'Appaloosa', los valores en un mundo en declive

'Appaloosa', los valores en un mundo en declive
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A finales de octubre, tuve la suerte de estar paseando, como un turista más, por las lujosas calles de París, mirando de reojo la cartelera de cada cine que me encontraba. Sin poder evitarlo, adicto al séptimo arte que es uno, tenía la esperanza de descubrir algún título realmente interesante, que justificara crear una excepción a (suena mejor que romper) la promesa que le había hecho a mon amour, antes del viaje.

Para mi sorpresa, era muy difícil encontrar algo en inglés. Casi todas las películas estaban en francés. Por un lado, hay una increíble cantidad de estrenos propiamente franceses (lo de España es para llorar comparado con lo que hacen allí), y por otro, en el país vecino también doblan las películas extranjeras, quizá por ese fanatismo hacia su refinada (y empalagosa) lengua. Afortunadamente, hay muchos cines, y en varios proyectan películas en versión original con subtítulos. Así encontré 'Appaloosa', que se estrena en España el próximo 21 de noviembre. No pude elegir mejor, estamos ante una de las mejores películas del año.

La película supone el segundo trabajo del versátil y prestigioso actor Ed Harris tras las cámaras, ocho años después de la (digamos) difícil 'Pollock'. Un segundo trabajo que vuelve a demostrar dos cosas fundamentales sobre este hombre de cine. En primer lugar, que dirige lo que le da la gana, dicho en plata, independientemente de que el proyecto pueda venderse bien o no; rueda la historia que quiere, al margen del público o la taquilla. En segundo lugar, que lo que dirige le sirve para interpretar personajes que le fascinan, por la complejidad de su personalidad. Dice Harris que siempre quiso ser un cowboy. Con su segunda película no sólo interpreta a uno, consigue también dar un paso más como director, explotando al máximo una historia sobre personas (no marionetas, no personajes de cartón) al límite, en un escenario típico de western. Destacar, por cierto, el realismo de la película, sensacional.

'Appaloosa' nos cuenta la historia de dos hombres que viajan juntos, aparentemente amigos, y cuyo trabajo es el de imponer justicia allá donde se les contrate. De este forma llegan al pueblo que da título al film, un lugar donde los habitantes viven atemorizados por una banda de pistoleros. Los dos justicieros deberán imponer el orden, pero la llegada de una joven y elegante viuda complica la situación más de lo esperado.

Evidentemente, el reparto protagonista es uno de los puntos fuertes del film. Contar con Viggo Mortensen, Jeremy Irons y el propio Harris como cabezas de cartel es un pequeño gran lujo. Podríamos decir que no es complicado encontrar películas con actores de este nivel, en igual número o incluso más, pero lo que es difícil es que ofrezcan un trabajo que justifique su valía. La mayoría de las veces los productos simplemente contratan nombres, importando poco o nada lo que el actor haga. En 'Appaloosa', Harris, Irons y, sobre todo, Mortensen realizan unas interpretaciones soberbias.

Sí, de los tres, me quedo con Viggo Mortensen. Posiblemente, el personaje de Ed Harris sea el más complejo y el más difícil, pero me rindo ante la presencia, el carisma y la integridad del personaje que encarna el señor Mortensen. Podría decirse que repite, en cierto modo, el tipo de interpretación que le ha hecho famoso, ésa que ha ofrecido en películas tan conocidas y respetadas como las tres de 'El Señor de los Anillos' o las dos que ha rodado con David Cronenberg, 'Una Historia de Violencia o 'Promesas del Este'. Pero sólo es apariencia. El personaje que interpreta para Harris, como los que compuso para Peter Jackson o Cronenberg, tiene entidad propia, su propia personalidad, con una serie de valores que le diferencian del resto.

No me gusta comentar finales ni aspectos relevantes de la trama (a pesar de que en alguna ocasión, sin pretenderlo, se me escapen detalles que puedan ser considerados como tales) en las críticas, ni voy a hacerlo en esta ocasión, pero sí diré algo: cuando empiezan los créditos me dieron ganas de levantarme y ponerme a aplaudir. Rara vez me ocurre, más aún con un año de cine tan mediocre como el actual (y el anterior, y el otro, y el otro, etc.), pero realmente sentí ese deseo. Impresionante, memorable, la secuencia que cierra la película, una lección con la que Harris (como autor de la obra en cuestión) nos golpea en pleno rostro. Tarda en surtir efecto, pero cuando te das cuenta, te ha marcado sin remedio.

A los tres hombres hay que sumar dos mujeres también de sobra conocidas por nosotros, Renée Zellweger y Ariadna Gil, sorprendente presencia que se explica por su trabajo en 'Alatriste', donde coincidió con Mortensen; Harris dice que vio una fotografía de ambos y vio que había química entre ellos (no sé qué opinará David Trueba de todo esto). Gil tiene un personaje de escasa relevancia en la película, apenas protagoniza un par de escenas donde conversa con el pistolero que encarna Mortensen, con el que mantiene una sincera y breve relación. La actriz española parece haber entrenado poco su inglés o quizá es que debía hablar así. Es el único elemento extraño en su trabajo, que realiza con absoluta profesionalidad.

También podríamos decir esto mismo de Zellweger, pero la oscarizada actriz (recordemos que premiaron con una estatuilla su interpretación en 'Cold Mountain') no encaja demasiado en su rol. Creo que en su lugar se trendría que haber buscado a una mujer de presencia más elegante, de aspecto clásico. Alguien como Naomi Watts, Nicole Kidman o Catherine Zeta Jones, por poner tres ejemplos. Zellweger encarna a una mujer que parece no pertenecer al estilo del pueblo donde llega, es una mujer refinada, que habla bien, que toca el piano y que luce un aspecto deslumbrante. Son apariencias, pero son fundamentales para el desarrollo de la trama. Zellweger no lo hace mal, ya digo, pero creo que otra actriz lo habría hecho mejor.

No quiero acabar este comentario sin aplaudir, esta vez sí, desde este espacio, a Ed Harris por haberse atrevido a filmar esta película. Lo dice el propio cineasta y es por todos sabido, no es fácil hoy día vender un western. Y eso a pesar de que no funcionan mal, sin ir más lejos, el año pasado 'El Tren de las 3:10' alcanzó el número uno de la taquilla norteamericana. Pero parece que los estudios ya no quieren este género. Una verdadera pena. La suerte es que aún hay quien pelea por volver a contar historias sobre pistoleros. Aún hay señores inteligentes y talentosos que saben ver que el western es un lienzo amplio donde caben todo tipo de historias. El western se resiste a morir, y los motivos que da para seguir viviendo resultan mucho más convincentes que los que dan otros géneros, muy rentables, muy vacíos.

Enérgica, poderosa, reflexiva, diferente, 'Appaloosa' es, sencillamente, una película imprescindible. Por lo menos ahora, el tiempo dirá si se merece una consideración superior (apuesto a que sí). Un regreso al western con los pies en el suelo y la mente lúcida, una película de gran fuerza con todo lo que uno puede esperar: drama, acción, emoción y humor. No os la podéis perder, ya me diréis si al final se os escaparon los aplausos.

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