención a cierto chiste que hace en un videoclub y se produce el cameo divertidísimo de un actor enormemente famoso. Jude Law está un pelín perdido y aunque está convincente, por momentos da la sensación de que no está a gusto interpretando este tipo de papeles sin demasiada chicha. Sin duda los peores momentos del film los protagoniza él junto con Cameron Diaz en un par de escenas, una de esas escenas molestamente romanticonas donde ambos se miran con cara de imbéciles babeando el uno por el otro.

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Y con ellos una leyenda viviente, mister Eli Wallach que si nunca llegó a ser protagonista de muchas películas, fue uno de los eternos secundarios de un Hollywood ya desaparecido. Aquí intepreta a un viejo guionista de cine, cansado de las nuevas formas de hacer películas, y que le reomienda al personaje de Winslet el visionado de auténticas joyas de la comedia, como 'Luna Nueva' o 'Las Tres Noches de Eva', y no por casualidad, ya que estas dos películas tiene indirectamente una importancia vital en la resolución de los poblemas del personaje de Winslet. El aire de nostalgia que se desprende en los pocos momentos en los que Wallach sale en pantalla es también de lo mejor de la película. También aparecen en brevísimos papeles secundarios Edward Burns y Rufus Sewell, ambos interpretando a los cusantes de las respectivas depresiones de las protagonistas. Ambos actores salen lo justo y necesario como para no hacerlo mal.

Resaltar la banda sonora de Hans Zimmer, más inspirado que de costumbre, componiendo una melodía-homenaje a Ennio Morricone, concretamente a su 'Cinema Paradiso', cuyo tema central también se deja oir en cierto momento del film. Zimmer repite su primera frase para luego desarrollarla de otra manera, y aunque a algunos pueda parecerle un plagio, yo no lo creo tal, y sinceramente creo que es un punto a su favor. Otro homenaje más al cine.

Una floja película, cuyo visionado no molesta especialmente, pero desde luego no aporta absolutamente nada al género de la comedia romántica tan manida en los últimos años, y es que la previsibilidad más descarada y la falta de garra juegan claramente en su contra, por no hablar de su más que ingenua apoximación a ese tema tan universal llamado amor, aunque pretenda hacernos creer lo contrario.

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