60º Festival de Berlín: Gérard Depardieu arrasa en la última jornada

60º Festival de Berlín: Gérard Depardieu arrasa en la última jornada
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Hoy se han presentado las últimas tres películas a concurso de este 60º Berlinale, y me temo que ha sido uno de los días más flojos del festival, si bien la francesa 'Mammuth' es lo suficientemente interesante como para permitirme decir que no hemos perdido el tiempo de manera total. Pero ni la danesa 'Una familia' ni la norteamericana 'The Killer Inside Me' se merecen estar, no solamente en el palmarés final, si no en un festival de esta categoría.

Ahora que la Berlinale toca a su fin, el tiempo gélido ha dejado paso a una temperatura que, si bien es invernal como corresponde a las fechas y la geografía, no es tan extremo como los primeros días del certamen. Hay funcionarios retirando con máquinas el hielo petrificado de la calle, que ha provocado más de un accidente, y también hay la sensación, aunque algunos periodistas no piensen igual, de que ha sido una edición con un buen puñado de películas que tienen mucho cine dentro. Ahora bien, nos hemos tragado un grupito de títulos que no imagino cómo los pueden haber incluido.

'Una familia', gélido cine danés

A primera hora de la mañana han presentado en el Palast la segunda película danesa a concurso, la danesa 'En familia', dirigida por Pernilla Fischer Christensen. Es una cinta que algunos esperaban con cierta curiosidad, pero que ha defraudado por muchos aires de autora nórdica que se de la cineasta en la puesta en escena y en la rueda de prensa, que estaba casi vacía. Cuenta una historia que va de cine conmovedor, pero que no posee el menor vuelo emocional; pretenciosa y engolada, pero sin nada dentro.

Un anciano, cuyo bisabuelo fundó una legendaria panadería danesa, está a punto de morir de cáncer, pero su mayor deseo sería que sus hijas y sus nietos perpetuaran la tradición familiar panadera. Sin embargo, se encontrará conque todos ellos son una panda de egoístas que no tienen la menor intención de cumplir su último deseo. La única que intentará cumplirlo es su hija menor Ditte (una guapa Lene Maria Christensen), pero se enfrentará con la oposición de su novio. Y no hay más historia, esto es todo. Podría ser un buen punto de partida, pero la sensación que nos queda es la de una nadería filmada con cierta profesionalidad.

Los actores están bastante decentes, y la narración es ágil, pero da la impresión de que no hay nada que contar. Ninguna secuencia destacable. Se echa en falta muchísimo ingenio. A primera hora vi su kit de prensa y es tan "exquisitoide" como la misma película. Por cierto que es el único que trae también un CD. Supongo que tendrán algunas expectativas para el palmarés, aunque no debería figurar en él. Fue aplaudida, pero en mi caso, mientras la iba viendo la iba olvidando. Y es que Bergman, por desgracia para algunos directores, sólo hay uno.

'The Killer Inside Me', Winterbottom jugando a ser radical

Michael Winterbottom es el niño bonito de este festival, al que ha traído ya seis películas, a pesar de haber ganado ya el Oso de Oro. Es un director que lo mismo vale para un roto que para un descosido, y no me explico su prestigio. Es decir, ha demostrado versatilidad, pero da la impresión de que va tocando temas, estilos y géneros muy dispares sin dejar una verdadera huella en ninguno de ellos. Su mejor película, '24 hour party people', es brillante, pero nos mostró el techo de un cineasta que hace películas como el que te pide que le pases la sal.

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Su nuevo título, 'The Killer Inside Me', es la adaptación de la novela homónima del siempre turbador Jim Thompson, cuyo guión viene firmado por un tal John Curran, que apenas tiene experiencia en estos menesteres, y he de decir que se nota. Su libreto es superficial y recalcitrante hasta decir basta. Es incapaz de captar la esencia de la novela, y lo que es peor, de reemplazarla por una nueva.

