'El Perfume', aroma de gran cine

'El Perfume', aroma de gran cine
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Cuano leí 'El Perfume', obra de Patrick Süskind, me qedé totalmente fascinado por la historia de Jean-Baptiste Grenouille, ese ser humano especial que vino dotado al mundo con una gran facilidad para diferenciar todos los olores existentes, y también con la capacidad de crear perfumes perfectos, tanto que se lo podría considerar un genio. Durante años varios directores estuvieron tentados de adaptar la obra, entre ellos Stanley Kubrick y Ridley Scott, ambos a mi parecer hubieran sido muy capaces de llevar a buen puerto esta película, aunque en el caso del primero sabe Dios cuánto tiempo le hubiera llevado hacerlo, en caso claro está de que Süskind hubiera vendido los derehos de la novela cuando Kubrick estaba vivo, cosa que no hizo hasta el 2001. Incluso, el director de '2001' llegó a decir que la novela era infilmable, algo que me sorprende de un genio como él. Supongo que se refería a que en la novela las descripciones de lo olores son tan perfectas que prácticamente podemos oler, sin embargo eso es del todo imposible. Vale que el lenguaje usado por Süskind sea maravilloso y nos describa a la perfección un olor, pero de ahí a oler ese olor hay un trecho muy grande imposible de recorrer.

Al igual que en el libro no olemos como lo hace el protagonista de la historia, pero de la misma forma que en la obra literaria se hacen unas perfectas descripciones de todas las sensaciones que produce el olfato, en la película se logra lo mismo usando sobre todo técnicas visuales realmente fascinantes que proporcionan la misma descripción. Así pues, el mayor problema de esta adaptación está resuelto y a partir de ahí, a disfrutar. Tom Tykwer ha demostrado que no era tan difícil como se pensaba.

Supongo que el argumento os lo conoceis todos, por lo menos aquellos que habeis leído la novela. Se trata de la historia de Jean-Baptiste Granouille, venido al mundo en la Francia del siglo XVIII con el olfato más desarrollado del mundo. En sus primeros años recopilará todos los oleres hasta conocérselos de memoria, pero cuando vea un poco más de mundo se dará cuenta de que hay infinidad de fragancias que aún no conoce. Su don y su obsesión le llevarán a aprender los secretos de la perfumería de un importante creador de perfumes que lo acoge bajo su tutela. Y no cuento más porque aquellos que no conozcan la historia no merecen que se la destripe, aunque claro, para eso ya están el trailer.

Asombra la seguridad con la que Tom Tykwer afronta el proyecto, el cual podía habérsele escapado de las manos tranquilamente. Sin embargo, el director se muestra firme y radiante, ofreciéndonos una superproducción en toda regla sin renunciar a toques personales e incluso mezclar géneros. Cabe decir al respecto que hay un par de momentos que parecen salidos de una película de terror y que son muy convincentes. Su manejo del ritmo es prodigioso, estamos hablando de una película de dos horas y veinte que se pasan en un santiamén.

Los aspectos técnicos de la película son de una calidad impresionante. Me refiero, cómo no, a esa superesmerada ambientación, muy superior a mediocridades vistas recientemente. Esa Francia del siglo XVIII sucia y asquerosa se siente en todo momento, con esas gentes también sucias y asquerosas que pululan por las calles excelentemente fotografiadas en todos su sucio esplendor. Los ropajes de los personajes son un dato más de sus respectivas personalidades. Y la música, la extraordinaria música compuesta por el propi Tykwer, acompañado de Reinhold Heil y Johnny Klimek, y que subraya de forma magistral todo lo que estamos viendo.

Los actores están todos fantásticos, pero sobre todo se alza como absoluto vencedor Ben Whishaw, el cual aguanta el peso de toda la película como un verdadero campeón. Su cuidada interpretación está llena de detalles y el actor logran transmitir esa desesperación que siente el protagonista, de la misma manera que es capaz de producir temor en ciertos momentos, y pena y fascinación en otros. No exagero si digo que una nominación al Oscar estaría más que bien, porque sin lugar a dudas Whishaw es una de las revelaciones del año. Por otro lado y ya que hablo de Oscars, el film es nominable en más de un aspecto y ya veremos si no da la sorpresa a finales del próximo Enero.

Del resto del reparto destacar también a Dustin Hoffman y Alan Rickman, ambos muy entregados y profesionales en sus respectivos papeles, aunque puede que en el caso del segundo la película pierda un poco de interés, pero sólo un poco, debido a que ese personaje tan importante en la trama no está del todo lo suficientemente desarrollado. Rachel Hurd-Wood no está a la altura de esos dos monstruos interpretativos pero su singular belleza suple con creces ese defecto y de hecho ahora no me imagino otra ctriz que pudiera cumplir con el objetivo de "embobar" al protagonista. No nos olvidemos de John Hurt, al que no vemos jamás, pero sí le oímos bastante ya que es el narrador. Una voz en off excelentemente usada que nos sirve de guía durante toda la proyección y que nunca está de más.

Una película estupenda con un guión perfecto que ha sabido recoger excelentemente el aroma de la novela por así decirlo. Además han omitido inteligentemente algunos pasajes de la obra literaria que en la película habrían resultado muy aburridos. Decir que como adaptación me ha recordado a otra excelente adaptación que se hizo en su momento y que fue un enorme éxito en nuestro país. Historias y películas distintas, pero resultados casi idénticos, y es que se nota que Tykwer ha hecho los deberes. Ha rodado su fragancia personal, su mejor película.

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