'Death Proof', el genio y su universo

'Death Proof', el genio y su universo
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Quentin Tarantino suele invitar a Robert Rodriguez a su casa para ver un par de películas de serie B, en medio de las cuales suele tenerle preparados varios trailers. En una de esas particulares jornadas surgió la idea de 'Grindhouse', un programa doble como los que ya no se hacen, salvo en hogares de nostálgicos cinéfagos como Quentin. Rodriguez filmaría una de terror cercana al cine de Carpenter titulada 'Planet Terror' y Tarantino una de acción con coches y psicópata titulada 'Death Proof'. Por razones que prefiero olvidar, sólo en Estados Unidos se pagó una vez para ver las dos películas, con inesperado batacazo en taquilla y frío trato por parte de la crítica. Quizá en ese momento descubrieron, un poco tarde, porqué ya no había sesiones dobles. Así que montaron la jugada de mostrarnos lo que los norteamericanos verán en DVD: versiones extendidas. De forma que a nosotros nos tocará más adelante (al que aún le apetezca, claro) imitar a Quentin y sentarnos a ver las películas en el sofá de nuestra casita, a lo Grindhouse.

Destinando los fake trailers para la edición en DVD (salvo el de 'Machete', que sí se proyectó), y con el mencionado material extendido, en España se estrenó 'Planet Terror' el pasado de 3 agosto y 'Death Proof' poco después, el día 28. Bajo mi punto de vista, personal e intransferible, Terror fracasa donde Death triunfa; Rodriguez lo intenta pero se equivoca, y Tarantino demuestra, una vez más, que es un genio. Porque sólo un genio es capaz de obtener cine de cualquier material que se proponga, por muy limitado que éste sea, y sin perder, nunca, su particular estilo.

La historia de 'Death Proof' tenía que ser muy sencilla, por obligación, por autoimposición, y así es, desde luego. En resumidas cuentas, dos grupos de jóvenes y atractivas mujeres se cruzarán en el camino de Stuntman Mike (Especialista Mike), un auténtico psicópata que utiliza su implacable coche como arma homicida. Todo parece a favor del temible Mike, pero el segundo grupo de chicas no es lo que parece, y tratarán de dar caza al asesino sobre ruedas. Por tanto, el film se divide en dos: el cazador cazando y el cazador siendo cazado.

Como decía, el argumento de la película tiene que ser sencillo. Lo que importa es otra cosa. Los coches. Los coches derrapando. Los coches en persecución. Los coches chocando. Ahí radica casi todo. Casi. También son fundamentales las chicas, rápidas en mostrar sus encantos. Y la imagen gastada o el montaje con cortes simulados, para que el juego (Grindhouse) tenga su gracia. Pero sobre todo está la velocidad al volante. Es como en la ahora famosa y estupenda 'Punto Límite Cero' (la podéis conseguir en DVD), reivindicada ferozmente en uno de los diálogos de la película. Y no vale que uno se sienta engañado. En absoluto. Es precisamente la forma en que se vende 'Death Proof'. De eso va. Acción con coches. Como se hacía antes, sin ordenadores, con especialistas y coches de verdad. Y el toque Tarantino, por supuesto. Nada más. Si eso te parece poco, ahórrate la entrada.

Tarantino y los pies femeninos
Por supuesto, hay mil y una maneras de rodar lo poco en que consiste una película como la que nos ocupa. Y es ahí donde entra el genio. Para tomar la base y construir lo demás a su modo. Su único modo. No voy a repasar ahora la escasa pero brillante filmografía de Quentin Tarantino. Todos la conocéis y en todo caso siempre está el click del ratón y numerosas páginas para consultar. El que no haya visto todo lo que ha filmado este señor, ya está tardando. Para mí (no quiero esconder mis cartas), con 'Pulp Fiction' se ganó el cielo.

Normalmente, conocer la obra de un director es fundamental para disfrutar de una película suya. Siempre y cuando este director sea lo que gusta en llamarse un "autor". Sobran las explicaciones. A lo que iba. En este caso, esa obviedad se vuelve aún más necesaria. Si no has visto 'Pulp Fiction' o 'Jackie Brown', no vas a poder saborear 'Death Proof' todo lo bien que se puede saborear. Estamos ante la película con más referencias al universo Tarantino estrenada hasta el momento (lo cual es lógico). Durante el visionado del film vas a recordar el diálogo inicial de 'Reservoir Dogs', la melodía de 'Kill Bill' o la conversación sobre el masaje en los pies de 'Pulp Fiction', entre otros muchos momentos made in Tarantino. Momentos que, dicho sea de paso, ya casi forman parte más del séptimo arte en general que de la propia filmografía del cineasta. Si eso no es la marca de un genio, que baje Kubrick y me lo explique. Igualmente, si has visto la primera parte de Grindhouse, 'Planet Terror', encontrarás, entre otros detalles, que Marley Shelton repite su personaje de enfermera en el mismo hospital.