La historia es uno de esos relatos negros de la América profunda, en la que un ayudante del sheriff con serios arranques psicópatas, termina asesinando brutalmente a una serie de personas sin mostrar la menor emoción. Lo interpreta Casey Affleck, un actor que cuando es secundario soportas su mirada rara y puede aportar algo a la película, pero que como protagonista absoluto termina cargando bastante. Está bien, y está bien elegido para el personaje, pero agota. Sin embargo lo peor es la dirección de Winterbottom. No sé por qué convierte lo que debería haber sido un policiaco intenso en un aburrimiento soberano de ciento veinte minutos. Pero ya su decisión de incluir violencia salvaje es signo de que no sabe cómo llamar la atención. En los primeros veinte minutos, el protagonista inicia una relación sexual con Jessica Alba (una actriz que será todo lo mona que quiera, pero en pantalla tiene menos fuerza que un peñasco en el lecho de un río...), y la cosa se pone sádica cuando le pone las nalgas moradas a base de correazos. No ví a nadie abandonar la sala en ese momento. Sin embargo, cuando Affleck le pega una paliza brutal que dura cinco minutos y que muestra con todo detalle cómo la va desfigurando, un par de docenas de periodistas se largaron del Palast. Qué cosa más curiosa, qué gente más sensible de repente.

De modo que ahora este director va de radical, de provocador, que siempre da algún rédito. Pero quién sabe, dentro de unos meses (porque hace una o dos películas por año) filmará una historia sobre el Sagrado Corazón en los Alpes, o sobre la caza de los indígenas de Australia, o el remake de 'Terminator'. Y por supuesto estará en la sección oficial de Berlín.

Divertidísima 'Mammuth'

Al final la jornada se arregló un poco cuando apareció por la Berlinale un gigante (ahora también en tamaño) del oficio de actor, uno de los más grandes europeos de todos los tiempos, el genial actor francés Gérard Depardieu, que protagoniza, y le da su razón de ser, una película negrísima y divertidísima, llamada 'Mammuth', que es la última película de este año en concursar y que quizá, quién sabe, le de el Oso de Plata al galo.

'Mammuth'cuenta la historia de un recién jubilado al que apodan así por su vieja motocicleta de los setenta, la Mammuth. Una vez se jubila, debe reunir todos los papeles de sus anteriores trabajos para poder optar al máximo beneficio posible por su vejez. Lo malo es que ha trabajado en innumerables sitios y le va a costar un viaje de varios cientos de kilómetros. Coge su vieja Mammuth e inicia uno de esos relatos de itinerario que se aleja de lo que suelen dar de sí por un humor muy cínico y muy de agradecer, que nos hizo reír de buena gana y olvidar en parte la desastrosa jornada a la que estábamos asistiendo.

En su camino, conocerá a todo tipo de personajes, a cada cual más esperpéntico, y vivirá aventuras desternillantes que rozan el surrealismo puro. Para los directores Benoît Delépine y Gustave de Kervern, Francia parece un mosaico de freaks a los que otorgan una rara dignidad. Hay valentía y cierto talento raro en una película inclasificable. En la rueda de prensa, que tardó en empezar media hora sobre la hora prevista por el show que montaron a la entrada con los fotógrafos, el equipo de la película fue muy aplaudido. Sobre todo Depardieu, que recibió una ovación incluso más grande que la que dedicaron a Scorse el sábado pasado. Se les veía un grupo feliz por estar aquí, sabiendo que tienen pocas posibilidades de ganar nada. Hicieron el tonto con los fotógrafos cerca de veinte minutos.

Mañana veremos, fuera de concurso, la película 'Otôto', del gran director japonés Yóji Yamada, y tendrá lugar, a partir de las siete de la tarde, la entrega de los premios. Antes, dentro de un rato, publicaré un resumen de la sección oficial.

Berlín, 19 de Febrero de 2010.

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