Quedándome corto, hay tres elementos fundamentales que destacan en los trabajos de Quentin: la ecléctica y magnífica banda sonora, los particulares diálogos con los que los personajes se van retratando constantemente (además de revelar parte de la personalidad de quien los ha escrito), y lo maravillosamente bien que están casi todos los actores ante la cámara del director. En los hombres es cierto que depende un poco; unos están mejor que otros, aunque en general, pocas veces van a lucir tanto como en una película de Tarantino. Si el actor tiene "enamorado" (es un decir, no se me malinterprete) al cineasta, puedes dar por hecho que estará sencillamente fantástico, de Oscar; caso de John Travolta en ya sabéis dónde, por poner un ejemplo. Y en el caso de las mujeres, puedes apostar tu colección más preciada a que estarán poco menos que de infarto. Uma Thurman nunca ha estado tan deseable como cuando rueda con Quentin y Pam Grier jamás volverá a recuperarse de la forma en que lo hizo en 'Jackie Brown'. 'Death Proof' está llena de chicas. Con resultado previsible.

Rosario Dawson en Death Proof
Es curioso como Tarantino ha pasado de una película de hombres como 'Reservoir Dogs' a una película como 'Death Proof' en la que las mujeres son prácticamente las absolutas protagonistas (con permiso de Stuntman Mike, claro). Él ha declarado que prefiere conversar con sus amigas, que se siente más cómodo entre ellas. Aquí, en este film, se nota bastante. Las chicas son las víctimas pero también, sobre todo, las heroínas de esta historia. Y todas están maravillosas. Pero voy a destacar a tres. El baile de Vanessa Ferlito es antológico, no sólo por la chica, sino por cómo está rodado, otro momento que Tarantino nos deja para la posteridad. Os vais a encontrar con muchos medios que destacan la labor de Zoe Bell; y tienen toda la razón, la que fuera doble de Uma Thurman en 'Kill Bill' está sensacional y protagoniza uno de los momentos más tensos y espectaculares del film. En tercer lugar, y por último, yo me quedo con Rosario Dawson, a la que cualquier adjetivo se le queda pequeño. Simplemente, en cada fotograma, está extraordinaria.

Pero no menos extraordinario está Kurt Russell. Russell presume de cicatriz y de forma de comer encarnando a un misterioso loco ex-especialista de escenas de riesgo (Alex de la Iglesia podría rodar un buen film con este sujeto). El actor está inmenso como Stuntman Mike, con varios momentazos memorables como esa carcajada que suelta mirando al público, poco antes de cargarse al personaje de Rose McGowan, o, después, cuando toda su fachada se viene abajo y, creyéndose a salvo, se cura las heridas llorando cómicamente. Es posible que el cambio que experimenta su personaje, de atractivo y despiadado, a cobarde y llorica, de invencible a penoso, resulte difícil de digerir para mucha gente. Sin embargo, creo que es ahí donde radica la genialidad de la composición de su personaje. Ahí y en que sea Russell quien lo interprete, por supuesto. Pero estamos en lo de antes. El actor en manos de Quentin (o en las de un director con especial talento, ya me entendéis) se vuelve especialmente valioso. A las pruebas me remito.

'Death Proof' no es una gran película, no es una obra maestra que vaya a quedar ahí, imponente, ante el paso del tiempo. No lo es, principalmente, porque ni siquiera lo ha pretendido. Tarantino cumple con creces homenajeando un cine de serie B que adora. Y lo hace entregándonos un producto que sólo podía llevar su firma, disfrutable cien por cien para quien sepa entrar en el juego propuesto, divertidísimo, y con un par de secuencias de acción impresionantes, imborrables. Decía Quentin que había intentado rodar una de las mejores persecuciones de la historia del séptimo arte. Para mí, lo ha logrado. Esperemos que no tarde demasiado en hacer su siguiente película, sea la que sea. Que el cine está muy mal.

En Blogdecine | 'Death Proof', descerebre made in Tarantino

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